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4ª. 1991-1992 La Catedral

4ª. 1991-1992 La Catedral. Otra humillación para Colombia. Única cárcel privada en la historia de Colombia. Los mismos detenidos diseñaron y construyeron su propia cárcel, en la cual estuvieron recluidos durante más de un año. Los narcos desde esta finca cárcel eran protegidos por el gobierno nacional y uniformados estatales dela guerra contra el ‘cartel de Cali’. Escenario de orgías, trago, drogas, lujos, armas, violencia, torturas, desapariciones, cadáveres, corrupción, guardias comprados. Recibían a socios narcos, administraban rutas, recogía cajas con pesos y dólares, se ordenaban asesinatos, secuestros, extorsiones y expropiaciones de bienes, hasta realizar juicios sumarios que condujeron al asesinato de s amigos y rivales. 
Se hallaron caletas de armas, miles de dólares, droga, licores, diversidad de aparatos de comunicación, sofisticados equipos y   radios de comunicación, centrales de buscapersonas, fax y líneas telefónicas con el exterior.
En el complejo vacacional, edificado en 2 hectáreas y media, estaba conformado por un chalet, 6 cabañas, 3 galpones con 26 celdas, construidos en finas maderas, un refugio antiaéreo. Cuartos dotados cual suites 5 estrellas, chimeneas en cada cuarto, con camas de 3 metros cuadrados, jacuzzi,   enchapes en baños y tinas; gimnasio; cancha de fútbol, construida con un drenaje especial con diseño en espina de pescado, 2 porterías, 16 lámparas que iluminaban el campo para los juegos nocturnos, 50 balones, los centenares de guayos; computadores,      pantallas gigantes para la proyección de películas, televisores de pantalla gigante de 52  pulgadas,   superequipos de sonido,   telescopios,   salas de billar con varias mesas de billar y juegos electrónicos, neveras de doble puerta, bar, hasta casa de muñecas.   Se han encontrado cerca de 10 caletas:
1ª. Localizada en uno de los baños del galpón donde funcionaba el gimnasio. Es una pared de la ducha que al empujarse con fuerza se convierte en una puerta que da acceso a un subterráneo donde fue construido un refugio antiaéreo, con espacio suficiente para 3 camas y la instalación de una cocina portátil. No tiene ventanas, sólo un tubo de un metro de diámetro sirve de ventilación.
2ª. Una Discoteca en el sótano donde se encontraba el área de dormitorios, debajo de los apartamentos del ´patrón’ y su hermano. Las paredes estaban forradas con espejos. Al retirarlos, se encontró que había un espacio entre la pared y el vidrio donde se almacenaban armas y municiones.
3ª. Todos los pisos de las celdas, como los del gimnasio y el de los chalets fueron levantados en busca de escondites. Y en cada uno de ellos se encontraron agujeros lo suficientemente amplios para esconder armamento.
‘El patrón’ se entregó a la justicia colombiana en junio 19 de 1991 y se fugó 406 días después, ante los ojos de 500 soldados, en julio 22 de 1992, junto a su hermano y 9 de sus lugartenientes, tras mantener secuestrados al vicejusticia, Eduardo Mendoza y al director de Prisiones, coronel del Ejército Hernando Navas Rubio, condenado por la justicia penal militar a 28 de meses de prisión por el delito de favorecimiento de fuga de presos.   Filiberto Joya Abril, suboficial del Ejército, confesó que fue él quien facilitó la huida de la ‘catedral’ de ese centro penitenciario, luego de convencer a un grupo de soldados de colaborar en el plan de fuga a cambio de recibir una millonaria suma de dinero, comida, bonos, útiles de aseo y otros beneficios. Con regalos similares, el  narco y sus hombres montaron en ese penal una red de sobornos a soldados, suboficiales y oficiales encargados de ejercer la vigilancia externa, con el fin de vivir a su gusto, con lujos y excesos.
Luego de la fuga, en diciembre de 1992 el alcalde de Medellín, Luis Alfredo Ramos, convocó una cumbre de seguridad en su despacho, un sábado a las 9 de la mañana, para evaluar la difícil situación de orden público por la que atravesaba Medellín. Esa sola semana habían estallado varios carros bomba. El procurador Arrieta: “Yo estaba sentado en la cabecera de la mesa de juntas y al lado estaba el senador AUV. Mientras daban las cifras de atentados y muertos, AUV se me acercó y me preguntó: “Procurador, ¿no habrá forma de que se entregue, de nuevo?”. Yo le dije que había escuchado que existía la instrucción de dispararle hasta a 100 metros antes de la cárcel de Envigado. AUV me respondió que él podía convocar a todos los congresistas antioqueños para acompañar la entrega y ‘garantizar’ la vida del capo: “A ver si nos matan a todos”, me dijo. Y propuso que se estableciera contacto con el ‘patrón’. Antes de finalizar la reunión, me manifestó que el senador Álvaro Villegas vivía en el mismo edificio de familiares del ´patrón’ y que a través de él se podía buscar un acercamiento. Ramos propuso enterar al gobierno Gaviria de esa posibilidad y enseguida hizo una llamada. Yo hablé con Villegas, y a los pocos días me dijo que ya tenía listo el encuentro, pero que debíamos ir solos, sin escoltas.

Llegamos en la camioneta de Villegas. Él iba adelante con su chofer, y AUV y yo estábamos en la parte trasera. Subimos al piso 8 y nos abrió la mamá del ‘patrón’. Alcanzamos a ver pasar a un reconocido abogado de Medellín que simplemente nos saludó. Luego, nos hicieron pasar a la sala. Yo me senté en el mismo sofá con AUV; Villegas, al lado, y la esposa del ‘patrón’ se hizo al frente nuestro. La reunión duró menos de una hora, la dirigió el senador AUV y le repitió lo mismo que habíamos hablado en la alcaldía. Nos tomamos un tinto y nos retiramos. Cuatro días después, en diciembre 26 de 1992, llegó una carta del ‘patrón’ para el presidente Gaviria. En las 6 páginas, de puño y letra del , este hacía alarde de su poder destructor y, en ese marco, ponía 5 condiciones para su nuevo sometimiento, que se le garantice su permanencia en la ‘catedral’; que fuerzas especiales de la ONU vigilen el anillo ‘externo’ de La Catedral.

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