1953-1956 Golpe de ‘Opinión’, de Estado
del General Rojas. Y a pesar de que Rojas Pinilla
no quería y vacilaba, porque en Colombia la casta gobernante no han dado casi
nunca permiso para estas cosas, lo obligaron a deponer al presidente y a asumir
el mando con un plan de ‘reconciliación’ y Pacificación Nacional: "La
Patria por encima de los partidos". Y así fue cómo nos decretaron la paz.
Fue apoyado por el ‘frente civil’ compuesto: los liberales, conservadores
contrarios a Laureano, la ANDI, SAC, asociación bancaria, de ganaderos, prensa
habla y escrita, federación de cafeteros de comerciantes, la iglesia católica, quienes
luego se transformaron en el ‘frente nacional’ y tumban al dictador.
En este
escenario el ‘Jefe Supremo’, como llamaban al Rojas, el General Presidente, se
apartó de los gobiernos conservadores de Mariano, Laureano y Roberto Urdaneta
Arbeláez, 1946-1953, que llamaban a los llaneros alzados en armas ‘bandoleros’
o ‘delincuentes comunes’ que actuaban movidos por odios y pasiones para
satisfacer sus deseos personales”, porque no los denominaban “guerrilleros”, es
decir, delincuentes políticos.
Por medio de las
amnistías, cerca de 5.000 guerrilleros liberales dejaron las armas. Embriagados
por la que consideraban una gran victoria del Régimen de las Fuerzas Armadas,
sus propagandistas no contaron todo lo qué pasó con los desmovilizados. Estos,
campesinos que regresaron a las tierras que ocuparon antaño, confiados en las promesas
de Bogotá, las encontraban en manos de conservadores que, lejos de
restituírselas, los expulsaban de nuevo en medio de amenazas. O sea que los
reinsertados liberales no hallaron la prometida paz.
Que no fue tan completa la
pacificación del régimen militar pudo comprobarse, asimismo, porque en su
transcurso y según las mismas declaraciones oficiales, estaban en pie de
guerra; Durante las negociaciones varios de los grupos que no entregaron las
armas se concentraron en: Sumapaz, Cabrera, Carmen de Apicalá, Cunday,
Icononzo, Pandi, Venecia, en el mismísimo Melgar, sede de una importante base
militar; Con el argumento de acabar con el ‘comunismo’, los altos mandos
enviaron a algunas de esas localidades al Batallón Colombia, curtido en Corea,
y fueron atacados por fuerzas militares que usaron helicópteros y Napalm
provisto por el gobierno de usa a través de la CIA. Se inició entonces otro de
los terribles desplazamientos que han caracterizado al viejo conflicto armado
de Colombia. Estas guerrillas liberales radicales de los cuales hacía parte el después
fundador de las FARC, Pedro Antonio Marín, Manuel Marulanda Vélez, alias ‘Tirofijo’,
con ‘Mariachi’, Loayza, se retiraron hacia el sur, en la región de Marquetalia,
El Pato Caquetá, Riochiquito Cauca, Guayabero y el sudoeste de
Tolima. Campesinos acosados por bandoleros y por los uniformados.
El pacificador Rojas, en 1955,
destinó $252 millones al ejército y
apenas $41 millones a la salud y $62.5 a la educación, pero preciso es recordar
que no gastó más en seguridad que lo que hicieron los presidentes Ospina, Gómez
y Urdaneta. Dos años después de que los civiles recuperaron el poder, todavía
quedaban en Colombia 43 cuadrillas de bandoleros en plena actividad con más de
1.000 integrantes.
En junio 13 de 1957 el ‘frente
civil’ el mismo que lo monto exige la renuncia del general rojas, en razón a
que gravó a los grandes capitales por ingreso de dividendos, acciones y bonos,
que habían estado exentos hasta el momento y autorizó a los gobiernos locales
para cobrar un impuesto a sucursales bancarias y de seguros. Siempre los
Impuestos.
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