Hace 190 años se cerró el ciclo militar de la lucha por la Independencia
En la Batalla de Ayacucho Sucre comandó un ejército internacionalista
9 diciembre 2014 | 3 Comentarios
En tres horas, el general Sucre derrotó a un Virrey, a cuatro mariscales de campo y a un ejército que superaba a las tropas patriotas por más de 3 mil hombres, explicó el historiador Reinaldo Rojas
Por encima de las diferencias regionales y nacionales, a los hispanoamericanos – hoy latinoamericanos y caribeños– nos une un pasado común de luchas y esperanzas, manifestó el historiador Reinaldo Rojas, exviceministro de Educación superior, quien destacó que la Batalla de Ayacucho, que tuvo lugar el 9 de diciembre de 1824, es el resultado de una convergencia de pueblos y naciones que nos reclama unidad por encima de todo.
Entrevistado por el Correo del Orinoco con motivo de los 190 años de este acontecimiento, Rojas señaló que “no es una batalla más. Es la batalla definitiva que concluyó en la victoria de los patriotas y significó no solo la liberación del Perú sino también el cierre del conflicto armado por la emancipación de Hispanoamérica a escala continental”.
UN ALTO COSTO
El catedrático enfatizó que el logro que coronó la contienda de Ayacucho “no fue un regalo” y que todas y todos “debemos recordar siempre que nuestra Independencia tuvo un alto costo en seres humanos y recursos”. “La pérdida de los patriotas fue de 310 muertos y 609 heridos, mientras del lado realista la cifra fue de 2.500 hombres, entre muertos y heridos. Por ello, hay que recordar con respeto y agradecimiento a los héroes de Ayacucho”, expresó.
Rojas agregó que luego de los triunfos de las fuerzas patriotas en Venezuela, la Nueva Granada y el Ecuador, con Bolívar y Sucre como Jefes de Campaña; y de los éxitos militares encabezados por el general San Martin en Argentina y Chile, “para 1824 el Perú era el núcleo que quedaba de resistencia española en Suramérica”.
SU IMPORTANCIA MILITAR
“Disposición perfecta, ejecución divina y maniobras hábiles y prontas” “fue la caracterización que hizo el Libertador al conocer el diseño y los resultados de la batalla de Ayacucho, desarrollada por el General Sucre”, refirió Rojas. Al respecto, subrayó el hecho de que las fuerzas patriotas “desbarataron en tres horas un Ejército superior en número de contingentes y muy bien apertrechado”.
“Ayacucho tiene gran importancia militar estratégica, ya que con esa victoria se alcanza la liberación definitiva de los países suramericanos del dominio colonial español”, advirtió Rojas. Reforzó sus palabras con la observación de que “en esta batalla participó lo más selecto del Ejército español en América, y al darse en el Perú, corazón del poder realista encabezado por el Virrey La Serna, iba a tener un impacto estratégico en el futuro de la guerra”.
LO MÁS GRANADO EN COMBATE
Precisamente, fue el el propio Virrey La Serna quien comandó las acciones en el campo de batalla, “secundado por un Estado Mayor constituido por el teniente general José de Canterac, los mariscales de campo Jerónimo Valdez, Juan Antonio Monet, Alejandro González Villalobos y José Carratalá y ocho brigadieres”, destacó el investigador como otro hecho descollante.
“Este hecho es el que explica porque es ascendido el General Sucre a Mariscal de Campo en el propio campo de batalla por el propio Libertador: había derrotado cuatro Mariscales de Campo”.
En total, el ejército realista contaba “con 9.310 hombres, de los cuales 600 eran españoles”.
Por el lado de las fuerzas patriotas, añadió, “tenemos al general Sucre acompañado por los generales José María Córdova, neogranadino; José La Mar, ecuatoriano; y Jacinto Lara, venezolano. En tropa y oficiales, era un ejército -si lo vemos desde las divisiones político, territoriales y nacionales de hoy- formado por 5.860 hombres”.
EL CIERRE DEL CICLO MILITAR
El profesor Rojas subrayó que entre todas las consecuencias que trajo consigo la Batalla de Ayacucho “la principal y más importante” es la liberación definitiva de Suramérica del dominio colonial español. Igualmente, destacó que “con Ayacucho se cierra el ciclo militar de la lucha por la Independencia iniciado en 1812 y se retoma el ciclo político y civil con el que se había iniciado la independencia entre 1810 y 1811”.
“Es la batalla que cierra la Campaña de Libración del Sur de Colombia, iniciada en 1821 por Bolívar”, señaló el historiador. Hizo énfasis en que esta campaña “contó con la dirección del general Antonio José de Sucre enmarcada en el itinerario de confrontaciones militares que buscaban completar la independencia de la Gran Colombia, con el agregado de que significó también la liberación del Perú y la independencia total de nuestro subcontinente”.
BOLÍVAR Y SUCRE
El catedrático explicó que en la campaña del Sur algunas de las batallas fueron dirigidas por Sucre y las otras por Bolívar: “Por ejemplo, Sucre triunfa en Yaguachi, Riobamba, Pichincha y Ayacucho, mientras Bolívar lo hace en Bomboná y Junín. Es una misma estrategia dirigida a doblegar lo que quedaba de poder español en Suramérica, localizado en el Virreinato del Perú”.
El investigador y catedrático sentenció que “eso significaba que en el panorama del continente se avizoraban otros horizontes. Horizontes diferentes, que se desarrollarían en otros escenarios ajenos a los campos de batalla”.
“Se trataba de una nueva en etapa que debían enfrentar las fuerzas patriotas en lo adelante el problema central será la organización interna de las nuevas repúblicas recién independizadas y mirar el horizonte estratégico de la unidad hispanoamericana”, señaló.
CON PANAMÁ A LA VISTA
A propósito del alcance continental del impacto estratégico de la Batalla de Ayacucho, el historiador Reinaldo Rojas declaró: “No deja de ser simbólico que dos días antes de la batalla, el 7 de diciembre de 1824, el propio Bolívar – adelantándose a los acontecimientos y previendo la fase política internacional que se avecinaba– convocara al Congreso de Panamá”.
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