1610. La Inquisición. El Rey Felipe III
implantaría en 1610 el Tribunal de Penas del Santo Oficio de la Inquisición en
Cartagena. Tribunal religioso que se dedicaba a "rescatar" de las
garras del pueblo enfurecido a todas aquellas personas que atentaran contra la
fe católica, herejes, para poder juzgarlas como se merecían. La Inquisición
tuvo en España un carácter algo desviado y enfermizo de los objetivos
primarios. Además de aplicar la justicia en términos religiosos, fue un
instrumento de la Corona Española para poder ejercer una presión e influencia
política en todos los sectores. Debido a la forma particular de juzgar y
sentenciar a los acusados con tormentos y torturas, se tuvo un concepto erróneo
de la mentalidad de los inquisidores, quienes fueron muy frenéticas y que
llegaban a abusar de su investidura para cometer crueldades en pro de ideas
religiosas. Muchos tormentos para sacar confesiones se aplicaron en Cartagena,
entre ellos el potro, el cordel, el jarro de agua, la gota de agua, etc. Uno de
los delitos más perseguidos en Cartagena fue la brujería, o creencia en dioses
indígenas o africanos. La Inquisición funcionó en Cartagena hasta la sublevación de noviembre
11 de 1811, regresando en 1816 con el Pacificador Morillo para luego ser
desterrada en 1821 con la liberación de Cartagena por el ejército patriota.
Cartagena, Patrimonio
de la Humanidad, conserva entre sus murallas el ‘Palacio de la Inquisición’,
con sus elementos de tortura utilizados por la Santa Inquisición, en donde eran
juzgados delitos contra la fe cristiana y donde nunca se reconoció a un
inocente. En entre ellos:
El “Garrote” que es una silla,
elaborada en hierro y madera con un gran tornillo a la altura de la nuca, el
cual era introducido poco a poco hasta romper las vértebras cervicales, al
tiempo que empujaba el cuello hacia adelante, hasta que al atravesar la
tráquea, el condenado moría por asfixia.
El “Peso de las Brujas” es una
balanza donde se descubría a las brujas porque se suponía que debían pesar muy
poco al entregar su alma al demonio y esto era una condición para poder volar y
caminar sobre el agua. La mujer que entraba por sospecha de brujería y no daba
el peso, igual no salía viva, porque cuando era colocada sobre una balanza y si
pesaba más de 5 kilogramos, se le acusaba de haber embrujado la balanza con el
poder del demonio.
La “Garrucha” consistía en
colgar al acusado con los brazos atados atrás y un peso en los pies, luego lo
levantaban lentamente hasta el techo, después lo dejaban descolgar de manera
rápida produciendo un intenso dolor y fractura de brazos.
El “Potro” era el instrumento
más usado desde el siglo XVI hasta el XVIII,
consistía en una cama de madera, donde era amarrado el inculpado de pies
y manos y se iba tirando en sentido contrario, hasta que se lograba desmembrar.
El “Aplasta cabeza” consistía en
un casco de hierro, el cual se iba atornillando en la cabeza hacia abajo, hasta
fracturar el cráneo y al seguir ajustando se salía la masa encefálica. Era un
método vil y agonizante.
El “Presiona senos” es una
herramienta de hierro con dos punzones de ambos lados, los cuales eran
enterrados en las mamas, hasta destrozarlas.
A todos estos utensilios de
tortura se unen la “Guillotina”, el “Hacha”, el “Ahorcamiento” público y la
“Hoguera”, entre otros.
No pediremos perdón por
nuestra historia. La estatua
de Hernán Cortes en su natal pueblo Medellín en Extremadura, amaneció cubierta de
pintura roja. Junto a la estatua apareció un
comunicado que se refiere a esta como “la glorificación
cruel y arrogante del genocidio y un insulto al pueblo Americano", en
donde los autores del hecho piden que se quite la cabeza de un indio que pisa y
está debajo del pie izquierdo de Cortés. Esto, según los autores de la pinta,
es porque la estatua es una afrenta ética y estética al mundo, el grupo alude
que la estatua es de mal gusto. El alcalde de Medellín, ha señalado que "cada uno se define con
sus actos", "Ellos se han colgado la etiqueta de la tiranía y de
caciques por su falta de respeto honor y gloria a nuestros conquistadores: ‘No pediremos perdón por
nuestra historia’. En diversos
foros se ha dicho “que no es justo calificar a los españoles de genocidas, pues
eso pasó hace ya mucho tiempo y los Americanos deberían de olvidar esa historia
de vencidos”. Me pregunto si se dirá lo mismo al pueblo judío sobre el
Holocausto "olvídenlo, pasó hace mucho tiempo".
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