Recuento baladí de otra Inútil
Guerra. El brusco
cambio provocado por la derogación de la Constitución de Rionegro de 1853, que
estableció un sistema federal, por la centralista Constitución 1886. La guerra
civil que asoló a de 1899 a 1902. El conflicto fue el eterno enfrentamiento
entre miembros del partido liberal contra el gobierno conservador por gobernar
de forma autoritaria, excluyente y poco conciliadora, además de los violentos
intentos de cooptación y hegemonía del control del estado por parte de los
conservadores, provocó la violenta respuesta del bando liberal. La guerra se
inició con el asalto por parte de liberales a Bucaramanga, que provocó la
violenta respuesta del gobierno. Aprovechando el aparato del estado, las
comunicaciones y el contar con un ejército regular organizado y financiado, los
conservadores siempre se enfrentaron en superioridad de condiciones a los
liberales. Estos últimos nunca pudieron crear fuerzas regulares, salvo en los
departamentos de Santander y Panamá, donde sí hubo enfrentamientos regulares.
La inestabilidad política que sufrió Colombia a lo largo del siglo XIX, junto a
otros factores socioeconómicos y culturales, llevaron a que desde 1886, año en
el cual se suprimió la Constitución de 1863 comenzaran a verse los primeros
signos que desembocarían en el conflicto armado. Con la época de la
Regeneración y la aplicación de la Constitución de 1886, el régimen centralista
no hizo sino agravar los problemas políticos de los cuales algunos
departamentos no tardaron en sentir su malestar frente al gobierno central. En
el campo económico, las decisiones políticas también provocaron su
inestabilidad. El factor detonante de la guerra, fue sencillamente el enfrentamiento
bipartidista de liberales y conservadores, tanto entre ellos como dentro de sus
respectivos partidos, en la cual se trataba de obtener el control del país.
A
ello se le agrega la mala gobernabilidad. Sumado a las revueltas en su contra y
el creciente desorden económico que amenazaba al déficit extremadamente
crónico. Fue sin duda la conflagración más larga y cruenta, y la de más
devastadores efectos de la economía nacional. Jorge Holguín, estimaba en
180.000 el número de muertos, en 1900 el número de habitantes de Colombia era de
4.900.000 y en 25 millones de pesos oro los costos ocasionados por la
contienda, aparte de lo que significaba para la producción la leva de hombres,
la interrupción de los transportes y el abandono de los campos en las regiones
azotadas por la guerra. Las primeras derrotas militares para el bando liberal
comenzaron días más tarde de haber iniciado la guerra en la batalla del Rio
Magdalena en octubre 24 de 1899. Pero el sector conservador, también se vio
envuelto en problemas bastante delicados. Estos últimos se dividieron entre ‘Históricos’
y ‘Nacionales’ en un frenético intento de poner el país en orden. Los primeros
lograron derrocar al presidente Sanclemente para colocar a su sucesor José
Manuel Marroquín. Por su parte los liberales nombraron presidente del país a
Gabriel Vargas Santos para que opacara a los mandatarios constitucionales del
sector conservador. Conforme al avance de la guerra, ésta tomó un giro más
represivo y cruel, incluso la población se dividió para tomar parte en cada
bando de un modo más fanático, pese a los esfuerzos de cada partido por obtener
victorias que luego serían ilusorias.
Sin duda, las batallas de Peralonso y de
Palonegro, Santander pusieron al país en su lugar en cuanto a la magnitud de
los daños que dejaba la guerra. En la primera los liberales obtendrían su
última victoria de manos de Rafael Uribe Uribe. En Palonegro en mayo 25 de 1900,
los conservadores detuvieron a sus enemigos forzándolos a un combate de
desgaste, seguidos por el sitio de Cúcuta. Con Palonegro, la guerra se volvió
un conflicto sin sentido y carente de significado para los partidos. Los
liberales aguantaban desesperadamente ante las escasas ayudas de otros países,
al tiempo que el propio partido se dividía entre ‘Pacifistas’ y ‘Belicistas’.
Los conservadores ‘Nacionales’ pronto comprendieron que lo mejor era detener la
guerra, que ya por entonces se centraba en Panamá y la costa del Mar Caribe.
Con esa decisión, se evitó internacionalizar la guerra, en Venezuela se trataba
de provocar un conflicto abierto a través de su presidente Cipriano Castro
quién apoyaba a Uribe Uribe para colocarlo en el poder. Las tropas de Marroquín
lograron cortar la ayuda venezolana a los liberales en julio 29 de 1901,
quienes fueron derrotados por el general conservador Juan Tovar. El general
Uribe Uribe se vio entonces obligado a rendirse, pero con algunas condiciones. Este recuento, parágrafo o palabrería, se
resume o quiere decir: que sacaron a los liberales de los puestos burocráticos,
públicos.
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