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Allí, en el arrabal de los sentidos …

Allí, en el arrabal de los sentidos, donde trastos se nublan tú transfieres los horizontes ...

Allí, en el arrabal de los sentidos


Juan del Corral

Bicentenario de la Independencia de Antioquia
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El Cristo más alto del Mundo - Belalcárzar, Caldas



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EL NUEVO NEGRERO DE ELECTRICARIBE EN LA COSTA
NO ES UN SERVICIO ES UN FLAGELO No es exageración, lo denunciamos ante el mundo, ante el gobierno colombiano y ante la historia. La Costa C...

Caso Lezo. ¿Cómo se apoderaron de la Triple A de Barranquilla?


Los mencionados en el escándalo Canal de Isabel II – Triple A
   Inassa es el principal accionista de la Triple A de Barranquilla, que factura más de 650.000 millones de pesos, tiene el 37 por ciento de Metroagua de Santa Marta y de Asaa de Riohacha, entre otras empresas y actividades. Como se recuerda, Inassa fue constituida en 1996 en Barranquilla por Aguas de Barcelona, que en ese momento había sido contratada como socia operadora de la Empresa de Acueducto, Alcantarillado y Aseo de la ciudad. Al llegar, adquirió el 13 por ciento de las acciones. En 2002, cuando se había expandido en varios países, Inassa fue adquirida por Canal de Isabel II a través de Canal Extensia, una filial creada para expandirse en América Latina. Colombia fue la cabeza de playa de esa operación.
   A partir de ese momento, y a través de unas cuestionadas operaciones de disminución de capital, revalorización del patrimonio o emisión de nuevas acciones de la Triple A, Inassa fue aumentando su participación en detrimento de Barranquilla, que terminó con los años con solo el 13 por ciento de la propiedad. La única explicación que el Distrito ha dado es que cada vez que había que hacer inversiones o se emitían acciones, Inassa aumentaba su participación porque Barranquilla no tenía cómo capitalizar. Sin embargo, lo que ahora está al descubierto es que lo habría hecho con dineros de la propia empresa
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En Barranquilla encuentra 262.000 euros en apartamento
¿Cómo se apoderaron de la Triple A de Barranquilla?
Los 3 empresarios barranquilleros que han hecho millones con la Triple A
Colombia halla 262.000 euros en casa del expresidente de Inassa







Las “Floramas” de un pintor colombiano: Una tarde con Fernando Oramas

FERNANDO ORAMAS


Medios de Comunicación o de Propaganda en Colombia





Alianza de Medios Alternativos: La costra política de Antioquia

Alianza de Medios Alternativos: La costra política de Antioquia

Por Luisa Pino 1º Parágrafo 2º. El votante tampoco importa, es sólo un medio. 2º Parágrafo 7º. El lavado de dineros ilícitos oper...

Se cayo una estatua: Grupo Sura

Periódico El Satélite ¡SE CAYÓ UNA ESTATUA! El Grupo Empresarial Antioqueño (GEA) controla la información de El Colombiano y abusa de su poder económico -- Octavio Quintero



Leer más: http://periodicoelsatelite.webnode.es/search/?text=estatua


http://elturbion.com/?p=11996

La heroína de la independencia suramericana Manuela Sáenz

La quiteña desde los 12 años se pliega a las fuerzas revolucionaras emancipadoras que iniciaron la Revuelta en Quito, el 9 de agosto de 1809, y a pesar de que este proceso que duró poco, las ideas rebeldes de Manuelita se mantuvieron toda su vida
Un 27 de diciembre de 1797, nació en Quito, Ecuador, la combatiente Mauela Sáenz, mujer que tuvo una amplia participación en la gesta independentista de Suramérica, que para la época estaba bajo el dominio español.
El 25 de septiembre del año 1828 se inmortaliza Manuela Sáenz por salvar al Libertador Simón Bolívar, convirtiéndose según palabras del Padre de la Patria, en la “Libertadora del Libertador”. En esa oportunidad, ella confrontó a los enemigos de Bolívar, para darle tiempo a éste de escapar de sus adversarios en Bogotá, Colombia.
Numerosos biógrafos y novelistas que han escrito sobre Manuela Sáenz han pasado por alto a la militante y combatiente por la Independencia, y escogieron recrearla en los textos como leyenda vinculada a la visión heroica del Libertador Simón Bolívar.
En ese sentido, es importante destacar que la quiteña desde los 12 años se pliega a las fuerzas revolucionaras emancipadoras que iniciaron la Revuelta en Quito, el 9 de agosto de 1809, y a pesar de que este proceso que duró poco, las ideas rebeldes de Manuelita se mantuvieron toda su vida.
En 1814, a los 17 años fue enviada a un convento para que fuera educada como todas las señoritas en Quito, pero la inquieta personalidad de la heroína no permitiría este reposo, y en poco tiempo se enamoró de Fausto D’Elhuyary, con quien huye del convento.
Ese amor fue bastante inestable y fueron bastante frugales ya que en 1818, ella contrajo matrimonio con el médico inglés James Thorne, hombre que le doblaba la edad, pero quien era muy adinerado. Él estaba realmente enamorado de la joven y le perdonó sus infidelidades y sus andanzas políticas.
El 28 de julio de 1821, Manuelita presenció en Lima cuando se declaró la independencia del Perú, proceso en el cual participó de lleno, motivo por el cual obtuvo el título de Caballero de la Orden del Sol.
En 1822, Manuela viajó a Ecuador con su padre, dejando a su marido en Quito. El 24 de de mayo, día del triunfo de Pichincha. Manuela tuvo la oportunidad de entablar amistad con el general Sucre. También conoció al General Juan José Flores y a quien sería llamado Libertador, Simón Bolívar. A partir de ese instante la joven de 25 sería la fiel compañera y amante del gran héroe Bolívar.
Sáenz murió en 1856 víctima de una epidemia de peste -aparentemente difteria-. Fue enterrada en una fosa común y sus posesiones -entre ellas muchas cartas del Libertador y documentos de la Gran Colombia- fueron quemadas, por temor a que ayudaran a que se esparciera la enfermedad.

JUSTO RECONOCIMIENTO

El 5 de julio de 2010, en el Panteón Nacional ubicado en Caracas, el comandante supremo, Hugo Chávez, y el presidente de Ecuador, Rafael Correa, depositaron en un sarcófago los restos simbólicos de Manuela Sáez junto al altar principal donde reposaban los del Libertador Simón Bolívar.
Elevada al grado de Post Mortem, el Primer Mandatario venezolano otorgó a la memoria histórica de Manuela Sáenz el grado de Generala del Ejército Bolivariano.


Fuentes/Centro virtual Cervantes,
bicentenarioenlacapital.gdc.gob.ve,
Alba Ciudad
Texto/CO

Ayacucho fue resultado de la estrategia desarrollada por Antonio José de Sucre

Hace 190 años se libró la batalla final de la independencia suramericana

Ayacucho fue resultado de la estrategia desarrollada por Antonio José de Sucre

9 diciembre 2014 | 3 Comentarios
El cumanés para esos años había conquistado el respeto y la admiración de todos los efectivos del Ejército Unido, tanto venezolanos, neogranadinos, ecuatorianos, peruanos, argentinos y otras nacionalidades que bajo su mando intervendrían en Ayacucho

El 28 de julio de 1824 el Congreso de Colombia aprobó una ley que despojaba a Simón Bolívar de su facultad de dirigir personalmente las tropas grancolombianas en el extranjero y otorgar ascensos. Al enterarse de la decisión en octubre de ese año, el Libertador delegó el mando del Ejército Libertador de la sierra en Antonio José de Sucre.
El cumanés para esos años había conquistado el respeto y la admiración de todos los efectivos del Ejército Unido, tanto venezolanos, neogranadinos, ecuatorianos, peruanos, argentinos y otras nacionalidades que bajo su mando intervendrían en Ayacucho. Fue así como, inocente de las tretas bogotanas, Sucre suplió a Bolívar en la jefatura suprema de la batalla final, la que le haría acreedor del título de Gran Mariscal de Ayacucho.

LOS DOS EJÉRCITOS

De acuerdo a Javier Ocampo López, en el encuentro se midieron “6.879 soldados patriotas, bajo el comando del general Sucre, contra 10 mil soldados realistas, de los cuales siete mil eran indios y mestizos partidarios del rey de España”. Otras fuentes estiman las fuerza patriotas en poco menos de 6 mil.
El mismo historiador escribe “las divisiones patriotas de José María Córdova. Jacinto Lara y José de La Mar se enfrentaron a las divisiones realistas de Alejandro González Villalobos, Antonio Monet y Jerónimo Valdés”. Alfonso Rumazo González habla de 10 mil efectivos realistas.

LANZAS Y BAYONETAS

El destino final de la independencia suramericana viró drásticamente a favor de los patriotas en la planicie de Junín, cuando los llaneros venezolanos -según lo recuerda José Abelardo Ramos-, en un momento en que estuvo a punto de tocarse a retirada para los patriotas, decidieron el combate empleando la técnica del ‘Vuelvan Caras’, y “llevando sus riendas en las rodillas, así tenían sus dos manos libres para cargar lanzas y alzarse sobre sus caballos hasta un metro, con sus lanzas en manos, más flexibles y más largas, casi metro y medio más que la de los españoles” .
La jornada de Ayacucho tuvo mayor complejidad en cuanto a las armas, pues si bien la lanza fue importante en las acometidas contra la caballería realista -la que no evaluó la experiencia de Junín-, también resultó clave la infantería patriota con sus cargas a la bayoneta bajo el mando de José María de Córdoba. Asimismo, Sucre dispuso con gran sentido de oportunidad la artillería, apuntando hacia las dos bajadas que conectan la franja elevada del Cundurcunca donde se estacionaron los realistas, y que comunicaban con la planicie abajo, donde se habían situado los independientes. Se impedía así, a La Serna y Canterac, aprovecharse de la superioridad numérica y su armamento, al quedar represados en los dos sitios de descenso.

IDAS Y VENIDAS

Luego de Junín, los patriotas persiguieron al enemigo durante varias semanas. Sin embargo, encontrándose liberada la provincia de Jauja y territorios aledaños, el Libertador desistió de llegar hasta el cuartel general realista en el Cuzco, por considerar el agotamiento de su infantería, poco experimentada en combates en terrenos cuya altitud oscilaba entre los 3 mil y cuatro mil metros, y dificultaba la respiración por escasez de oxígeno, factor al que estaba habituado el ejército del Virrey, por ser la mayor parte peruanos, y el tercio peninsular por haber permanecido años estacionado en la sierra.
Al tomar el mando Sucre prosiguió el mismo plan del Libertador: dar vueltas y revueltas hasta ubicar una posición conveniente para combatir.
Otro tanto hacía la fuerza monárquica, que si bien confiaba en el número de sus fuerzas, calibraban la capacidad del futuro Gran Mariscal, de cuya prudencia, habilidad y disciplina tenían buenas referencias.

IR A LA BATALLA

La decisión realista de ir el encuentro con los independientes respondió, como sabiamente lo había estimado el día 3 de diciembre el héroe cumanés, a la creencia de que la victoria táctica obtenida en Collpahuayo, donde dieron de baja a 300 patriotas, había destruido la moral de los republicanos. En todo caso, como escribiría años después José de la Trinidad Morán, uno de los héroes de Ayacucho “El éxito de una batalla es muchas veces juego de la fortuna, pero el encadenamiento de los sucesos es una ley fatal, como la de un cuerpo que rueda por un plano”.

MANUELA EN EL COMBATE

”El 3 de diciembre [de 1824] los patriotas caen en una emboscada peligrosísima, al atravesar la profunda quebrada de Collpahuayo(…)La maniobra española tiene dos objetivos: disminuir la fuerza del enemigo y tentarlo a presentar batalla…en condiciones desventajosas. Sucre comentó ‘Esto obligará al enemigo a empeñar batalla. Están engreídos’.
(…) Al fin se sitúan en Ayacucho. El virrey, Canterac y todo el ejército monárquico al pie de una colina llamada Cundurcunca; al pie de ella, en una vasta meseta acampan los republicanos, con el casería de Quinua en la retaguardia.
(…) A las once de la mañana [del 9 de diciembre] se abren los fuegos(…)El español Rubín Celis se precipita a destiempo y temerariamente contra el ala derecha republicana defendida por Córdoba. Da entonces éste su célebre grito de ‘ARMAS A DISCRECIÓN’. Miller recibe la orden de arrojar su caballería a la carga (…) Manuela [Sáez], que anda por ahí, no pudo contener su ímpetu y se lanza también con denuedo (…) El general Canterac en persona actúa en la lucha, pero sin éxito. El golpe de gracia le corresponde a la división del general Lara. Se ha cumplido el plan de lucha estudiado por Sucre la noche anterior” [Alfonso Rumazo González, Bolívar, Distribuidora Continental, Caracas, págs. 209,210]
T/ Néstor Rivero

En la Batalla de Ayacucho Sucre comandó un ejército internacionalista

En la Batalla de Ayacucho Sucre comandó un ejército internacionalista

Hace 190 años se cerró el ciclo militar de la lucha por la Independencia

En la Batalla de Ayacucho Sucre comandó un ejército internacionalista

9 diciembre 2014 | 3 Comentarios
En tres horas, el general Sucre derrotó a un Virrey, a cuatro mariscales de campo y a un ejército que superaba a las tropas patriotas por más de 3 mil hombres, explicó el historiador Reinaldo Rojas

Por encima de las diferencias regionales y nacionales, a los hispanoamericanos – hoy latinoamericanos y caribeños– nos une un pasado común de luchas y esperanzas, manifestó el historiador Reinaldo Rojas, exviceministro de Educación superior, quien destacó que la Batalla de Ayacucho, que tuvo lugar el 9 de diciembre de 1824, es el resultado de una convergencia de pueblos y naciones que nos reclama unidad por encima de todo.
Entrevistado por el Correo del Orinoco con motivo de los 190 años de este acontecimiento, Rojas señaló que “no es una batalla más. Es la batalla definitiva que concluyó en la victoria de los patriotas y significó no solo la liberación del Perú sino también el cierre del conflicto armado por la emancipación de Hispanoamérica a escala continental”.

UN ALTO COSTO

El catedrático enfatizó que el logro que coronó la contienda de Ayacucho “no fue un regalo” y que todas y todos “debemos recordar siempre que nuestra Independencia tuvo un alto costo en seres humanos y recursos”. “La pérdida de los patriotas fue de 310 muertos y 609 heridos, mientras del lado realista la cifra fue de 2.500 hombres, entre muertos y heridos. Por ello, hay que recordar con respeto y agradecimiento a los héroes de Ayacucho”, expresó.
Rojas agregó que luego de los triunfos de las fuerzas patriotas en Venezuela, la Nueva Granada y el Ecuador, con Bolívar y Sucre como Jefes de Campaña; y de los éxitos militares encabezados por el general San Martin en Argentina y Chile, “para 1824 el Perú era el núcleo que quedaba de resistencia española en Suramérica”.

SU IMPORTANCIA MILITAR

“Disposición perfecta, ejecución divina y maniobras hábiles y prontas” “fue la caracterización que hizo el Libertador al conocer el diseño y los resultados de la batalla de Ayacucho, desarrollada por el General Sucre”, refirió Rojas. Al respecto, subrayó el hecho de que las fuerzas patriotas “desbarataron en tres horas un Ejército superior en número de contingentes y muy bien apertrechado”.
“Ayacucho tiene gran importancia militar estratégica, ya que con esa victoria se alcanza la liberación definitiva de los países suramericanos del dominio colonial español”, advirtió Rojas. Reforzó sus palabras con la observación de que “en esta batalla participó lo más selecto del Ejército español en América, y al darse en el Perú, corazón del poder realista encabezado por el Virrey La Serna, iba a tener un impacto estratégico en el futuro de la guerra”.

LO MÁS GRANADO EN COMBATE

Precisamente, fue el el propio Virrey La Serna quien comandó las acciones en el campo de batalla, “secundado por un Estado Mayor constituido por el teniente general José de Canterac, los mariscales de campo Jerónimo Valdez, Juan Antonio Monet, Alejandro González Villalobos y José Carratalá y ocho brigadieres”, destacó el investigador como otro hecho descollante.
“Este hecho es el que explica porque es ascendido el General Sucre a Mariscal de Campo en el propio campo de batalla por el propio Libertador: había derrotado cuatro Mariscales de Campo”.
En total, el ejército realista contaba “con 9.310 hombres, de los cuales 600 eran españoles”.
Por el lado de las fuerzas patriotas, añadió, “tenemos al general Sucre acompañado por los generales José María Córdova, neogranadino; José La Mar, ecuatoriano; y Jacinto Lara, venezolano. En tropa y oficiales, era un ejército -si lo vemos desde las divisiones político, territoriales y nacionales de hoy- formado por 5.860 hombres”.

EL CIERRE DEL CICLO MILITAR

El profesor Rojas subrayó que entre todas las consecuencias que trajo consigo la Batalla de Ayacucho “la principal y más importante” es la liberación definitiva de Suramérica del dominio colonial español. Igualmente, destacó que “con Ayacucho se cierra el ciclo militar de la lucha por la Independencia iniciado en 1812 y se retoma el ciclo político y civil con el que se había iniciado la independencia entre 1810 y 1811”.
“Es la batalla que cierra la Campaña de Libración del Sur de Colombia, iniciada en 1821 por Bolívar”, señaló el historiador. Hizo énfasis en que esta campaña “contó con la dirección del general Antonio José de Sucre enmarcada en el itinerario de confrontaciones militares que buscaban completar la independencia de la Gran Colombia, con el agregado de que significó también la liberación del Perú y la independencia total de nuestro subcontinente”.

BOLÍVAR Y SUCRE

El catedrático explicó que en la campaña del Sur algunas de las batallas fueron dirigidas por Sucre y las otras por Bolívar: “Por ejemplo, Sucre triunfa en Yaguachi, Riobamba, Pichincha y Ayacucho, mientras Bolívar lo hace en Bomboná y Junín. Es una misma estrategia dirigida a doblegar lo que quedaba de poder español en Suramérica, localizado en el Virreinato del Perú”.
El investigador y catedrático sentenció que “eso significaba que en el panorama del continente se avizoraban otros horizontes. Horizontes diferentes, que se desarrollarían en otros escenarios ajenos a los campos de batalla”.
“Se trataba de una nueva en etapa que debían enfrentar las fuerzas patriotas en lo adelante el problema central será la organización interna de las nuevas repúblicas recién independizadas y mirar el horizonte estratégico de la unidad hispanoamericana”, señaló.

CON PANAMÁ A LA VISTA

A propósito del alcance continental del impacto estratégico de la Batalla de Ayacucho, el historiador Reinaldo Rojas declaró: “No deja de ser simbólico que dos días antes de la batalla, el 7 de diciembre de 1824, el propio Bolívar – adelantándose a los acontecimientos y previendo la fase política internacional que se avecinaba– convocara al Congreso de Panamá”.

El valor de José Laurencio Silva fue decisivo en Junín y Ayacucho

El valor de José Laurencio Silva fue decisivo en Junín y Ayacucho
Esta clase de hombres contribuyó decisivamente con su ejemplo a la causa emancipadora, pues el coraje y empeño a la hora de dar cara al enemigo en los campos de batalla, indujo la emulación y respeto del grueso de los jinetes, quienes temían quedar como menos valerosos en la refriega
El 7 de septiembre de 1791 nace en El Tinaco, Cojedes, el prócer José Laurencio Silva, cuya actuación a lo largo de la gesta emancipadora es ejemplo de arrojo, amor a la patria y lealtad a los proyectos del Libertador Simón Bolívar, a quien acompañó hasta el Perú y Bolivia. Incluso se integró a su círculo familia más íntimo en 1827, al contraer matrimonio con la su sobrina Felicia Bolívar, hija de Juan Vicente Bolívar, el hermano del Libertador fallecido en 1812.

HOMBRE DE FILAS

Al igual que Manuel Cedeño, Juan José Rondón, José de la Trinidad Morán y muchos de quienes se sumaron a las filas independentistas desde 1812 -cuando estuvo a las órdenes de Francisco de Miranda- Silva obtuvo cada grado, desde soldado hasta general, conduciendo personalmente escuadrones y destacamentos de caballería en los combates en los que tomó acción.
Desde 1813, Silva se caracterizó por su lealtad inquebrantable al proyecto continentalista de Simón Bolívar. Sin embargo, como otros valientes, no logró dar el salto de pensamiento que habría posibilitado impulsar en torno a Antonio José de Sucre, la continuidad del legado del Padre de la Patria una vez que este desapareció.

“¿DÓNDE ESTÁN LOS ENEMIGOS?”

En los tiempos en los que se constituían nuestros primeros ejércitos y las tropas perfilaban su conciencia de patria, la disposición de combate de numerosos soldados dependía mucho del arrojo de sus jefes inmediatos. Estos, casi siempre debieron probar su jefatura y don de mando al frente de su escuadrón, en medio de la batalla. Y en este punto, el desempeño y contribución de José Laurencio Silva fueron decisivos en para mantener alta la moral de la tropa.
Esta clase de hombres contribuyó decisivamente con su ejemplo a la causa emancipadora, pues el coraje y empeño a la hora de dar cara al enemigo en los campos de batalla, indujo la emulación y respeto del grueso de los jinetes, quienes temían quedar como menos valerosos en la refriega.
En la batalla de San Mateo de 1814, el Libertador encomendó a Silva que diariamente asaltase un puesto enemigo muy reforzado. En un momento del choque, Silva y los suyos en lucha cuerpo a cuerpo con el enemigo quedaron rodeados, y cortada su retirada ante varios centenares de bovecistas. En tan inminente peligro Silva y el oficial Landaeta “juran sobre la cruz de sus espadas morir antes que rendirse, y a la cabeza de treinta soldados que les quedaban, rompen a bayoneta las filas enemigas y logran incorporarse al grueso del ejército”.
Es elocuente la expresión de Silva en Araure, quien jamás preguntaba cuántos son los enemigos, sino “¿dónde están?”.

ESTIMA DE BOLÍVAR. 

José Laurencio Silva integró el cuerpo de oficiales que habría de llevar las armas libertadoras más allá de la Gran Colombia. Interviniendo en batallas y participando en entradas triunfales hasta Potosí.
Como reivindicación de Silva por sus méritos indiscutibles, y para reiterar la vocación de cambios que animaba al Libertador en el marco de una sociedad de castas y rígidos prejuicios, como era la América que surgió del régimen colonial, éste dispuso que Silva contrajese matrimonio con su sobrina Felicia. En Caracas hubo cierta muestra de inicial disconformidad, tanto en el ala conservadora de la familia Bolívar y otras del mantuanaje caraqueño, pues Silva no era blanco.
Estando al frente de la provincia de Guayana en 1828, y debido a un serio altercado con el también prócer Cruz Paredes, Silva escribe al Libertador “suplico a V.E que no me de más mando, lo que quiero es irme al lado de mi familia y trabajar para mantener a mis hijos”.

EN JUNÍN Y AYACUCHO

Fue decisiva la actuación de Silva en Bomboná. En Junín, el prócer de El Tinaco encabezó, junto al inglés Felipe Braun, el primer grupo de lanceros patriotas que rompió la muralla de lanzas y sables opuesta por la caballería realista. Su coraje en la jornada le hizo acreedor al título de “Héroe de Junín”. En Ayacucho, a la cabeza de los Húsares de Colombia, Silva se empeñó en los episodios más reñidos de la acción, resultando seriamente herido desde el comienzo. Pese a ello se mantuvo al frente de sus hombres “flaquearon los realistas -apunta Manuel Ancízar-, Silva con su caballería los desordenó y el destrozo fue general”.
En Ayacucho, mientras José María de Córdova encabezada con la infantería el choque de las bayonetas, Silva acometía con sus jinetes un ala realista al pie del barranco por donde descendían los realistas en busca de los patriotas, y donde se decidió la acción a favor de éstos. Concluida la acción, y en el mismo campo, Antonio José de Sucre otorgó a Silva el grado de General de Brigada

¿TRASPIÉS FINAL?

A comienzos de la Guerra Federal, José Laurencio Silva jefaturó tropas del bando conservador gobernante. Se cuenta que en un encuentro, Ezequiel Zamora desde una de trinchera le increpa “General, Ud es heredero de la historia de Bolívar, no defienda Ud los intereses de la oligarquía”. Lo cierto es que Silva intervino por poco tiempo en la Guerra Federal, pues renuncia a su cargo en el ejército para atender los asuntos familiares.

“PERSEGUIDO A MUERTE”

“(…)perseguido de muerte, cercado de inminentes peligros, viose [José Laurencio Silva en 1814] en tan desesperada situación, que el día era enemigo implacable, la vista humana amenaza. Desencadenadas todas las malas pasiones, estimuladas con la propina vil de la ganancia y acariciadas por todo linaje de halagos y promesas, la delación era granjería, la persecución merecimiento y la crueldad título, el crimen autoridad. Solicitaban los rencores de la época, los negociantes de sangre humana, con más empeño y diligencia la captura de un patriota [Silva]. ¡Entristece el ánimo y pone luto en el corazón la consideración filosófica de los abismos a que desciende el espíritu humano!

¿Qué hacer? ¿Qué camino seguir? Evitar la luz, la sociedad, envolverse en las sombras de la noche, sepultarse en el silencio del olvido, desaparecer en la soledad…huir de los hombres, entregarse a las fieras. Tomada tal resolución internóse nuestro héroe en lo más recio de una montaña…y creyóse seguro y libre de persecuciones(…)Y allí permaneció Silva por más de tres meses, disputando a las fieras de día. Luego al fin desesperado…salióse de la montaña a media noche y siguió al Tinaco a la casa materna(…)Por desgracia, una criada desleal…puso en cuenta de ello a un furioso realista(…)cuando súbitamente cayeron sobre aquel grupo que simbolizaba los afectos más santos del corazón, veintiseis furias..y Silva maniatado, sereno, impávido ante la muerte, fulminante de ira ante los enemigos de la patria. Por toda gracia…[los realistas] resolvieron llevarle al Pao, laboratorio de cadalsos…” [Ramón Azupurúa]

Bolívar bajo la mirada británica

Bolívar bajo la mirada británica
Con motivo de los actos de conmemoración del bicentenario de la independencia de Venezuela, la embajada de este país en el Reino Unido ha organizado un encuentro en el que el autor británico Robert Harvey hablará sobre su libro dedicado a la figura del libertador americano Simón Bolívar.
La obra titulada“Bolívar. The South American Liberator”,plasma la fascinación de Harvey por la figura y la vida de Simón Bolívar y explora la compleja personalidad detrás del revolucionario que luchó por la liberación de sus pueblos en América Latina frente al imperio español. De esta forma, Harvey recrea la historia de las campañas militares más destacadas y dibuja un amplio retrato de América del Sur en los últimos años de dominio español. Como político Robert Harvey se desempeñó en la Cámara de los Comunes formando parte del gabinete de Asuntos Exteriores durante la década de 1980.
Su carrera como periodista la ejerció en la publicación especializada en política y economía The Economist, donde fue editor asistente, labor que le llevó a trabajar como corresponsal  en América Latina. También trabajó como redactor jefe de asuntos en el extranjero para el periódico británico Daily Telegraph.
Entre sus obras más destacadas se incluyen una biografía de almirante  Thomas Cochrane, Lord Cochrane, quien fue conocido como “el lobo de los mares”,“The War of Wars” y “Mavericks”“Liberators: Latin America´s Struggle for Independence” y “The Fall of Apartheid: The Inside Story from Smuts to Mbeki” Fecha y lugar: Miércoles, 24 de mayo, 7:30 pm. Bolívar Hall. 54 Grafton Way, Londres, W1T 5DL.

http://theprisma.co.uk/ Bolivar

Vigencia de Carta de Jamaica

Resaltan en Francia la vigencia de Carta de Jamaica | Correo del Orinoco

   La vigencia que tiene la Carta de Jamaica, escrita por el libertador Simón Bolívar, fue resaltada durante un conversatorio que se realizó en la Embajada de Venezuela en Francia, a propósito de los 200 años de la redacción del referido texto.
   Durante la actividad, los participantes coincidieron en el infinito valor de la Carta en momentos en que tienen lugar procesos de integración en América Latina.
   Los asistentes remarcaron mecanismos como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América y la Unión de Naciones Suramericanas, que son parte de la herencia bolivariana.
   El embajador de Venezuela en la nación gala, Héctor Michel Mujica, apuntó que Simón Bolívar transformó una guerra social en una guerra por la emancipación de todo el continente.
   “El gran mérito del Comandante Hugo Chávez fue acercar el pensamiento y los escritos de Bolívar al pueblo y además mostrar que fue un hombre de carne y hueso”, enfatizó.
   Al intervenir en el encuentro, el embajador venezolano ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Luis Alberto Crespo, acentuó que en esa carta el prócer latinoamericano plasmó su posición antiimperialista, anticolonialista y recalcó la importancia de la unidad.
   Crespo señaló que la independencia no es suficiente, pues hay que saber qué hacer con ella. “La soberanía política, económica y cultura puede unirnos”, acotó.
   También estuvo  presente en el conversatorio, la embajadora de Ecuador en Francia, María de la Paz Donoso, expresó que las palabras de Bolívar son una guía para avanzar hacia la integración, hacia la verdadera y segunda independencia.
   “Eso se materializará con las gestiones adecuadas para mejorar el acceso de los pueblos a la educación, la salud, la vivienda”, agregó.

Girardot Atanasio


Atanasio Girardot es un símbolo de integración

                                                                             Luisiana Rios
Atanasio Girardot Cayó en combate en septiembre 30 de 1813.
Girardot forma parte del grupo de jóvenes soldados que venían a acompañar a bolívar en la Campaña Admirable y su primera acción en ella fue en Angostura de La Grita, en la víspera de la campaña, el 13 de Abril de 1813, bajo el mando del Coronel Manuel del Castillo
  Hoy se cumplen 202 años de la muerte de Atanasio Girardot, alcanzado por una bala cuando plantaba la bandera patriota en el cerro de Bárbula en señal de victoria. Así, a sus 22 años de edad, entregó su vida este joven oficial nacido en Nueva Granada, y que “es un símbolo de la unión de los pueblos de Venezuela y Colombia, de la integración entre Colombia y Venezuela”, en palabras del historiador Pedro Rodríguez Rojas.
  Rodríguez, docente de la Universidad Simón Rodríguez de Barquisimeto, acotó que Atanasio Girardot, “tanto como los otros 600 jóvenes neogranadinos que vinieron para acompañar a Bolívar en mayo de 1813, veían que liberar a la Nueva Granada no era suficiente, que la Independencia de Venezuela tampoco lo era, que se requería la unidad”.
  “Eso es lo que trasciende. Esos jóvenes eran soldados del ejército que derrota al imperio español, que sin mezquindades de ninguna naturaleza se integraron por la independencia de estas naciones. Comprendían que el enemigo estaba afuera, y era el mismo, tanto para los neogranadinos como para los venezolanos”, añadió.
NO OLVIDAR. La lección de Girardot, comentó Rodríguez, “es algo que no debemos olvidar, porque está claro que el enemigo es el que crea divisiones, pero los pueblos saben que no podemos ser enemigos, porque tenemos una misma raíz, un origen, una historia”.
  Precisó que Bolívar lo dejó “muy claro en la Carta de Jamaica, de la cual este 6 de septiembre acabamos de celebrar el bicentenario, cuando dice que la integración latinoamericana se hace cuesta arriba en la medida en que intereses externos están constantemente perjudicando esa posibilidad y menciona a Estados Unidos e Inglaterra”.
QUIÉN FUE GIRARDOT. El profesor Rodríguez Rojas relató que Atanasio Girardot nació en San Jerónimo, Antioquia, Colombia, el 2 de Mayo de 1791. Era hijo del comerciante francés Juan Luis Girardot y de la antioqueña María Josefa Díaz. Junto a sus hermanos Pedro y Miguel: “Su padre era un hombre rico, su madre también procedía de gente adinerada y como hijo de una familia de poder, estudió Jurisprudencia en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario en Santa Fe de Bogotá”.
  “Inició su carrera militar en 1809 como teniente del batallón de infantería auxiliar de guarnición de Santa Fe en momentos en que los pueblos del continente, Caracas, Bogotá, Buenos Aires, comenzaban a respirar aires de rebeldía”, relató. Como oficial, “se alineó con los patriotas y en mayo de 1810 participó en la Batalla del Bajo Placé contra las tropas realistas”
  “Girardot era Federalista y en enero de 1811 participó en defensa de esa postura política en la primera guerra civil neogranadina, enfrentando a los centralistas, quienes salieron derrotados en los combates de Paloblanco y Alto de la Virgen; pero luego los federalistas fueron derrotados por las tropas de Antonio Nariño en el cerro de Monserrate en Bogotá”, apuntó Rodríguez.
LA CAMPAÑA ADMIRABLE. Girardot forma parte del grupo de jóvenes soldados que venían a acompañar a bolívar en la Campaña Admirable y su primera acción en ella fue en Angostura de La Grita, en la víspera de la campaña, el 13 de Abril de 1813, bajo el mando del Coronel Manuel del Castillo.
  El profesor Rodríguez señaló que el Libertador lo nombró Comandante de la Vanguardia, “la cual formó con dos columnas al mando de los Capitanes Hermógenes Maza y Luciano D’Elhuyar”.
  Mientras se encontraban en Mérida, Bolívar le ordenó a Girardot que saliera hacia Trujillo al frente de 500 hombres, contó: “Lo hace y derrota al Coronel realista Ramón Correa en la batalla de Betijoque y luego abate al comandante Manuel Cañas en la batalla de Agua de Obispos, el 18 de junio de 1813, cerca de la población de Carache, en Trujillo”.
LA BATALLA DE BÁRBULA. “El 31 de Julio de 1813, el joven militar neogranadino combatió a las órdenes de Bolívar, en la batalla de Taguanes, la que pone fin a la Campaña Admirable, ya que el Capitán general Domingo de Monteverde, al saber el resultado de esta victoria patriota, sale de Valencia hacia Puerto Cabello y allí se atrinchera”, relató Rodríguez.
  “Triunfante, Bolívar avanzaba hacia Caracas y habiendo ocupado Mérida y Trujillo. Girardot se encarga de la retaguardia desde Apure, hasta alcanzarlo cerca de la ciudad de Naguanagua, junto al cerro de Bárbula. El 26 de Agosto de 1813, Bolívar asedia Puerto Cabello. El 16 de Septiembre llegan refuerzos enemigos. El Libertador decide retroceder hacia Naguanagua. Monteverde moviliza sus tropas hasta el sitio de Las Trincheras y manda una columna hacia Bárbula”, detalló.
  El 30 de septiembre, continuó el historiador, “Bolívar envió las tropas de Girardot, Urdaneta y D’Elhuyar, “a desalojar a los realistas y así lo hacen. pero Girardot muere de un tiro en la cabeza cuando clavaba la bandera patriota en la altura conquistada”.
  En ese momento Atanasio Girardot “ostentaba el grado de Coronel y gozaba de mucho prestigio, lo que lo convertía en hombre de confianza de Bolívar”. En sus memorias, el general Rafael Urdaneta dice que Girardot “se hizo un hombre sobresaliente en todo el ejército; su valor admirable le cubrió de gloria en los campos de Batalla”, concluyó Rodríguez.
BOLÍVAR GUARDÓ SU CORAZÓN. Para el Libertador la pérdida del coronel Girardot fue una pérdida irreparable. A tal punto que “emitió una Ley de duelo que establecía llevar su corazón en procesión hasta Caracas y sus huesos fueran llevados a Valencia y de allí a la ciudad de Antioquia en la Nueva Granada, donde nació”, contó el historiador Pedro Rodríguez Rojas.
  Contó que el 10 de octubre salió, “encabezado por Bolívar, el cortejo que portaba el corazón del héroe colombiano, que llegó a Caracas el 14 de octubre de 1813”.
  El cortejo se dirigió a la Catedral, donde “fue depositado el corazón de Girardot, mientras se terminaba el mausoleo definitivo, que se edifica”ría en la capilla de la Santísima Trinidad, perteneciente a la familia Bolívar.
  El profesor Rodríguez citó textualmente las palabras de Bolívar a propósito de la muerte del joven oficial:
  “Fue, es y será la inspiración cercana y verdadera de la tenacidad con que se nos caracterizará siempre a los hombres y mujeres de uniforme que heredamos y perteneceremos para siempre al impertérrito e imbatible Ejército Libertador”.
El 30 de septiembre de 1813, ya terminando la Batalla de Bárbula con el triunfo de los patriotas, una bala perdida acabó con la vida del joven coronel de 22 años Atanasio Girardot.
  Había nacido en Antioquia. A los 19 años ya se había graduado de Doctor en Jurisprudencia y Humanidades, pero su vocación revolucionaria lo llevó a enrolarse con las fuerzas independentistas.
   Girardot fue parte de esa gloriosa oficialidad que acompañó a Simón Bolívar en la Campaña Admirable, compuesta, entre otros, por José Félix Ribas, Rafael Urdaneta, Vicente Campo Elías, Antonio Ricaurte, Hermógenes Maza, Luciano D’Elhuyar, Joaquín París.
   El oficial neogranadino comandó la vanguardia del ejército patriota, combatiendo con un coraje tal que asombraba a sus compañeros de armas. Lo precedía la fama de valiente alcanzada en la Batalla de Bajo Palace en 1811. Fue así como en poco tiempo ganó la simpatía y admiración de todo el ejército revolucionario.
   Bolívar sintió enormemente su muerte y escribió una sentida carta a Luis Girardot, padre del patriota. En ella decía: “El nombre de Girardot será funesto a cuantos tiranos oprimen la humanidad”.
   Su hermano Pedro también había caído en combate unos meses antes en la Batalla de Juanambú, combatiendo bajo el mando de Antonio Nariño. El único hijo que le quedaba a Luis Girardot era Miguel, de 12 años. Era el año 1815 y la II República se había perdido cruelmente, pero padre e hijo visitaron a Bolívar para ofrecer sus servicios a la Patria. Tres años después, en la Batalla de El Sombrero, Miguel, con apenas 15 años también caería en combate.
   Finalmente, el mismo Luis Girardot, ya viejo y cansado, murió en los llanos de Casanare y Apure cuando se dirigía a enlistarse en las guerrillas que operaban en esas zonas. Su esposa, doña Josefa Díaz, y sus hijas fueron desterradas y confiscados sus bienes, quedando así en la más abyecta miseria.

   Ese ejemplo de patriotismo y sacrificio, de toda una familia, justifica cabalmente aquello que el “nombre Girardot será funesto a cuantos tiranos oprimen la humanidad”.

La Muerte Atanasio Girardot

 
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