Café Colombia. Tinto mata Coca-Cola
“La
caficultura genera 785 mil ocupados directos, 26% del total del empleo
agrícola, 3,5 veces mayor al empleo creado por cultivos de arroz, maíz y papa,
es 10 veces más grande que cultivos de palma africana, 400.000 hectáreas y caña
de azúcar, 250.000 hectáreas, 4 veces el empleo del sector minero-energético y
más de la mitad de los generados en la construcción”. “La caficultura es el
verdadero motor de desarrollo en la economía, la cosecha asciende a $5,2 billones,
para más de 560 mil familias de 595 municipios localizados,
se cultiva en 1’000.000 de hectáreas. Exporta más de 560.000 toneladas al año, cuando la
producción del banano de exportación en la zona del Urabá es de 1.400 de toneladas al año. 4´300.838
hogares consumen café molido en Colombia y gastan en promedio por hogar para
adquirir el bien $5.599 pesos” Según el Congreso Cafetero
1º Federación Nacional de
Cafeteros de Colombia. En 1927, después de la Guerra de los Mil Días, 300.000 colombianos de
588 municipios sembraron de café las montañas andinas, estos cultivadores
fundaron la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, para
estar organizados y participar en el mercado mundial. El Gobierno intervino
condicionando que los impuestos a la exportación del café se destinarían a
financiar los objetivos de la Federación. En ese tiempo la Federación era de
los caficultores y para los caficultores.
En 1940 el Gobierno creó el Fondo Nacional del Café. Para guardar los ahorros de los
cultivadores. Un porcentaje por libra de café producida y vendida a la
Federación. Los llamaron aportes parafiscales. En el Fondo del Café los
caficultores han depositado más de 20 billones de dólares en 50 años. ¿Qué se
hicieron?
Al
mismo tiempo, el Gobierno suscribió un Contrato de Administración para que la
Federación de Cafeteros administrara ese Fondo y le cobrara a los caficultores
por esa administración, el cual se renueva cada 10 años, el cual vence en julio
de 2016.
La jugada maestra: se igualo los votos del
Gobierno con los de los Delegados Departamentales al Comité Nacional de Cafeteros para que ¡nunca! perdiera
el Gobierno el control de los recursos, ni de los candidatos a Gerentes, ni de
nada… Le quitaron el poder al voto desde ese día a los cultivadores.
Federación en 1959 registro como
campaña publicitaria el icono Juan Valdés®, la
imagen del campesino con su mula Conchita y en 2007 registro “Café de Colombia®".
2º
Tiendas Juan Valdez. En diciembre de 2002 fue la apertura de
la primera tienda Juan Valdez, como "parte de la estrategia que busca
mejorar las condiciones de los caficultores, a fin de generar negocios de
valor agregado para los cafeteros y desarrollar actividades empresariales bajo
la marca Juan Valdez.
Para
administrar estas tiendas se fundó la empresa ‘Procafecol’
S.A., empresa privada, que se contó con aval del Comité Nacional de
Cafeteros y que el Congreso LXII, diciembre 3 de 2002 "respaldó la
idea", cuando se sometió a consideración del evento, Procafecol ya estaba
constituida, en escritura de noviembre 16 de 2002, se había conformado con un
capital de $1’000 millones de pesos: Federacafé con un 94%, el asesor del
Doctor Silva Luján, Guillermo Trujillo Estrada, con 5,4%, y otros 3 ciudadanos
con el 0,6% restante. El 18 de junio de 2004, esas personas cedieron sus
acciones a la Fundación Manuel Mejía. En 2004 el doctor Silva y su asesor,
Trujillo, eran 2 de los 3 miembros de la Junta Directiva de ‘Procafecol’.
El
Fondo del Café ha invertido cerca de 600 millones de dólares en el desarrollo
de la marca ‘Juan Valdez’. El Fondo es "una cuenta de naturaleza
parafiscal constituida por recursos públicos cuyo objetivo prioritario es
contribuir a estabilizar el ingreso cafetero"; los bienes creados con los
recursos del Fondo son patrimonio público. Esto contraría el rótulo
"propiedad de los cafeteros", que quiere extendérsele a ‘Procafecol’.
Para
apoderarse de los réditos de la marca Juan Valdés®, que son independientes de
que haya caficultura colombiana pues las importaciones de café así lo
demuestran, los administradores de la Federación de Cafeteros con el
beneplácito del Gobierno crearon ‘Procafecol’ con
inversionistas nacionales el primer día e internacionales más adelante. Con
ésta están creando un emporio de riqueza basado en la explotación comercial de
la marca Juan Valdés®. Para cubrir el tema legal le pagan unas regalías al
Fondo del Café por el uso de la marca como logo distintivo en sus diferentes
iniciativas de comercialización.
Debido
a la apropiación que ‘Procafecol’ ha hecho de la marca ‘Juan Valdez’, la
Auditoría General de la República concluyó, que su uso debe tener una
regulación especial, que este activo intangible de carácter público debe
preservar derechos cuantificables a su valor comercial para su explotación y
que debe regularse el empleo por terceros así como el correspondiente control
financiero e instó a la Contraloría para que recomiende los correctivos
necesarios a fin de que "no se siga causando este detrimento". Y la
Procuraduría, ordenó iniciar investigaciones disciplinarias al Comité de
Cafeteros, incluidos los ministros de Hacienda y Agricultura, por la posible
vulneración del patrimonio público al entregar a una firma particular, con
exclusividad y sin fijar contraprestación ni parámetros, la utilización de la
marca ‘Juan Valdez’ ya que, como hasta ahora están las cosas, lo derivado
de los negocios con ella iría a las arcas de ‘Procafecol S.A.’, y no a las del
Fondo Nacional del Café.
3º
Los dueños de Juan Valdez. En febrero de 2005 se nombra presidente de la
sociedad holding de tiendas, bebidas cola y cafeteras del gremio de
cultivadores de café de Colombia, a Ricardo Obregón, el timonel de la expansión
de la cervecera Bavaria, del grupo Santo Domingo, hasta su venta a SAB-Miller.
En
el año 2005 Procafecol S.A. inició el proceso de expansión internacional, para
el año 2013 reportaba utilidades alrededor de los $4 mil millones de pesos.
Pero, las tiendas Juan Valdez generaban pérdidas, de más de $19 mil millones de
pesos en el año 2012. (Procafecol S.A., 2013)
El
18 de julio de 2006, a través de un novedoso sistema de colocación, se lanzó la
oferta de acciones preferenciales de Procafecol con el objetivo de brindar a
los caficultores colombianos participación directa en los proyectos de valor
agregado. La emisión de acciones preferenciales es un ejemplo de
democratización de la propiedad privada y un gran paso adelante en el esfuerzo
de crear un país de propietarios.
Hoy,
‘Procafecol’, que dio a la Federación sólo $20 mil dólares por el derecho a
usar la marca Juan Valdés®, con accionistas que no fueron los ahorradores que
construyeron Juan Valdés® entre los que se cuentan: ‘Aerocafé’, léase ex
funcionarios de la Federación de Cafeteros, el Banco Interamericano de
Desarrollo BID, propietario del 13%, Cerveza Saab Miller
(Bavaria), Quadrant Capital Advisors, fondo de capital del grupo Santo
Domingo, que en 2013 compro la Tostadora “Café Douwe Egberts y té
Pickwick” para crear un imperio global de productores de bebidas calientes
que compita con los líderes del mercado Nestlé y Mondelez, este Club
vencedor desde 2006, se apoderó de la marca ‘JUAN VALDEZ®’ construida después
de 60 años de esfuerzo y ahorro por cada libra de café cosechado en nuestros
campos.
‘Procafecol’ que se abrió con $1’000
mil millones de patrimonio en 2002, en el 2014, después de 12 años de operación
registró ventas por $138.000 millones de pesos y entregó por regalías $9.000
millones al Fondo Nacional del Café. Esta cantidad la celebró alborozado el
gerente de la Federación, Luis Genaro Muñoz. Y ni una palabra sobre los
accionistas. Ese es un tema entre ellos.
Según el Informe de
Gestión de 2014 de ‘Procafecol’, la Federación poseía el 83.74% del paquete
accionario. Los caficultores colombianos son una cosa y Federación Nacional de
Cafeteros es otra. El que quiera tener acciones que las compre. El concepto de ‘Tiendas
Juan Valdés’ ya es un negocio de propiedad privada que no pertenece a los
caficultores.
Ya han comenzado a aparecer nuevas
empresas como ‘Coffea Arábica Beverages S.A.’ y ‘Pod Col Coffe’ para borrar las
huellas históricas de la jugada de crear ‘Procafecol’ y arrebatarle a los
caficultores la explotación comercial exitosa de su mayor activo. Se llegará a
una telaraña de empresas transnacionales tejida alrededor del logo de Juan
Valdés®.
4º
Recuperar la Agroindustria. ‘Procafecol S.A.’, no puede, adelantar
ningún proceso de subasta de franquicias de las marcas que son patrimonio
público ni para tiendas de café ni para bebidas frías o calientes o para otro
producto emblemático que se relaciones con ellas. Si el Comité de Cafeteros,
decide vender como franquicia las marcas ‘Café de Colombia’ y ‘Juan Valdez’,
debe hacerse desde el Fondo del Café y a él deben ingresar los dineros. “Que se
reconozca que la marca Juan Valdés® es propiedad exclusiva del Fondo Nacional
del Café. Que se elaboré una lista con los nombres de cada uno de los cafeteros
que ahorró en el Fondo y aportó a la construcción de la marca Juan Valdés®.
Juan Valdés® es una de las 5 marcas más reconocidas y queridas por los
habitantes del planeta tierra” Ana Milena López de Vélez
5º ‘Misión de estudios para la
competitividad de la caficultura’. En 2013 el Gobierno creó la ‘Misión de la
caficultura’ CONPES 3763 de 2013, para “realizar un análisis integral
del sector y diseñar las políticas y estrategias para contribuir al desarrollo
de la caficultura colombiana”. En marzo de 2015, rindió el informe, de 122
páginas, con 10 recomendaciones y en general, aboga por una mayor
liberalización del mercado, mermar la intervención del gremio y su separación
del Estado, vender la fábrica Buencafé Liofilizado. Nada recomendó sobre la marca Juan Valdez ni se refirió a la baja
calidad del café que consumimos los colombianos. Que nos hemos
acostumbrado a consumir cafés de calidades inferiores importando cafés robustas
y de baja calidad provenientes de Perú y Ecuador para abastecer este consumo
interno (Leibovich y Llinás, 2013).
6º El verdadero origen del
nombre café Juan Valdez. La historia, esa que no se encuentra en los libros pero que pervive en
la memoria de campesinos y aborígenes de Antioquia, comienza en el primer
cuarto del Siglo pasado cuando en medio de una feroz crisis mundial, los
jornaleros del café comienzan a organizar ocupaciones espontáneas a las grandes
extensiones de tierra que, por "cuestiones de mercado”, no eran utilizadas
por sus dueños.
Nació, por entonces, el ‘Frente
de Liberación Juan Valdez’, inspirado en un campesino ignoto de Antioquia,
caído en el primer enfrentamiento militar con el ejército Colombiano, y que se
hacía llamar así en honor al guía moral y espiritual de aquella rebelión: El
Maestro Delio Valdez. El Maestro, que por entonces se desempeñaba como
jornalero en el café, fue parte activa de la organización militar rebelde,
llevando a los jornaleros cafeteros conocimientos sobre táctica y estrategia
militar, guerra de guerrillas y uso de pertrechos. Su figura se popularizó
rápidamente entre los nativos rebeldes, y aunque para los medios gráficos y
servicios de inteligencia su aspecto físico siempre fue una incógnita; no hay
jornalero que haya vivido en aquella época que no testimonio una charla, cara a
cara, con el Maestro Valdez. Las victorias y derrotas se sucedieron, y si bien
resulta imposible dar cuenta de un resultado unánime de la contienda, lo cierto
es que parte del campesinado colombiano pudo acceder a las tierras para así ser
dueño del producto de su trabajo: el café.
El ‘Frente de Liberación Juan
Valdez’ pasó a llamarse Federación de Campesinos Juan Valdez, y su producto de
exportación, Café Juan Valdez. Porque, repetimos, el mejor café no puede salir
sino de las mejores manos, aquellas que surcaron la tierra (incluso antes de la
llegada del café), conocen el viento, entienden las lunas y hablan el idioma de
la naturaleza. Esta es la verdadera historia del Café Juan Valdez... o por lo
menos la que nos gusta creer antes escuchar a los Guacharacos.
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