Twitter Facebook Google Plus LinkedIn RSS Feed Email

Los Comuneros

La Refrendación. Antioquia dice: "Voto por el SÍ a los Acuerdos de Paz" Junio 29 de 2016


 Los suscritos, ciudadanos colombianos, representantes de diferentes expresiones políticas, sociales y culturales, manifestamos que hemos conformado un comité que impulse el apoyo masivo de la población a los acuerdos que se están consolidando en la Habana entre representantes del gobierno de la República de Colombia y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias Farc-Ep, Ejercito de Pueblo, que le pondrían fin a un conflicto que lleva más de 50 años de duración, para lo cual ponemos en consideración de la opinión pública lo siguiente:
   1º La construcción de la paz en un país como Colombia, ha exigido de un proceso, que no ha sido, no es, ni será fácil. Por ello es necesario agotar una serie de etapas llenas de obstáculos, pero que con la voluntad de la mayoría de la sociedad estas se pueden superar como ha ocurrido hasta el momento.
   2º El acuerdo al que han llegado las partes en 'Junio 23 de 2016' denominado “Cese al fuego, de hostilidades bilaterales, definitivo y dejación de armas”, constituye uno de los momentos históricos más importantes para Colombia, pues permite creer que pronto nuestra sociedad podrá tener las condiciones necesarias que viabilicen una discusión masiva y democrática, sobre los fundamentos de un nuevo país,  que puede definir su futuro sin esa violencia que, algunos creían imposible de superar.
   3º Lo cierto es que el acuerdo, si bien trascendental, no constituye por sí solo, el cese del conflicto, pues sigue la etapa de la implementación, así como la refrendación ciudadana de lo acordado, mecanismo que está siendo objeto de análisis por la Honorable Corte  Constitucional de Colombia, la que en próximos días debe decidir sobre la constitucionalidad del proyecto de ley estatutaria Nro. 156 de 2015 Cámara, 94 de 2015 Senado; destacando como algo positivo que las partes que han celebrado el mencionado acuerdo hayan “aceptado el mecanismo de participación popular, que la Corte indique y en los términos que ese alto tribunal señale”.
   4º En la etapa de la refrendación, en la que creemos debe participar el mayor número de ciudadanos; Esta es la motivación fundamental para constituir este ‘Comité de Impulso’. 
   Se debe realizar una labor de pedagogía, pues es necesario explicar a la comunidad las bondades de lo acordado, así como los disensos, y controvertir a los enemigos de éste histórico proceso, con argumentos que no son concordantes con la realidad; utilizando como estrategia, entre otros, la desinformación, la especulación y la calumnia.
  5º Fue importante la definición de unos mecanismos jurídicos, que le dieron legalidad, y reconocemos el esfuerzo que han hecho los juristas, tanto nacionales como internacionales, para blindar el acuerdo y a sus protagonistas. 
   Reiteramos, que muy pocas veces en el mundo, un acuerdo de estas dimensiones ha sido sometido a un análisis y estudio tan riguroso, con los resultados que son novedosos. Es necesario, que la ciudadanía conozca cómo el acuerdo se ajusta a la normatividad, tanto nacional como internacional.
   6º En esta etapa de la refrendación, debe participar activamente tanto la institucionalidad política como los diferentes actores sociales, nadie puede quedar por fuera, por ello invitamos al señor gobernador de Antioquia, LUIS PEREZ GUTIERREZ y a todos los alcaldes del Departamento de Antioquia, y muy especialmente al distinguido alcalde de Medellín, señor FEDERICO GUTIERREZ, que expresamente se pronuncien manifestando su voluntad por impulsar este proceso, pues extraña su silencio, y son los gobernantes locales, quienes tendrán que implementar los acuerdos logrados y mal harían en convertirse en una piedra en el zapato en este histórico proceso.
   Igual, empresarios e industriales, tienen la obligación ética de impulsar los consensos ciudadanos en todas las etapas de construcción de la convivencia y la paz, con justicia social. 
   7º Este comité impulsará, la refrendación, dejando en claro, que el mismo no representa un apoyo a la política económica y social del actual gobierno, pero si a la salida negociada de este conflicto con los rebeldes alzados en armas; tampoco se constituye en contra de nadie, solo a favor del Proceso de Paz. 
   Una vez se logre la refrendación, entraremos en una nueva etapa en la que aspiramos que a que cada uno de los sectores políticos y sociales de Colombia, incluyendo los desmovilizados, sometan a discusión las bases para la construcción de una nueva sociedad, con un espíritu abierto y democrático, puesto que no se justificaría todo este esfuerzo, si no es para redefinir el rumbo de la República.
   Convocamos a los colombianos, a participar masivamente impulsando el ‘voto por el a los acuerdos de paz’. 
   No olvidemos que la paz es un derecho que todos debemos construir, tal fue el mensaje del constituyente de 1991, específicamente en el artículo 22 de la Constitución Política de Colombia, como parte esencial del denotado Estado Social de Derecho.

Tomado de: www.elmundo.com




La Refrendación. Los Comuneros 'Capitulaciones de Zipaquirá' 1791

Las Capitulaciones de Zipaquirá lo forman 35 puntos: 25 se refieren a reclamaciones económicas relativas a rebajas y supresión de impuestos y de la renta estancada del tabaco (monopolio estatal); 2 aludían a prioridades eclesiásticas y 8 versaban sobre asuntos políticos y administrativos, incluyendo el destierro del visitador-regente Juan Francisco Gutiérrez de Piñeres, autor del plan fiscal que había motivado la protesta popular. 
   Empero, 2 cláusulas implicaban, ni más ni menos, la independencia de la monarquía: 
   Una se refería a la exigencia del criollaje respecto al desempeño de cargos públicos, con lo que quedaba la chapetonada en el asfalto; y 
   La otra, la conservación de las milicias populares con sus jefes, armamento y la práctica de ejercicios tácticos los domingos. Esto es, con los criollos gobernando y el respaldo de un ejército nacional popular, la independencia era un hecho.
   Como es bien sabido, las Capitulaciones fueron burladas, los comuneros engañados y una terrible represión azotó al país, que inició con el ajusticiamiento en la plaza mayor de la capital de los jefes comuneros Isidro Molina, Lorenzo Alcantuz, Manuel Ortiz y de José Antonio Galán, el caudillo invulnerable de aquella trágica y frustrada epopeya colombiana.
   Las Capitulaciones de Zipaquirá fueron anuladas al poco tiempo por las autoridades españolas y los dirigentes del movimiento fueron castigados, con excepción de Berbeo, quien fue nombrado Corregidor de San Gil y del Socorro y juró fidelidad al rey, restableciendo el impuesto de la alcabala en su jurisdicción.

Manuela Beltrán. Heroína colombiana que lideró el motín contra los impuestos mercantiles en 1781 que desencadenó la Insurrección de los Comuneros. Considerada la primera heroína de la lucha emancipadora

Sociodio. Análisis sociopolítico del voto negativo en plebiscito por la Paz by Juan Carlos Uribe Marulanda Agosto 1 de 2017

Por Juan Carlos Uribe Marulanda Analista independiente UNIVERSIDAD DEL PURGATORIO Los lectores(as) que ignoren el significado de agoralbe, pueden ir al primer título de este blog de más abajo. Agosto 1 de 2017
Contenido: 
Presentación
α.     Abstencionismo, meimportaunculismo, don Mathew y plebiscito
β.     Deseos belicistas de un sector social
γ.     El sociodio
γι.    Intolerancia sociopolítica y sociodio
γιι.   Paz de los sepulcros y sociodio
γιιι.  Ideología de derecha y sociodio
γιδ.  Antioquia y el plebiscito
δ.      Problema agrario no resuelto
ε.      Temores religiosos
La violencia del espíritu es hija bastarda de la decadencia moral
   Presentación. Antes de empezar esta epístola, recordar que un agoralbe es un escrito que se pretende apoyar en la verificación científica, o sea es ciencia escrita desde la arista del punto de vista personal, pero contrastado con datos o certezas para afirmar o no su validez verificando que el aroma del perfume sea duradero, y que “como característica principal” se puede escribir de manera personalizada para alejarlo un poco o superlativamente de la forma despersonalizada en que se escribe el contenido científico. Esta criatura lógica se puede ayudar de elementos literarios en su morfología, pero en su esencia se diferencia de estos ensayos de este corte u otro artístico, de opinión, religiosidad o de otras temáticas[1].El presente agoralbe pretende hacer un análisis a la episteme del sector social que se opuso al acuerdo de paz en el plebiscito del 2 de octubre del 2016
   El hecho sucedido en la fecha mencionada, a través del cual al pueblo colombiano se le preguntó por medios democráticos, si estaban de acuerdo o no con la continuación de la guerra con las Farc, es un hecho trascendental en el devenir histórico de esta nación suramericana, ya que con los resultados se desvelan fantasmas que estaban escondidos a nivel de su imaginario cultural y político. Un planteamiento que deviene de décadas pasadas de parte de varios violentólogos y que este agoralbe pretende utilizar como un postulado hipotético inicial, es que son los sectores élite los que se oponen a cualquier intento de solución pacífica a este conflicto, donde los sectores populares o aún hasta medios se ubican como parte de ese pueblo sufriente, sacrificado y crucificado, ya que por las razones que sean, los sectores altos o con las riendas del poder se benefician de este conflicto, hipótesis que este humilde escrito quiere demostrar o contradecir. Como un agoralbe es un punto de vista personal que se pretende contrastar, estas percepciones al obedecer al campo del imaginario que de lo social se ha construido un individuo, se pueden tramutar en cuerpos hipotéticos. Ver si esto puede ser así, por lo menos a través del plebiscito del mes de octubre del 2016
  La herramienta participativa utilizada fue el plebiscito, que deviene del término plebiscitum, instrumento originario de Roma, y que tenía como finalidad que la plebe pudiese deliberar sobre un tema social, en contraposición a los patricios a través de un acto que era convocado por un tribuno. El término pleb en la época de la república avanzada, o plebs, se aplicaba a aquellos que no tenían gens, los hijos de la tierra que no poseían ancestros fundadores de Roma como los patricios y por tanto no tenían dioses que les protegieran. Este se diferencia del referéndum que nació en Suiza en el siglo XVI en que el segundo tenía un carácter más vinculante para cambiar la constitución como sucedió en la Revolución francesa[2]. Confluyendo sobre Colombia, el 18 de julio del 2016, en el comunicado No 30, expediente pe-045 – sentencia c-379/16 (julio 18)[3], la Corte constitucional colombiana dio vía libre a la realización de este hijo jurídico de Roma
   Los resultados generales consolidados fueron: por el SI un 49,78% materializados en 6.377.482 votos, mientras que los del NO lograron un 50.21% con 6.431.376 votos, siendo la diferencia de 53.894 personas. La participación fue del 37.44% con una abstención del 62.56%.
TOTAL VOTOSDIFERPORCTDIFER[4]
SI6.377.48253.89449.780.43
NO6.431.37650.21
PARTICIP12.808.85837.44
ABSTENCION21.402.835[5]62,56%
   Siendo el censo electoral de Colombia de 34,899,945[6], sólo votaron casi trece millones de personas, absteniéndose más de 21 millones, o sea un 62.56% del censo electoral, cifra muy elevada para la trascendencia de esta votación
   Se puede observar a través de estos datos que entre los del sí y los del no, se ha presentado casi un empate técnico, ya que la diferencia fue de 53.894 votos lo que representa una diferencia que no es ni la mitad del 1%, o sea un 0.43%, ó 4,3 por mil votantes,  lo que traducido a la cruel penumbra de la realidad implica que a pesar que los votantes del no han cantado loas a su triunfo por los continentes y océanos del mundo, oyéndose su grito de victoria hasta en la escarlata estrella Betelgeuse en Orión[7], sin embargo entre los votantes del si plebiscitario, se sintió un dolor en el alma parecido al que sienten las parturientas sin cesárea que están alumbrando un hijo hidrocefálico. Opino que técnicamente por lo menos a nivel de votantes en esa votación no se puede hablar de claros benxedhorez ni vencidos, una diferencia de una vibración de cesio 133 a cero grados K.
α.Abstencionismo, me importa un culismo, don Mathew y plebiscito
   Adentrándonos más en los datos, se puede reparar que hay un dato preocupante y es que un 62% del censo electoral colombiano, no quiso asistir a la cita, a los que algunos irónicos del análisis políticos, les llaman los meimportaunculistas. Esta votación fue declarada como la más importante por lo menos de los últimos sesenta años, ya que era la posibilidad de empezar a dejar atrás un conflicto de origen agrario que había dejado a primero de enero del 2017 un total de 8.320.874 víctimas, y sólo las del conflicto armado 8.022.919 según el Registro Único de Víctimas RUV, del gobierno nacional[8]
   No es propósito de este agoralbe entrar a fondo del porque ese inmenso margen de abstencionistas, sólo se harán algunas interpretaciones por regiones y sus circunstancias. La Guajira, región increíblemente golpeada por la lacerante ráfaga de la corrupción y la ébana producción de la industria carbonífera, presentó el más alto índice abstencionista con un 80,61%, resultado tal vez explicado por el descreimiento en el Estado de una población que ha sufrido tremendos golpes, entre otros los efectos tenebrosos sobre la población Wayuu, que han visto morir de hambre a centenares de sus niños debido al cambio del curso del río Rancherías para favorecer a la mencionada industria carbonífera, siendo ésta avalada por el Estado y más específicamente por el anterior gobierno de Uribe Vélez. La abstención guajira sólo ha sido superada por los consulados, o sea población colombiana residente en otros países con un 86.14%. En este caso, se puede aceptar que esta población al estar desarraigada territorialmente, presenta una dualidad de la percepción de su realidad social, al estar inmersa en las problemáticas de la nación de adopción en la que ellos se han insertado, tiene como efecto un alejamiento del imaginario social de su casa nacional matriz, debilitándose el vinculo psicosocial con esta, y por tanto viendo como más lejanos sus problemas sociales, en muchos el cordón umbilical de su imaginario cultural nacional se ha debilitado hasta quedar tramutado al nivel del orgulloso hilo de telaraña.  Observo por mi experiencia vivencial que esta percepción no aplica a todos estos emigrados
   Un segundo factor explicativo de la abstención en este sector, es que según la cancillería colombiana, la imposibilidad de inscribir nuevas cédulas para votar en el exterior afectó la jornada del plebiscito para los electores de fuera de Colombia[9]
   La tercera variable explicativa, es que los consulados colombianos por razones logísticas y económicas no tienen el metafísico don de la ubicuidad, y por tanto hay consulados que tienen que hacerse cargo de trámites de ciudadanos que pueden vivir a cientos de kilómetros, por ejemplo el consulado de Barcelona España tiene que atender ciudadanos de Zaragoza y Valencia que están a 312 y 351 kms respectivamente, lo que genera una dificultad grandísima para ir a votar desde esas poblaciones, aumentando la abstención por este rubro. Sin embargo es digno de notar que en zonas donde más hubo abstención fue en zonas donde ganó el apoyo a los acuerdos de paz, por ejemplo la costa Atlántica, Costa pacífica excluyendo al Departamento del Cauca. Por zonas electorales el si ganó ampliamente ya que de 34 zonas escrutadas, incluyendo los consulados el sí ganó en 21 Departamentos y el no en 13, o sea casi en el 62% de las zonas consultadas. Si la ponderación de votación fuese como en Estados Unidos donde se le da más énfasis a los votos de zonas rurales o tradicionales, o en España o Catalunya, lo más posiblemente hubiese ganado el sí, pero como fue suma simple este fue el resultado aceptado
   Otro dato que es menester observar es que los plebiscitarios del no “en términos de la población total electoral” son un 18,42% mientras que los del si fueron aproximadamente un 18,27[10]. Como se observa, es una diferencia pírrica, pero se llama la atención en estos porcentajes porque se utilizarán posteriormente en este agoralbe
   En zonas que no dieron apoyo al acuerdo del gobierno-Farc, hay un hecho digno de observar, y es que allí la participación electoral fue mayor que la nacional. De las quince regiones donde se presentó un menor apoyo a estos acuerdos, la abstención estuvo por debajo de la nacional, en once ganó el rechazo a los acuerdos, lo que nos lleva a una conclusión que está bajo el tapete de la motivación de los electores: quienes estaban en contra de los acuerdos de paz, hicieron más esfuerzo por tener presencia electoral, presentándose menos abstención, empezando por la laboriosa Antioquia, y bajando hasta la apartada Casanare con un 51.02% de abstención. Mientras que en las regiones donde ganó el apoyo a los acuerdos, el abstencionismo fue mucho más alto, lo que nos lleva a concluir que los votantes del si posiblemente se confiaron del triunfo que daban las previas encuestas y muchos no fueron a votar por este posible triunfo anticipado. Sólo en Arauca y Caquetá, regiones con alta abstención respecto a la nacional, ganó el No. En Caquetá donde ganó el no, al haber sido una zona muy golpeada por la guerra especialmente en los ochentas y noventas, al ser región de alta colonización en los cincuenta y sesenta de gente expulsada del interior del país, tuvo una abstención del 69.58%, fenómeno raro, porque por lo general en zonas donde la violencia social ha golpeado más fuertemente, ha ganado el sí. O por ejemplo Antioquia tuvo un 61,62% de abstención, un poco por debajo de la nacional, pero un margen de votos a favor del no de 409.467[11] votos contra los del sí, siendo la región que más votos aportó para qué ganase el rechazo a los acuerdos de paz, que recordar fue esa diferencia de cerca a 54.000 votos; Antioquia casi que octaplicó esos resultados nacionales, siendo este departamento el que indiscutiblemente más influyó cuantitativamente en el triunfo de los rechazantes del acuerdo. Ya se hablará en un subcapítulo sobre Antioquia. A partir del largo párrafo anterior me pregunto: que obscuras contradicciones se manifiestan en los intestinos del alma colombiana para qué el largamente anhelado dulce postre de la paz, cuando nos lo han servido lo hayamos lanzado al sonriente y generoso rostro del quien nos lo ofrendó?
   Sin embargo hay una variable exógena que afectó y posiblemente de manera muy grande estos resultados nacionales, y fue el huracán Mathew, le llamo don Mathew por la autoridad política que tuvo al ayudar a torcer el destino político de un país, y que afectó fundamentalmente la costa norte de Colombia. Por ejemplo en Barranquilla, ciudad fuerte barbacana electoral, en la mañana no pudo ir mucha gente a votar, porque don Mathew no dejaba de derramar desde el grisáceo cielo copiosas lágrimas haciéndolas acompañar de malhadados resoplidos. Esta zona norte-colombiana, era un fuerte baluarte para el sí plebiscitario ya que allí ganó esta opción, y por ejemplo solamente en el Departamento del Atlántico, había un censo electoral de 1.690.735 electores registrado a febrero del 2014. Reparo que este suceso climatológico fue un fuerte condimento a la hora de inclinar la balanza hacia los negativistas de la votación, más por inasistencia de votantes que por otra razón
   Por tanto sintetizando hay que resaltar dos hechos esenciales a partir de los datos de la abstención: en primer lugar que el electorado que estaba en contra del acuerdo del Gobierno-Farc, se pusieron las pilas y salieron a votar en masa, cubiertos por un esfumato manto de silencio e impulsados por un resorte interno, a la manera de la convicción de las derechas tradicionales de ciertos países europeos o la misma Estados Unidos, donde son electores aplicados, mientras un sector de los defensores de los acuerdos de paz no hicieron un esfuerzo acorde a las circunstancias y tal vez se aferraron a la silla creyendo por las estadísticas de opinión, que el plebiscito ya estaba ganado. A más de eso el factor climatológico afectó sobremanera esta votación en las zonas costeras, baluartes del si plebiscitario
   Los electores meimportaunculistas, o sea aquellos havztensionixtaz que están cuantificados en este trabajo explícitamente dentro de ese 62,56%, dan la impresión que el hecho social es objetivo a ellos, objetivación que trae como consecuencia el estar visualizando en cuarta persona una realidad, la cual asumen no es con ellos, algo así como los problemas que sucedían entre los intocables dioses del Olimpo y que los griegos del común los visualizaban como ajenos y lejanos. En plata blanca colombiana, la cosa no es con ellos, los meimportaunculistas creen que si se desentienden de la política, esta nunca se les devolverá en forma de cruel y doliente boomerang, esta franja ve tan ajena esta situación política como lejano visualiza el amante el azucarado amor platónico: deseable pero intocable. Aquella amplia cenefa de población, tuvo la oportunidad para ayudar a trastocar la realidad del país, pero no lo quiso hacer, no quiso seducir a su amada distante, y es un patético hecho que se repite en muchos países del mundo entero, por ejemplo en la que se considera, ella misma, la democracia número uno del mundo, en la elección de George Bush hijo, hubo una abstención del 48,8%[12] en el año 2000. Se infiere muy a grosso modo que los mecanismos para hacer participar a la gente masivamente, fallan en gran parte de los países autodenominados demócratas del mundo. La pregunta es ¿porqué?.
 β.Deseos belicistas de un sector social
   Sin embargo este agoralbe quiere resaltar por encima de todo un hecho sumamente grave a nivel social: según el periódico el País de España, en su edición internacional del 3 de octubre del 2016 expresa: el 50,21% de los votos ha rechazado la paz, y el 49,78% se ha decantado por el `si`. La primera parte de esta frase de este periódico es lapidaria, y muestra un hecho que no formulan casi en general los medios de comunicación colombianos, de pronto por presentarse correctos políticamente hablando, y si una percepción de un medio internacional, y es que tal parece ser que hay un gran porcentaje de la sociedad colombiana que no quiere la paz con las Farc, así de cara a la vitrina siempre han pregonado que quieren esta cacareada concordia para el país. Por ejemplo una refrendante del no residente colombiana en Venezuela, se quejaba que quería la paz, pero “con justicia social”…. Pero a que le llaman justicia social este tipo de votantes? Se sabe que hay un pacto de inserción política para los “antes rebeldes” farianos en el tinglado nacional, como muestra de acabar con los estados de intolerancia política que ha reinado contra las opciones alternativas ideológicas desde hace más de un siglo, pero no hay un programa explícito de política económica que busque aplicar “justicia social” que busque disminuir las desigualdades sociales y que se haya acordado entre el gobierno de Santos y las Farc, ya que este gobierno ha dicho reiteradamente que el modelo neoliberal no se toca, y si el modelo no se toca o retoca, no habrá en el mediano plazo justicia social. La justicia a la que se refieren muchos opositores a la paz, es el castigo penal a los líderes de las Farc, por tanto en cierta forma es una definición amañada a sus intereses. La matriz de opinión que ha jalonado esta postura se manifiesta tras el grupo político encabezado por el senador Alvaro Uribe Vélez, y que ha manipulado un sentir de una parte de la sociedad colombiana para lograr su objetivos políticos: perpetuar un estado de guerra. Las razones de este grupo y su jefe aunque no están claras, podrían obedecer hipotéticamente a siete razones: 
   a) En primer lugar a que necesita tener las condiciones sociopolíticas adecuadas para tener un caballo de batalla para lograr el poder en el año 2018 y una situación de crispación política le conviene
   b) En segundo lugar utilizaría este poder para amoldar las condiciones jurídicas para evitar un posible enjuiciamiento judicial por presuntos crímenes cometidos, como la masacre del Aro entre el 22 y 25 de octubre de 1997 con quince asesinados, algo así como daba a entender un periodista, torcer las situación a su favor
   c) En tercer lugar en el ámbito personal, frustración u otro sentimiento debido posiblemente a que él no logró políticamente lo que hizo Santos, que utilizó más la inteligencia política que la inteligencia militar, como debe ser la resolución de un conflicto, además que las Farc no se le prestó a sus demandas en su momento
   d) En cuarto lugar los intereses de aquellos que tendrían que devolver las tierras compradas a bajo precio después de cada masacre ocasionada por grupos paramilitares de extrema derecha, o en otros casos robadas a las poblaciones víctimas y que muchos de estos sujetos se esconden o son votantes del Centro Democrático
   e) En quinto lugar y esto es lo más obscuro, que tras este rechazo se esconden intereses materiales de traficantes de armamentos nacionales e internacionales, que con un acuerdo de paz el negocio palidecería en este bananero país
   f) La sexta razón es para este agoralbe, de tinte ideológico, ya que en gran parte, los votantes del no, son marcadamente de ideología de extrema derecha, independientemente de que pertenezcan a diversos estratos sociales
   g) Continuando con el anterior acápite, el otro porcentaje que Agoralbe no sabe si colocarlos en el extremo derecho del perfil político es el sector perteneciente a la alienación religiosa
   En los tres primeros ítems, se observa que este grupo político y su líder afila los cuchillos entre otras razones, según él, para dar cárcel a los jefes de las Farc, ….¿o justicia social?…. cuando en años pasados este exmandatario perteneciente a este grupo político, les había prometido a estas mismas Farc un plan de reinserción semejante o casi igual en esencia al que negoció el presidente Santos, que hasta incluía la desmilitarización de 868 kilómetros cuadrados que incluían los municipios de Florida y Pradera en el Valle del Cauca, acción muy criticada durante el gobierno de Pastrana por parte de la manipulada opinión pública cuando se los concedió a las Farc el despeje en el Caguán. Las Farc se negó tajantemente a esta propuesta, cosa que parece que no le gustó a este señor, que sintió la candente ira del despecho al ver como la amante a quién le hace la dulce propuesta, esta decide compartir cama con su odiado enemigo traidor
   Hay que partir de un razonamiento político: en todos los procesos de negociación de un conflicto bélico en el mundo entero y con fuerte génesis social, donde la fuerza beligerante surge como respuesta ante los atropellos de un sector o grupo social contra la dignidad de ese colectivo social, nunca se negocia para que los líderes de esos grupos insurgentes o contestatarios queden tras rejas, debido a que por lo general son luchas de corte político, pero que a la manera del teórico de la estrategia militar Clawsewitz, estas reivindicaciones se han llevado al campo de batalla. La guerrilla de las Farc no se crean inicialmente para cometer delitos propios del hampa común, sino que son el reflejo de la intolerancia política de aquel entonces y que muchos de sus integrantes eran victimas de los gamonales de la tierra que les expropiaban sus parcelas lanzándolos más allá de la frontera agrícola. Por tanto las Farc tienen un origen claramente político y no de grupo organizado para el crimen. Otra cosa diferente es que este sector tenga como objetivo esencial la maximización de beneficios a través del hampa, estilo mafias o carteles de drogas, o que estos ejércitos sean simples instrumentos mercenarios de los poderes económicos, o sea puntas de lanzas ofensivas, sin principios o ideologías, pero con fines de maximización material, estilo paramilitares en el caso colombiano. En estos casos si es aplicable la cárcel. Esta es una de las diferencias fundamentales entre la definición de guerrillero y paramilitar en el caso latinoamericano: el primero pretende acompañarse de unos principios  ideológicos de igualdad social y con una ética político social inmanente, siendo sus métodos para llevar sus objetivos a cabo cuestionables o no, mientras que el segundo es considerado un mercenario sin escrúpulos para realizar sus acciones armadas, muchas veces haciendo el trabajo sucio que los militares estatales no realizan por su condición jurídica. Con esto este artículo no  pretende tapar las atrocidades que muchos guerrilleros han cometido, porque las han hecho, denigrando de esos principios políticos, hechos criminales que le han quitado credibilidad social, pero en su base fundacional ideológica, hay una gran diferencia con los paramilitares
   Esa diferencia inaugural, es la que hace de las Farc un grupo al cual se le toma en consideración política a nivel de la jurisprudencia internacional, cuestión que no ocurrió con los paramilitares de extrema derecha. Esta es la razón fundamental por la que se le ha aceptado una jurisdicción o justicia transicional apoyada por el derecho internacional, ya que si se aplica la ley interna o nacional, no saldrían de la cárcel en muchos años, y por lógica consecuencia no habría finalización del conflicto. Esta diferencia es importante para entender porque cuando el gobierno de Uribe Vélez hizo algo similar con los paramilitares de extrema derecha, el proceso no fue acompañado por instancias jurídicas internacionales, ya que estos ejércitos no se rigen por la convención de Ginebra o los acuerdos de Roma, sino por los mandados del gran capital legal o ilegal, debido a que son funcionalmente mercenarios, auspiciados por la política implícita del gobierno de los Estados Unidos como ariete oscuro contra la insurgencia de izquierda latinoamericana. La Ley 782 de 2002, el decreto 1258 de 2003 y la Ley 975 de 2005, llamada Ley de Justicia y Paz, reglamentaron la desmovilización de los ‘paramilitares con el inciso de que: quienes confesaran todos sus delitos y contaran toda la verdad a las autoridades obtendrían una pena máxima de ocho años en prisión, a menos de que hubieran cometido delitos de lesa humanidad[13], o sea la misma condición que se les impuso a los guerrilleros de las Farc a través de la JEP actualmente. El 15 de julio del 2003 se firmó el acuerdo del Rialito, por medio del cual las AUC se comprometían a desmovilizarse antes del 2005. Se desmovilizaron según el comisionado para la paz Luis Carlos Restrepo, 30.150 hombres. Sin embargo el mencionado diario dice que a cinco años de su puesta en marcha, sólo dos personas han sido condenadas por crímenes atroces. Por tanto la tal impunidad de la que se queja el partido político Centro Democrático y sus seguidores con la justicia transicional para las Farc, también aplica y con mayor escozor en su proceso de paz con los paramilitares de extrema derecha. Todo lo esencial que este grupo de extrema derecha critica en este proceso de paz, ellos lo hicieron con los paramilitares y se lo ofrecieron a los mismos guerrilleros, quienes no aceptaron, “por eso este agoralbe le llama al sentimiento de este líder la tusa del despechado”. Una extensión de este punto y el porque este ex presidente ha jalonado tantos votantes contra este plebiscito es que  este ex presidente extraditó a Estados Unidos a varios paramilitares por narcotráfico, y según versión de varios analistas para evitar que hablaran ante la justicia transicional por los presuntos crímenes de este ex presidente y de los cuales ellos eran testigos o copartícipes, y por tanto estos hablando, irían a inculparlo, algo parecido con la JEP con la guerrilla, donde militares también podrían inculparlo. Como dice el refranero, quien tiene rabo de paja, no se acerque a la candela, pero este sujeto parece ser que intenta extender la frontera de fuego  lo más lejos posible.
γ. El sociodio
   Pero volviendo a la parte de las razones de los plebiscitarios del no, si se hace una introspección a estas motivaciones, se encuentra con que tras este telón de fondo de búsqueda de justicia contra los jefes del grupo guerrillero, se esconde un odio profundo contra esta organización de las Farc de parte de “integrantes dispersos e incrustados en la sociedad colombiana, más no de grupos sociales específicos como hasta ahora se ha creído”. Me explico: entre los votantes por el no plebiscitario, se nota que hubo preeminencia de estos en los grupos urbanos que no han sido por lo general tocados por los efectos bélicos, muchos electores de esta opción son personas de todos los estratos sociales, aún de sectores de bajos ingresos, cuestión esta paradójica, porque se esperaría que estos sectores debido a sus condiciones de bajo poder adquisitivo económico y golpeados por un sistema neoliberal que ha ahondado las diferencias económicas entre los sectores de más altos ingresos y los de menos, no hubiesen optado por esta opción, cuando se esperaría que los sectores más pauperizados se beneficiasen con este acuerdo de paz porque gran parte de los ingresos bélicos se irían en inversión social que les beneficiase a ellos; la pobreza material llama la pobreza espiritual. Intentando ahondar en los electores por el no y observando los mapas geográficos de la controvertida votación, se nota un denominador común entre ellos: pertenecen al sector urbano en su gran mayoría y de la zona central y andina del país. Los sectores periféricos de carácter rural o más aislada en Colombia, golpeadas por este conflicto, apoyaron la paz, debido a que ellos si la estaban padeciendo en carne propia, por ejemplo Bojayá, población chocoana donde en un enfrentamiento entre las Farc y los paramilitares murieron 79 personas, 41 de ellas eran mujeres y 38 hombres, dieron un 96%[14] de apoyo al acuerdo de paz
   La política del odio social o sociodio que repercutió en el resultado del plebiscito, se podría desglosar en: 

   γι. Intolerancia sociopolítica y sociodio. El sociodio como un fenómeno social,  se viene implementando a partir de determinados sectores acomodados, dicho de otra forma es un odio instrumentalizado por determinados sectores sociales élites, que por la razón que sea, han visto en estos grupos contestatarios un reflejo virtual de la miseria que han causado estos mismos sectores de poder en zonas marginales rurales de la nación colombiana. Las Farc no han surgido por generación espontánea, una sucesión de hechos de intolerancia política, de desigualdad económica rural, como de discriminación social, han dado la materia prima esencial para la aparición de este grupo como ya lo dije más atrás. Por lo general quienes más les han despojado, son los que más les han satanizado, como forma de legitimar en su inconsciente social específico este despojo[15], siendo este sociodio un estigma que se ha heredado por las décadas de las décadas, especialmente después de 1964 tras los sucesos de Marquetalia. La existencia de las Farc aún en el mismo siglo XXI, es la prueba ambulante de que el problema sobre la tierra no se ha solucionado en Colombia, lo demuestra la continua desaparición de líderes sociales del sector rural a manos de paramilitares de extrema derecha, algunos de estos líderes integrados en el movimiento la Marcha Patriótica, y la mayoría de estos independientes; por ejemplo se cifraba de parte de algunas organizaciones sociales que entre 90 y 116 líderes rurales  habían sido asesinados en el año 2016, Indepaz hablaba de 94, y sólo entre enero y junio del mismo año habían 232 amenazas, 21 atentados y 314 agresiones sexuales. Las Farc acusaban a los paramilitares y solo a estos se les endilgaban el homicidio de 73 defensores de derechos humanos. Estas cifras demuestran que las fuerzas paramilitares no han desaparecido a pesar de que el gobierno impulsor de este acuerdo pretende hacer creer que si
   Si se correlacionan estos datos con los resultados del plebiscito, se descubre que tanto el Cauca como Antioquia, – registraron los dos mayores números de casos de asesinatos de estos líderes con 40 y 15 casos respectivamente[16]. En Antioquia ganó masivamente el no pero en el Cauca sólo ganó el no en Popayán, mientras que su zona rural, víctima de la guerra se decantó por el sí. El genocidio silencioso –porque eso es lo que es- que se ha ido efectivizando sobre sectores agrarios, sindicalistas, defensores de derechos humanos, periodistas,  líderes estudiantiles y   políticos alternativos de izquierda o aún líderes del mismo establecimiento derechista como el de Luis Carlos Galán Sarmiento o Alvaro Gómez Hurtado entre otros políticos representantes del establecimiento, han marcado una etapa de hedor moral intolerante en esta sociedad, hedor que no lo soportan ni en el mismo infierno, ya que allí cerraron las compuertas para que no entrara y proteger la salud de los súcubos. En el fondo independientemente de contra que sector vayan dirigidos los ataques, obedecen a la misma esencia de intolerancia política y deseo de poder de influencia política que se materializa en el poder económico en las zonas de violencia. Al no poder hacer doblar la rodilla a determinados sectores sociales o políticos colombianos que luchan por lo que ellos consideran su dignidad social, este deseo de dominación de ciertas élites se tramuta en odio hacia esos “remisos despreciables”, estos multiétnicos o mestizos marginales, los cuales ensucian el paisaje nacional y por tanto hay que jalonar un proceso de “limpieza” a través de la violencia. Se valen casi todas las formas de lucha, incluyendo las armas, la ley o los medios de comunicación, siendo estos últimos esenciales para inocular este odio contra estos sectores. Si especificamos en las Farc, un sector elitista ha logrado irrigar esta animadversión en los diversos nichos de la sociedad colombiana, lo que ha conllevado que en la jornada plebiscitaria este sociodio haya logrado hacerse manifestar con su no plebiscitario, o dicho de otra forma, con el deseo oculto de continuación de la guerra
   Las grandes masas colombianas son religiosamente adictas a los grandes mass medias propiedad del gran capital, ya que en otros países se está reorientando la opinión a través de las redes sociales, y estos medios chibchombianos son fuentes infinitas de derrame de sociodio contra esta organización y los acuerdos de paz.  Este sentimiento de odio social, es importante notar que es alimentado y retroalimentado por grandes grupos de comunicación, especialmente encabezados por RCN. Las razones del porqué este conglomerado económico atiza estas llamas del resentimiento continuado y la intolerancia, son obscuras, esta página de Agoralbe no tiene una razón científica viable para explicar el comportamiento social de este emporio, pero  especialmente de sus dueños, la familia Ardila, cuando hasta otros grupos élites nacionales como el de Sarmiento Angulo, apoyaron este proceso de paz, así fuese no muy comprometido aunque la cadena Caracol también se ha presentado muy panfletaria en el ataque contonuado a la izquierda nacional y la subversión. En el fondo no es que este grupo de RCN hayan creado totalmente este sociodio contra las Farc o la beligerancia armada, no, este ya existía incubado en vastos sectores de la población colombiana, o como decía un periodista analista político hace varios: Colombia es un país de extrema derecha, lo que hacen estos sectores con mucho poder como este medio amancebados con el Centro Democrático es atizar la llama de la intolerancia que ya existía y procurando que crezca hasta allegar a un incendio forestal mediático, al fin y al cabo que importa que se quemen vastos bosques de humanidad, si nunca ni ellos ni sus hijos irán a la guerra
   Esta variable que influyó significativamente en los resultados del plebiscito son los medios de comunicación de perfil ultraderechista. Varios medios encabezados por el mencionado RCN, se volvieron infranqueables con la postura de la no aceptación de los acuerdos de paz, instigaban intolerancia política en la sociedad colombiana y esto tuvo una amplia repercusión en ciertas partes de la zona central y Andina colombiana[17], ya que como se dijo en las zona periféricas, rurales o afectadas por la guerra, ganó el si plebiscitario. La guerra en estas zonas periféricas se peleaba de manera real, mientras que en la zona Andina se luchaba en forma virtual a través de estos medios masivos, y el fúsil era el control remoto de la televisión, que disparaba cuando se apuntaba para subir el volumen de la caja tonta. Dos métodos de luchar una guerra, por un lado irrigando la tierra con la sangre de los cuerpos caídos en combate y por otro irrigando el alma con resentimiento por parte de estos medios comunicativos, ya que estas campañas estuvieron repartiendo generosamente odio contra estos acuerdos y según los resultados, lograron ampliamente sus objetivos: tumbar un plebiscito de acuerdo político militar –no en lo económico-
   Por tanto surge la pregunta: como es que un señores muy ricos de Colombia entre ellos hasta grandes especuladores financieros y otros grupos de potentados nacionales incluyendo al presidente de la república que es representante nato de la oligarquía colombiana, apoyan un proceso de paz, en cambio personas de los sectores medios que viven con lo justo a nivel económico o sectores de bajos ingresos apoyan la continuación de la guerra?. Difícil respuesta para una fácil pregunta, pero lo importante de este proceso de paz y su desembocadura en el río plebiscitario, es que se ha demostrado que no todos los ricos de Colombia quieren que siga este horrible conflicto, mientras que hay individualidades hasta de bajos ingresos, que tienen mucha mayor probabilidad de ponerle el pecho a las balas por su condición social, propugnando estos por que siga esta carnicería, y con esta verificación se cae la hipótesis con la que partió este agoralbe numero 1, en que las llamas del conflictos eran atizadas por las élites u oligarquías nacionales, cuando en realidad es que son una proporción de estas, aunque no sé que tanto porcentaje de su total, y acompasadas con sectores populares especialmente urbanos, gente que en algunos o muchos casos van con lo justo en economía según sus necesidades de estrato social. Será gente engañada por los mass media como RCN? Será gente de mal nivel de evolución espiritual como diría un estudioso del espiritismo? Serán producto de la ignorancia política? Será un tipo de conciencia social que añora la guerra como forma inercial de medio para reproducirlo como forma de vida?. Agoralbe no lo sabe
   γιι. Paz de los sepulcros y sociodio. Es fundamental hacer notar que la negativa a los acuerdos de paz, lo que en realidad parecen manifestar es que hay un porcentaje de la sociedad colombiana que lo que desean es lograr esa paz pero a la manera de la pax romana, o sea imponiendo la paz de los cementerios; para ellos que sea la bruma del camposanto quien arrope gélidamente a la Colombia política. Quieren esa paz a partir del vencimiento militar del enemigo odioso que es las Farc, y lo que desean es ver más arropados por una lápida sepulcral o en la cárcel a los jefes máximos de esta agrupación rebelde, antes que verlos combatiendo en el ágora del congreso. Es muy aventurado dar una cifra estadística sobre que porcentaje de la sociedad colombiana quiere esta pax romana o paz del camposanto con las Farc, y podría decirse apresuradamente que puede estar en alrededor de un 18-19%, cifra del no plebiscitario, que aunque es arriesgado a decir esto, sin embargo podría ser una aceptable confirmación por otro dato que se presentó unas semanas después del plebiscito, a través de una encuesta de Gallup, la número 115 de octubre del 2016 sobre el estado de ánimo de los colombianos, ante la pregunta de cuál cree usted que es la mejor opción para solucionar el problema de la guerrilla en Colombia, un 19% contestó que lo mejor era no dialogar y tratar de derrotarlos militarmente[18]mientras que un 77% dice que era mejor insistir en los diálogos hasta lograr un acuerdo de paz. Aunque el dato sobre la solución militar siempre ha estado por esa opción desde el gobierno Pastrana, que hasta llegó al 59% en abril del 2002, sin embargo nunca había estado este deseo de derrotarlos tan bajo en los últimos 16 años.  Aquí hay que observar algo, y es que ese 19% coincide con el resultado del plebiscito que se había realizado dos semanas antes, por lo que parece este dato confirmar que los votantes por el no plebiscitario en cierta forma se escoraban hacia la derrota militar de las Farc, antes que en un acuerdo de paz. Y aunque este dato aún no es estadísticamente significativo para allegar a esta conclusión, poner atención amable, paciente y atribulado lector a la siguiente otra pregunta de Gallup en esa misma encuesta: está usted de acuerdo o en desacuerdo en que el gobierno inicie negociaciones también con el Eln? Un 80% respondió que estaba de acuerdo, y ojo reparar en el dato de los que dijeron estar en desacuerdo: un 19%
   Por tanto parece ser que la franja guerrerista a finales de año 2016, los que creen que la solución debe ser militar antes que consensuada, en un escenario diferente al del plebiscito o negociación de paz, es del 19%, muy cerca o casi igual al 18,42% de los votantes plebiscitarios porcentuales respecto de la población total electoral mientras que recordemos que  los del sí fueron aproximadamente un 18,27. Tres preguntas, tres resultados casi que iguales, que ejemplifican un sector que oscila en alrededor del 19% que no da su brazo a torcer, que quiere una derrota militar antes que una solución inteligente a este conflicto, un sector que quiere aplicar la razón de la fuerza antes que la fuerza de la razón[19], una franja que tal parece que enmascara un sentimiento de odio visceral o venganza social contra las Farc o cualquier tipo de insurgencia armada, disfrazada de argumentos de búsqueda de la justicia por las acciones pasadas de estos ex guerrilleros. Diese la impresión que estos guerreristas ultraderechistas vivieran la muerte violenta de otros como un aquelarre, donde el sacrificio ante el demonio Lucifer es personificado por sectores de bajos recursos económicos tanto militares como guerrilleros y del sector agrario, y ellos exultantes de pérfida alegría
   En Colombia la muerte por enfrentamiento bélico de un guerrillero, especialmente si es un líder, es celebrada ruidosamente, siendo su cuerpo material tomado como una forma de trofeo de guerra para este estado del ser colombiano asociado especialmente a la extrema derecha. El féretro en estas condiciones es símbolo del laurel de guerra así como lo es la cabeza para los reducidores de cabezas Jíbaros del Amazonas, o el buque de guerra monitor Huáscar atrapado por Chile al Perú en la guerra del pacífico, o los guerreros escitas que usaban el cuero cabelludo de sus contrincantes y de allí fabricaban servilletas, o los ingleses los cráneos de los enemigos que eran clavados en estacas y colocados en partes externas a los castros defensivos. Todos los anteriores símbolos de trofeos de guerra, comparten la misma naturaleza metafórica del cuerpo del sedicioso caído en combate en Colombia, que es la figura retórica del trofeo de guerra de la extrema derecha colombiana, y esta entre más subversivos eliminaba en combate, más ebria de triunfos se sentía, por eso es que estos medios de comunicación celebraban alborozadamente con características carnavalescas el asesinato de un subversivo fariano o sus líderes. Estos mass medias se convierten así en cajas de resonancia de este triunfo parcial. Esta es la razón principal por la que los guerrilleros nunca dicen donde quedaba el sepulcro de sus líderes, para que no tomaran su cuerpo como coronación del acto bélico, o como un trofeo pérfido de combate; el epitafio del guerrillero habla con su silencio. Pareciese ser que los extremistas de esta tendencia derechista quisiesen seguir coleccionando estos tristes trofeos bélicos con su no plebiscitario, para así perpetuar su estado de ebriedad luctuosa, donde el olor de la sangre les generara un estado de excitación parecido al que les genera a los vampiros. Además que tal parece que no les importara casi nada los cadáveres o heridos de sus propios militares, o sea los de aquellos que les defienden su estilo social de vida. Aunque algo parecido se podría decir de “algunos” extremismos izquierdistas, que se alborozaban al ver un soldado asesinado. Por tanto cuando los dos extremos ideológicos se juntan a celebrar un caído contrario en combate, en el fondo comparten la misma religión, y hay un hermanamiento en el ritual de sacrificio humano a gran escala

   Sin embargo si es más notorio este ritual de ensañamiento con perfil de jolgorio en la extrema derecha que en la izquierda, ya que vastos sectores de los llamados despectivamente “mamertos” acompañados de sectores académicos que no se pueden catalogar de izquierda y de entidades defensoras de derechos humanos vienen pidiendo una dialogo y negociación con los insurgentes desde hace muchos años, oponiéndose a la guerra. Por tanto muchos votantes del no, implícitamente estaban votando a favor de seguir con este ritual, para limpiar de pecado la escena ideológica del país, esto se puede demostrar con una pequeña muestra de los siguientes datos de masacres realizadas en el país por grupos homicidas desde el 11 de febrero del 2011 y el 7 de noviembre del 2012, donde hay reportadas 23 masacres.
NUMERO DE MASACRES Y GRUPO AUTOR ENTRE 02-2011/11-2012
Grupo autorNúmero masacresporcentajes
Paramilitares1670
Farc417
Eln14
Desconocido29
Fuente: cálculos del autor a partir de estadísticas en www.verdadabierta.com/component/content/article/173-estadisticas/3828-estadisticas-masacres. Web a 21 de abril del 2017.
   La verdad que esta es una pequeña muestra de 19 meses, y posiblemente faltan reportes de más masacres, porque otros datos hablan de un promedio de 60 masacres al año, aunque según en grupos de años diferenciados, sin embargo la muestra puede ser representativa de que los principales autores son las fuerzas de extremo derecha como se puede ver, donde son responsables en por lo menos el 70% de las masacres, y  eso que hay un 9% de desconocidos, lo que le acercaría al 80%, que es el dato en el que promedialmente ellos son causales de estas en realidad a nivel nacional comprobado. Los grupos guerrilleros son causales de un 22-24% aproximadamente en este caso específico. Lo importante de reparar es que la extrema derecha como se decía atrás, participa más desbocadamente en este ritual continuado de la muerte, persiguiendo los mencionados trofeos de guerra casi que en forma de insaciable sed de sangre, donde cada masacre es una forma de limpiar a la sociedad de la impureza simbólica social, además de expropiar y desplazar este con fines de lucro y dominación territorial. El féretro del rebelde glorifica su venganza y tranquiliza su rencor
   γιιι. Ideología de derecha y sociodio. En todo caso si se nota que tras este sociodio hay una relación casi que inmanente entre una ideología o forma de pensar el orden de lo social de tendencia extremo-derechista. Aquí se relaciona con el ítem f de los causales de los votantes del no; una persona conocida del autor de este agoralbe, al otro día de los resultados plebiscitarios decía esto más o menos: la extrema derecha se salió con la suya….Aunque no se puede decir que la derecha en su conjunto haya optado por la guerra, ya que como ya ha dicho agoralbe[20], gran parte de grupos de derecha han apoyado este proyecto de paz, sin embargo un sector de derecha si lo ha denostado, aunque no se sabe de que tan extrema derecha lo es
   En el fondo esta franja es la reminiscencia de un friso de la sociedad colombiana que deviene por lo menos desde principios del siglo XIX, desde la patria boba, estela moral que portaban los que abandonaban al gran Antonio Nariño en pleno campo de batalla solo porque no se ajustaba la lucha por la independencia con sus intereses materiales[21], sectores que hasta el mismo Pablo Morillo, pacificador indolente español, parece ser los miraba con desprecio por su carácter zalamero con el poder extranjero. Estas élites ultraconservadoras, las mismas que Gaitán calificaba de arrodilladas ante el poder extranjero, son sectores con una moralidad con tendencia hacia la forma de resolver los conflictos sociopolíticos recurriendo a la violencia, que se niega a morir en Colombia, franja no social sino óntica, un estado del ser colombiano, ese estado óntico a la manera de Heideger que ha hecho al país tristemente famoso en el mundo, una visión totalitaria y despreciativa con bajo perfil ético, porque es un sentir cargado de intransigencia y odio ante el diferente de pensamiento. Ese elemento social óntico se ha acercado a la extrema derecha colombiana, porque con esta ideología es que siente afinidad. Las puertas de plomo macizo del alma de los intransigentes, se niegan a abrirse ante la dichosa personalidad de la diferencia
   La mentalidad neoliberal, es un modo de pensar el método aplicable a la economía, donde prime la consecución de recursos materiales y maximización de beneficios para el bienestar propio sin importar muchas consecuencias de estos actos. La mentalidad socialista no reclama este bienestar explícitamente para el individuo, sino para la comunidad en general. Hay un choque de imaginarios sociales en estas dos fuerzas, sin embargo la delantera en estas casi tres últimas décadas la ha tomado el perfil proto-capitalista, acelerada con la caída del muro de Berlin en 1989. Esta neoliberalización mental, conlleva por lo general un profundo desprecio hacia lo colectivo, lo socializante es sospechoso y poseedor de un cierto toque de malignidad, hasta de parásitos son acusados los de perfil socialistas, porque según ciertos sectores de enfoque neoliberal, estos parasitan a través de los subsidios, desconociendo que los subsidios son formas de devolución de recursos generados por estos sectores. Este rechazo tiene que mutar en un odio social o sociodio como forma de sublimación para poderse legitimar y sobrellevar. Se podría intentar visualizar la proporción societaria poseedora de este sociodio contra el socialismo en Colombia a través del Centro Democrático, grupo con ribetes de aceptación tan dramáticos como el de asumir características de secta alrededor de su líder, con una percepción político-militar de caudillismo, sin embargo sería una pálida imagen si intentáramos encasillar a todos estos votantes como extremo derechistas, ya que muchos son creyentes bíblicos pertenecientes a determinadas sectas judeocristianas, por algo se calcula que los votantes del no plebiscitarios religiosos fueron alrededor del millón, otros hablan de dos millones pero ser fanático creyente no quiere decir que sea extremo derechista, es más hay dentro del mismo Polo Democrático partido de orientación izquierdista, una corriente de cristianos con el socialismo, y el mismo ELN grupo guerrillero de extrema izquierda, ha estado influenciado por la Teología de la Liberación
   Intentando desenredar ideológicamente a estos votantes, hay un rubro que podría dar alguna precaria información del perfil ideológico de los votantes del no y son los emigrantes a los Estados Unidos. Sé que es una extrapolación arriesgada sociológicamente hablando, pero es menester hacerla. Dicho de otra manera, se intentará hacer una extensión zoxiholójica de los datos a partir del espacio geográfico. Por lo general el perfil de los emigrantes hacia este país del norte de América, no son los de un acento ni más humanista ni socialista, son un grupo social pragmático, gente que quiere mejorar su nivel material de vida, algunos persiguen lo que le llaman el American Way of life, el cual es un estilo de vida consumista y derrochador, con utilización de altas dosis de la publicidad que sirve de acicate narcotizante, en pro de dar una imagen distorsionada y aceptable del modelo socioeconómico capitalista con su real crudeza, dilucidador de ese estilo de vida fantasioso, haciendo creer que es un tipo ideal de sociedad modélico; sociedad consumista, sociedad enajenada en la personificación del alma de la mercancía como proveedor de dicha hedonista y cortoplacista. Dicho de otra manera, estilo de vida de consumismo. En esa sociedad se impuso el no con un 62,48% frente al 37,5% del sí. En solo tres países se impuso el no, además de EU, en Paraguay con un 51,42 respecto al 48,57% y Emiratos Arabes Unidos con un 77,5% frente al 22,5% del si. De los tres países el más sorpresivo es Paraguay por el posible tipo de inmigración, aunque se ajusta a los resultados totales del plebiscito, pero este blog Agoralbe no quiere ahondar en este tema, ni me referiré a Emiratos árabes porque no se poseen datos poblacionales de los inmigrantes por su composición, pero si dan la impresión de ser una inmigración de altos niveles de consumo, propios de quienes van allá, pero lo más significativo de mentalidad muy liberal en cuanto a la sociedad de producción derrochadora y conservadora en cuanto a los cambios sociopolíticos que se demandan. A gran parte de los emigrantes hacia EU, se les nota su perfil de mentalidad neoliberal en este asunto, ya que esta masa emigrada busca una solución material a la paliación de sus necesidades de supervivencia, pero para intentar lograr esto, su imaginario y sensibilidad política la deben amoldar como un puzzle o rompecabezas al imaginario capitalista reinante en esa sociedad, la cual es el ariete del comportamiento neoliberal por excelencia del mundo. No es en general una inmigración que busca interpretar el mundo a partir de la dialéctica hegeliana, o existencialista del gran filósofo Sartre, o la asunción aplicada de vida del legendario y grandioso Diógenes de Sinope, discípulo del padre de los Cínico Antístenes, que entre otras abogaban por un desprecio de los cánones materialistas y ficticios de la sociedad, o sea el primer anticonsumista del mundo, no, es una inmigración de perfil consumista-materialista por excelencia, y con un implícito compromiso anidado en el inconsciente social a la manera de Carl Jung, de matrimonio ideológico con la sociedad estadounidense o receptora. Por tanto por aquí  está la respuesta de los votantes del no en los Estados Unidos. Es muy posible que los inmigrantes colombianos en los Emiratos árabes obedezcan a un perfil semejante y aún más acentuado por lo resultados más reaccionarios contra el acuerdo de paz de allá
   Elementos como un esbozo superficial de la mentalidad de un sector de los inmigrantes colombianos a Estados Unidos como caso extremo y que extrapolando se replican en la sociedad colombiana, puede dar una explicación parcial para complementar las anteriores sobre el sociodio contra las Farc y el rechazo al plebiscito del 2 de octubre, que en el fondo es parte de un grosso mayor de una ideología que se ha aposentado férreamente en la mente de parte de los colombianos, así como se aposenta la garrapata en la tierna piel del canino, la cual se expresa en forma de ideología como faceta última de un sentir que proviene desde el subterráneo del alma, el cual es una forma de relación directa con el mundo de la materia, estilo de vida al que se debe sacrificar en el altar del consumo una victima, siendo esta víctima el mismo consumidor, sacrificio que consiste en enajenarse en el mundo del placer que le otorga la mercancía, como forma de completar un vacío que es existencial y así cree saciar. Todo aquello que turbe este tipo de solución existencial, o sea el consumo derrochador, será corrido a un lado, así sea mediante la satanización o el desprecio de aquello que le represente, como ocurre contra posturas ideológicas de perfil socialistas o bolivarianas chavistas, las que son para esta mentalidad una forma de caer en la pobreza o la socialización del hambre y la miseria, algo a lo que le aterroriza a este imaginario ultraderechista y consumista, lo que hace que este “horribilis” temor se tramute como mecanismo defensivo en odio social. Dicho de otra forma, el odio contra las Farc o el socialismo es un mecanismo de defensa ante los fantasmas oscuros que pretenden atacar el sacrosanto derecho de consumo en exceso, además de terror sibilino ante el estilo de vida social socialista o comunitario. Por tanto las Farc en realidad no son un grupo terrorista para este enfoque ideológico aplicado, no, son algo peor, una representación de la sociedad en la que no quieren vivir, una sociedad donde la diferenciación social por lo menos en teoría, tendería a minimizarse, y por tanto donde el protagonismo del individualismo megalómano, narcisista e individualista –para diferenciarlo del individualismo creativo-, podría ser un ideal inalcanzable. Las Farc aquí no son un grupo guerrillero presente, son un futuro estilo de vida social, son el coco para el niño que no se quiere tomar la sopa, y  los acuerdos de paz son la puerta de entrada a ese modo social para este imaginario social extremo-derechista. Aquí podríamos estar hablando de un tipo de paranoia social, donde el temor es su combustible, temor que indiscutiblemente siente y que la ultraderecha busca mantener en vigencia ya que es una forma de insuflarse vida política. La ideología de  derecha por lo general se alimenta del temor de sus votantes, esto se comprueba con las declaraciones del gerente de campaña del Centro Democrático explicando la metodología para enfrentar este plebiscito, donde el temor ante: el castrochavismo, el miedo a las Farc, el pavor hacia el socialismo etc. fueron el ariete para vencer. O! faz lánguida del temor, posees el color de la  palidez mortuoria
   Hay un indicador para darnos una señal de  este hecho de los contradictores de los acuerdos de paz y es notar que este sector que tanto vocifera contra la injusticia social de los jefes guerrilleros, por lo general nunca se opusieron ni pusieron el grito en el cielo cuando a casi todos los paramilitares de ultraderecha se les indultó a pesar de sus crímenes de lesa humanidad, o sea a este segmento social en realidad nunca le ha interesado la “justicia social” como a algunos les gusta llamar a este hecho, no nada de eso, porque si eso fuera cierto hubiesen protestado cuando la ley de justicia y paz perdonó y hasta les pagó mucho más a los mercenarios paras que a los guerrilleros de las Farc en termino monetarios, nunca se opusieron y hasta lo aplaudieron. O sea esto ya escalona al plano de guerra simbólica. Con esto se observa que lo que en realidad parece ser es que son un sector social extremadamente antisocialista, que se identifica con la tendencia de ultraderecha, y este mecanismo de tapar los lunares oscuros de sus grupos preferidos así no lo manifiesten, para resaltarlos en las Farc, en verdad lo que están es enmascarando un deseo oculto y reprimido ante la vitrina mediática, de continuar con la guerra, para tener la satisfacción de ver vencida militarmente al grupo exguerrillero, o sea su deseo es firmar la paz sobre la lápida sepulcral de las Farc chorreante de sangre, donde los campos sembrados de cadáveres insurgentes, sean estos semillas futuras de una cosecha neoliberal impune
   γιvAntioquia y el plebiscito. Antioquia tierra de gente que ritualiza el trabajo como un ideal de vida, ciudad de gente económicamente muy inteligente, cultura de vanguardia económica en el plano industrial, grandes poetas como Porfirio Barba Jacob, León de Greiff, Gonzalo Arango el creador del nadaísmo, Jaime Jaramillo Escobar, Juan de Dios más conocido como “El Indio Uribe[22], pintores como el mundialmente famoso Fernando Botero y otros grandes intelectuales en diversos campos del saber son antioqueños
   Sin embargo y contradictoriamente a su explosivo pasado literario y otros campos, como diría un nadaísta del parque Berrio: con pólvora perfumada… Antioquia se ha opuesto mayoritariamente al proceso de paz. Este agoralbe quiere intentar ver que hay más allá de los datos. Antioquia con su crónico problema social asociado al narcotráfico, que así como ha producido gallardos poetas, también ha parido con dolor y ofrendado a la humanidad y envueltos en terciopelo luctuoso, un gran monto de narcotraficantes de gran peso mundial que en conjunción con los de la ciudad de Cali, vergüenza para lo más ilustrado académicamente y altruista de Colombia, además de paramilitares seviciosos desde el último quartil del siglo XX, que han contribuido a las tensiones de inseguridad en este país. Recordar que el plebiscito se perdió esencialmente por la alta votación en Antioquia, con diferencia de 409.467 votos, mientras que la diferencia nacional fue de 53.894 de diferencia contra el si plebiscitario. Hasta que punto afectó Antioquia este resultado? se puede ver que realmente el plebiscito se definió mucho más en este departamento, y lo corroboramos con la siguiente operación matemática: al total de votos del no le restamos los votos negativos antioqueños, y se hace lo mismo con los votos del sí; esto lo que busca es convertir el fenómeno Antioquia en un variable nula o exógena, aislándola estadísticamente para ver el efecto de otras regiones en el resultado final del no. Si la suma de los negativos es mucho mayor a la cifra de los positivos, entonces Antioquia no tendría nada que ver en el resultado final, y viceversa, si la diferencia del sí sin los votos paisas son mayores a los negativos, entonces Antioquia sería la región con el total de énfasis en el resultado de esta votación

     a.6.431.376-1.057.518(no Ant.)= 5.373.858 Votos del no excluyendo a Antioquia. 
     b. 6.377.482-648.051 (si Ant)= 5.729.431 Votos del si excluyendo a Antioquia. 
     b-a=  5.729.431-5373858 = 355.573
   b˃˃˃a. Como el número de votos del si excluyendo a Antioquia es “mucho mayor” a los del no excluyendo a esta misma región, se infiere que el plebiscito se definió proponderantemente en Antioquia, dicho de otra manera, si no hubiese habido este referéndum en este Departamento, los resultados generales hubiesen dado ganador al si plebiscitario en Colombia por un margen de más de trescientos mil votos. Sin embargo este triunfo también se hubiese dado si hubiésemos excluido mediante el mismo procedimiento a los Santanderes, Casanare, Cundinamarca –sin Bogotá-, Tolima y Huila, regiones cuya diferencia entre los del no y los del si pasó de los 53.894 votos, que fue la diferencia nacional, aunque la diferencia hubiese sido mucho menor. O sea por estos se hubiese dado la relación b˃a, mucho menor que b>>>a antioqueño. En cambio en las otras regiones departamentales donde ganó el no, no hubiese pasado nada con esta operación matemática de exclusión de datos, en todo caso hubiese ganado el no plebiscitario porque su peso no fue trascendente
   Es digno de mostrar que Antioquia, ha sido muy golpeada por el narcotráfico y muchas acciones de violencia social se han presentado en ese departamento. Como ya se ha mencionado, el expresidente Uribe Vélez es oriundo de esta región y estaba a principios de los noventa en una lista de narcotraficantes y auxiliadores acusados por Estados Unidos, y muy posiblemente irían a pedir su extradición como sucedió con otros de esa lista, como Pablo Escobar y los Rodríguez Orejuela del Valle del Cauca. De las escuelas de sicarios más temibles algunas están aposentadas allá, como la oficina de Envigado, por tanto lo que es digno de preguntar es: ¿hasta que punto una pseudocultura del narcotráfico y de la violencia sicarial que ha irrigado hasta gran parte de las comunas populares de Medellín, han influido para que hayan hecho presencia estas tendencias en la votación del plebiscito y que se ha manifestado en la forma de sociodio? hay un acto simbólico que se presentó en la marcha anticorrupción organizada por el Centro Democrático, con fuerte arraigo en Medellín el primero de abril del 2017, donde asistió un ex lugar teniente de Pablo Escobar, Popeye, conocido por su participación directa en centenares de asesinatos e indirecta en miles como él mismo lo ha reconocido; en un momento de la marcha una mujer asistente a la misma le recrimina su asistencia a esta marcha, él se defiende oralmente con vehemencia y acto seguido los manifestantes,”todas personas de bien” supongo, porque así a los derechistas les gusta autollamarse,  apoyan a Popeye gritándole a la mujer: fuera, fuera….. por hechos como estos, a esta marcha le llamaron algunos la marcha de los Popeyes. Pero la pregunta que se hace este agoralbe es: que elementos pseudoculturales se hayan allí para que se presentara este hecho de apoyo al ex sicario del Cartel de Medellín en contra de la acusadora simbólica de Popeye? Recordar que uno de los dirigentes del Centro Democrático, muy santo por su apellido, había dicho algunos días antes que Popeye ya había pagado su deuda con la sociedad justificando defendiendo su presencia en la marcha. Que factores en el imaginario paisa se mueven para que apoyen a este señor? analizando someramente en lo ideológico a este personaje, se observa que es férreamente antiizquierdista, y especialmente lanza continuamente misiles envenenados en lo que atañe al gobierno de Maduro en Venezuela en su canal de Youtube, algo que no es de extrañar porque el perfil ideológico de la mafia o de algunos de sus ex integrantes es por lo general ultraderechista por antonomasia, es su alimento implícito espiritual, siendo de una u otra manera esta mentalidad una de las cabezas de medusa de la ideología capitalista, donde ha aposentado como un huevo pronto a empollar su propio para-estado con sus normas de ética y compromiso propio y nadie los puede violar como sucede en los estados alternos. En realidad personajes como Popeye no les da mala imagen a los del Centro Democrático ni a los de la ultraderecha colombiana, porque esta mafia es un resultado marginal de esta mentalidad o ideología, son sus hijos que buscan el apellido de sus padres y que buscan algún día auto-reproducirse ideológicamente, así como lo son los llamados combos de las comunas de Medellín con su adoración a don Berna preso en Estados Unidos por narcotráfico, estos personajes son una faceta de esta mentalidad, son una de sus muchas personificaciones, son un efecto colateral de esta ideología aplicada en lo social, neoliberalismo del tugurio, por eso primero intentaron expulsar a la mujer recriminadora que al mismo recriminado en la marcha de los Popeyes, porque este ex sicario es en realidad ideológicamente parte de la familia. Una parte de Antioquia ya no venera a sus grandes poetas, hoy venera a sus narcoparamilitares
   Vuelvo a preguntar: ¿Esta mentalidad de un sector importante de la antioqueñidad, permeada por la ultraderecha, siendo una de sus aristas la mentalidad mafiosa o narcoparamilitar, ha tenido una tremenda influencia en el resultado final del plebiscito del 2 de octubre para intentar firmar un acuerdo de paz que lleva esperando más de 52 años?. Es la mentalidad de la mafia del narcotráfico un tipo de maná de la extrema derecha colombiana y que se representó en el plebiscito de octubre y más especialmente en una parte del electorado de Antioquia?
   δ. Problema agrario no resuelto. Respecto al ítem d, de los plebiscitarios del no, o sea el asunto de la tierra no resuelto, aquí no se puede decir que esto responda al sociodio del que se ha estado hablando atrás, sino de una mentalidad estrictamente pragmática, megalómana y egoísta. Desde hace décadas que se viene insistiendo que los intereses sobre la tierra copan altos intereses tanto políticos como económicos, ya que desde congresistas hasta variopintos empresarios, pasando por altos mandos militares, han tenido intereses sobre largas porciones de tierras. Un ejemplo que se alarga como cola de cometa en el tiempo, no es sino recordar hace poco el caso de un expresidente de Corte Constitucional y su esposa que han sido salpicados por este problema por la  compra de dos predios[23]a bajos precios de gente desplazada, con reclamante asesinado
   Un brevísimo bosquejo sobre la concentración galopante de la tierra en Colombia en décadas pasadas, nos muestra lo siguiente:
NUMERO DE EXPLOTACIONES EN PORCENTAJE
<5 – 100hs
˃ 500hs
1953
96.40.54[24]
196096.5
0.5[25]
196995.7
05[26]

SUPERFICIE DE LAS EXPLOTACIONES EN PORCENTAJE
<5 – 100hs
˃ 500hs
1953
35.831.02
196034.0
40.4
196942.3
30.9
Fuente de datos de esta tabla, son los mismos correspondientes por año de la tabla anterior.
   Como se observa por el número de explotaciones de tamaño pequeño o hasta 100 hs. La cantidad de explotaciones o parcelas agrarias es igual desde el año 1953 hasta 1969, y sólo en este último año baja la pequeña explotación en beneficio de las medianas, o sea desde 100 hasta 500 hs.  O sea el tamaño de estas unidades agrícolas donde se muestra en primer lugar el desbalance de la apropiación de la tierra en Colombia donde un 0.5% en promedio de los grandes terratenientes poseen casi el mismo monto de superficie que el 95% de los pequeños agricultores y pequeños medianos agricultores, en alrededor de un 37%, pero lo más impactante es el cuadro de más abajo donde se observa que en los años de guerra de 1953 al 60, la gran superficie creció del 31 al 40.4% a costa esencialmente de la mediana propiedad que no se muestra en estos cuadros, con lo que se demuestra que la guerra se utilizó para hacer rapiña por parte de los grandes latifundistas. Este proceso se revirtió un poco con la implementación de un intento de reforma agraria agraria a través del Incora durante el gobierno de Lleras Restrepo, donde la superficie grande perdió un más o menos un 10% de su superficie occiosa para endilgárselo esencialmente a la pequeña propiedad que vio crecer su participación en 8% y un 2% a la mediana propiedad. Lo esencial aquí es observar como la guerra contra las Farc fue una forma de tapar otro objetivos más siniestros por parte de los gamonales de la tierra, cual fue utilizar esta guerra sólo como mecanismo para acumular tierras desplazando si es necesario a los despojados
   Según Salomón Kalmanovitz y retomando datos del Instituto Agustín Codazzi, se observa una tendencia a la desconcentración entre 1960-84, y una reversión a la tendencia entre 1984-96, donde un dio un coeficiente de Gini de 0.88, y hay otro dato que dá el valor de 0.91, y según este economista a 2014 le da un gini de 0,95 sin contar territorios étnicos. Un gini de 0, quiere decir que hay igualdad en la distribución de la tierra, mientras que el gini de 1 quiere decir que toda la tierra está concentrada en una sola mano. Por tanto este gini de 0,95, indica un altísimo grado de concentración de la tierra en poquísimas manos en Colombia, algo aberrante, siendo esta concentración producto del desplazamiento de los paramiliatres especialmente contra las medianas propiedades en los noventa[27]. Lo que quiero resaltar aquí en este agoralbe, es como se repite la historia de la guerra a como se dio en los 50-60, instrumentalizando este conflicto militar como una forma de los latifundistas occiosos y especulativos con la tierra, para desplazar propietarios medianos y pequeños apropiándose de estas mediante el terror, que hacía bajar el precio de estas para comprarlas de ipso facto, o robándoselas directamente. La historia es una ruleta que gira incesantemente, cada vuelta es una repetición
   Sobre el fracaso de las leyes agrarias en Colombia, diría que el problema que deviene desde antes de la década del veinte del siglo pasado[28], donde gran parte de las leyes promulgadas fallaron, continuando con la ley 100 de 1944 respecto de la distribución de la tierra, por su sucesora en 1961 la ley 135 que buscaba corregir los desarrollos logrados alrededor de la gran propiedad rural e ir contra el gran latifundio, fracasando en esta magna meta y lo que se genera es una proceso apuntalador para desarrollar aún más el capitalismo en el campo colombiano. Este fracaso legislativo se refleja entre los años 1947 y 1965 en el que se presentaron en el campo colombiano 191.840[29] asesinatos productos de la violencia partidista que azotó el país especialmente en el centro occidente, pero un dato dilucidante para relacionarlo con el acápite d·) de este agoralbe sobre el plebiscito del 2016, es que se presentaron 393.648 parcelas perdidas[30]
   Si se observa que en los tiempos cercanos después de cada masacre en el campo colombiano, había una baja del precio de las tierras de esa zona, con “afortunados nuevos dueños” que muy posiblemente estaban detrás de estas masacres, se repara con este hecho que el problema de la tierra en Colombia no está resuelto como ya lo ha hecho notar este agoralbe, y un sector que está contra esta resolución total, se esconde entre los votantes del no plebiscitario bajo el rótulo de “no a la devolución de tierras”, tierras peor que robadas ya que han incluido el asesinato individual o en forma de masacre para lograr la estampida de los cercanos a las mismas y su consiguiente forzada baja del precio de mercado. Inquina, hasta cuando tendrás signos vitales?
   Volviendo a los sesenta, la continuación de esta ley, la ley primera de 1968 autoriza los contratos con el INCORA, esta reforma agraria opera a la vez de reforma distributiva, como mecanismo para impulsar el desarrollo capitalista en la gran propiedad territorial. Por tanto estas leyes tanto del 66 como del 68, tienen como objetivo crear por un lado las condiciones de efecto redistributivo de la tierra[31] pero sin embargo también por carambola creó un desarrollo del capitalismo en la gran propiedad la cual fue utilizada por los propietarios para no perder sus propiedades
   Es después de 1973 en que el gobierno de Pastrana Borrero[32] y padre de Andrés Pastrana quien se opuso en el plebiscito, firmó el llamado pacto del Chicoral entre los partidos tradicionales liberal – conservador y los gremios de propietarios que se celebró en esta población, que pretendía dejar de lado el incipiente proceso de reforma agraria, abortándolo, lo que quitó la posibilidad de reinsertar a las Farc a la vida civil en esa década. Se presentó en 1975 una regresión histórica al retomar y legalizarse nuevamente la aparcería, o sea organización económica de carácter semi feudal, como sistema de contratación en el campo, afectando por un lado el desarrollo del capitalismo en el campo aunque sin perder esta orientación. Este fracaso conllevó una militarización del campo colombiano producto de la lucha por la tierra de los campesinos que se estaba nuevamente agilizando, siendo asesinados líderes campesinos e indígenas y según un documento del INCORA, a partir del gobierno de López fueron eliminados físicamente los concejales elegidos por la oposición en municipios rurales, ante lo cual el Gobierno de Turbay decretó el Estatuto de Seguridad que caracterizó por su naturaleza represiva y generalizando las torturas. Este Estatuto de Seguridad a pesar de su carácter autoritario y represivo, tuvo como uno de sus resultados más medianoplacista el aumento de los frentes de las FARC

   Como se observa las Farc por lo general sale como un elemento de acción social de parte de conglomerados sociales implícitos, o sea elementos de la sociedad que no se notan pero que se sienten, y no son explícitos porque pertenecen sus integrantes a sectores de bajos ingresos económicos, grupos económicos campesinos y de sectores marginales a la geografía nacional. Este carácter de implicitud por llamarle de alguna manera, es un síntoma de una patología que ocurre en el cuerpo social y las Farc, son solo un síntoma más de la corrupción en que se halla este cuerpo de la sociedad

   El problema sobre la tierra se comienza a agudizar después de la implementación del modelo neoliberal a finales de los ochenta y principios de los noventa, donde se comenzó a perder producción nacional debido a que las importaciones de productos agrícolas se incrementaron, ya que los productores campesinos tuvieron que competir con productos provenientes del exterior a más bajos precios debido en algunos casos  eran productos subsidiados, como en el caso de los importables de Estados Unidos. El siguiente gráfico muestra mejor este hecho donde se constata la perdida de hectáreas sembrables en Colombia:
   Donde se pasó de 2.367.656 de hs en 1990, a 1.646.900 hs. perdiéndose más de 700.000 hectáreas cultivables debido a la apertura económica. Esta crisis galopante en el campo, con una ampliación del frente agrícola dedicado a los estupefacientes, acrecentamiento de malestar el campesinado y posible acicate de fortalecimiento simbólico de las Farc en esas zonas rurales
   Aquí hay que meter una cuña aparentemente suelta: el Plan Colombia. El Presidente Pastrana, el hijo del jalonador del Pacto del Chicoral, acuerdo que como ya se dijo hizo fracasar la posibilidad de reforma agraria en Colombia, visitó Washington el 28 de octubre de 1998, poco después de haberse posesionado  en medio de unos esperanzadores diálogos de paz con las Farc, santo y seña con el que había ganado la presidencia. Esta visita tenía como “posible” objetivo venderles la idea a altos funcionarios estadounidenses de alto nivel del preámbulo de lo que se llamaría después Plan Colombia, y subsiguientemente el 11 de enero del año 2000, Bill Clinton, dio a conocer mediáticamente la ayuda para este Plan Colombia, siendo ésta ayuda aprobada el 13 de julio del mismo año 2002, cuando precisamente las negociaciones con las Farc fracasaron en este año. Por tanto diese la impresión que estos diálogos posiblemente fueron una farsa del presidente Pastrana de entonces, porque ya estaba iniciada la negociación de la ayuda con Estados Unidos desde el año 1998 para implementar el plan Colombia de corte militarista. No se sabe porqué hizo esta acción que suena a traición programada, o porque no tuvo la suficiente personalidad para oponerse a los dictados de Washington. Por ejemplo algunas versiones de criticos alternativos informales informaban que durante esos diálogos el gobierno no les había prometido nada a nivel de reformas socioeconómicas a los guerrilleros y lo único que les demandaba era la entrega de armas, y que para eso se preferían devolver al monte, con lo que se observa una miopía social tremenda de ese gobierno ante la génesis social de las Farc y su problema agrario no resuelto. O sea parece ser que este plan Colombia era una reingenieria militar a través de la cual el gobierno buscaba ganar tiempo mientras se armaba en silencio, para lo cual tuvo cuatro años

. Queda la duda si el fracaso de estos diálogos fue una negociación programada para que “fracasara” debido a que los vínculos del gobierno Pastrana con la Casa Blanca se habían iniciado cuatro años antes o porque las Farc habrían sido intransigentes con sus principios. No se sabe, pero lo que si queda flotando es la nube grisácea de un gobierno no claro en esta negociación. Esta estrategia militar incrementó la ayuda económica en armamento para el gobierno de turno, y lo más peculiar es que conectó con el subsiguiente proceso gubernamental de la llamada seguridad democrática del gobierno posterior. De este plan Colombia el 80% de lo aportado por Estados Unidos, iba al estamento militar y solo alrededor de un 20% a la inversión social. Un dato curioso que es menester reparar en este plebiscito del 2 de octubre, es que precisamente estas dos figuras ex presidenciables coincidentes con este plan de esos años fueron las más contrarias, y lo han sido posteriormente al plebiscito pasado. Casualidad? O es que son fieles a esa estela programática o pragmática del Plan Colombia que incendió más el conflicto colombiano?
   Sin embargo hay dos rubros que pueden explicar mejor este posible hecho. En primer lugar el fortalecimiento de la financiación por parte de Estados Unidos a los militares colombianos en armamento adquirido forzosamenteen este país del norte como parte de ese plan, y en segundo lugar a la posible obligación de la privatización de empresas públicas colombianas para otorgar esa ayuda, para integrar este hecho al proceso de privatización global de empresas públicas a nivel latinoamericano y mundial desde la caída del muro de Berlín. En el fondo tal parece que este plan era una forma de auto-subsidio a la industria militar estadounidense pagada con impuestos de estadounidenses medios y con parte de dinero colombiano, a la vez de apropiación de multinacionales de empresas públicas. En el nuevo milenio, las estructuras paramilitares de extrema derecha se fortalecen gracias al “posible fracaso programado” de esas negociaciones de paz. Estas estructuras eran financiadas además de por empresas privadas colombianas, por multinacionales, algunas estadounidenses como la Chiquita Brands[34], Monsanto o Coca Cola[35],  siendo el acicate el enfrentamiento de la guerrilla izquierdista comunista, pero en realidad fueron un programa auspiciado por la ideología de la seguridad nacional impuesta desde los Estados Unidos, que pretendía quitarle el agua al pez, o sea atacar las poblaciones civiles que, según ellos, prestaban auxilio a los grupos guerrilleros. Pero para eso no se podrían usar las fuerzas armadas ya que estas eran parte de la institucionalidad, por tanto debían utilizar grupos armados al margen de la ley, o sea mercenarios pagados con fondos de empresas privadas que se beneficiarían de estas acciones, o que estarían hastiadas de pagarles las extorsiones a las Farc, para que les dejaran trabajar, pero que actuaban en llave con las fuerzas armadas como se ha demostrado hasta la saciedad. Por tanto todo parece indicar que el ascenso a la presidencia de Alvaro Uribe Vélez ya estaba programado con antelación, debido a que este se montó en la inercia fatalista y satanizante de los medios de comunicación que hicieron sobre el fracasado proceso de paz de Pastrana, y especialmente tomando como objetivo de esa mala propaganda al grupo subversivo de las Farc, una inercia que favoreció el ascenso de este sujeto que en el año 1991 aparecía en una lista del Concejo de Estado de los Estados Unidos en el puesto 82 de una lista de  narcotraficantes mundiales al lado de Pablo Escobar y los hermanos Rodríguez Orejuela[36]

. La orgia de sangre que se presentó en los siguientes ocho años en los campos colombianos con este individuo en la presidencia marcó el periodo más obscuro en la historia rural del país, tal vez semejante al del periodo Ospina Pérez y Laureano Gómez en el final de la década del cuarenta hasta el año 1953. Es cierto que las Farc fueron debilitadas y delimitadas, pero no derrotadas, pero el precio que tuvo que pagar el país agrario por esta política bélica fue muy grande. Una pregunta que se hace este agoralbe es: el perdón que le hizo el gobierno estadounidense a Alvaro Uribe Vélez después de ser un posible extraditable a ese país al estar en esa lista en el puesto 82, no fue una concesión de contrapartida por los procesos de privatizaciones de empresas publicas entregadas al capital internacional,? a la vez de ayudarle en la compra de armamento estadounidense y de debilitar al principal enemigo ideológica de los Estados Unidos como son las Farc?. Recordar que el señor Uribe Vélez es un terrateniente ganadero. Tal parece que estos son servicios prestados, servicios pagados
   Por ejemplo y como se mencionó en el acápite d, aquellos sujetos que han comprado tierras a bajos precios después de una masacre, y que con el acuerdo con las Farc deben devolverlos si no demuestran que han sido adquiridas de “buena fe[37]”, por su accionar económico se nota que no son propiamente de izquierdas. Aunque hay que tener cuidado en eso de adquisición de buena fe, que eso es una argucia de quienes quieren no entregar tierras, inventándose cualquier treta. Por tanto este subsector social que ha robado tierras, ha masacrado, han estafado comprándolas a bajísimos precios después de cada masacre, con el acuerdo de paz se perjudicarían ya que tendrían que entregar muchas de estas, y lo peor es que se siguen sintiendo inmunes ya que siguen asesinando a líderes sociales rurales que luchan contra estas injusticias. Estos grupos que tienen como slogan en las marchas de la extrema derecha colombiana: no a la restitución de tierras, son de los que más se opusieron al si plebiscitario, no tanto por el argumento de aplicarle justicia penal a las Farc, sino por no entregar lo que han usufructuado indebidamente. Este grupo es un remanente social de los movimientos de rapiña agraria que deviene de la década del treinta del siglo pasado amparados por los paramilitares de esa época, e impunizados todos estos durante los gobiernos conservadores de Ospina Pérez y Laureano Gómez. Estos rezagos parecidos a los residuos de gas lumínicos de las explosiones de las supernovas con los cuales se les detecta, se niegan a apagarse, y por eso coordinan una diada de actuación en los ordenes: militares a través de paramilitares limitadamente llamados bandas criminales y el político incurso al interior del partido Centro democrático, acompañando a este en el no a los acuerdos de paz
   ε.Temores religiosos. Este agoralbe antes de continuar con este delicado acápite, quiere informar que “por ahora” no está en contra de la religiosidad de los pueblos, ya que la religión intenta hacer vivir la trascendencia metafísica en los humanos, cosa que los materialistas han castrado abruptamente. La religión intenta dar una hezplikaxihón al universo en su creación, pero por encima de todo le pretende dar una razón de existir a las personas que por una u otra razón, han ido perdiendo fortaleza para seguir deambulando en este valle de lágrimas, fortalecerlos ante las vicisitudes de la vida, además de servir de apoyo para que algunos puedan asumir un comportamiento más apegados a una moral más respetuosa con los demás, eliminar vicios o adicciones como las drogas o el alcoholismo etc, o aún curar enfermedades o hacer liberaciones, cuestiones inexplicadas aún científicamente
   Hablando sociológicamente, en la medida en que las condiciones sociales se han ido pauperizando debido al avance ininterrumpido del neoliberalismo y el abandono de políticas propias del Estado de bienestar, el sentimiento de desprotección deli individuo se ha ido acrecentando, respondiendo este en la búsqueda de una fuerza superior y protectora ante los vaivenes de un sistema socioeconómico arrasador, pragmático e indolente, por lo menos en el subcontinente latinoamericano. La religión es una forma de estupefaciente en el que se sume el individuo como forma de evadir la crudeza del ambiente considerado real, este reincidente y pasajero ambiente fantástico, lleno de perfumes imaginarios o míticos, le permiten al individuo activarse para volver a la carga desde la celda material en la que se halla atrapado desde su nacimiento
   Antes de continuar en el asunto del no plebiscitario, hay que decir que no todos los sectores religiosos votaron en contra de la terminación del conflicto, es más un sector importante del catolicismo y otro del evangelismo votó a favor de la paz. Es importante resaltar lo anterior. Por ejemplo el 4 de julio del 2016, la presidencia de la República informa que 115 líderes de las comunidades religiosas manifestaron su respaldo al proceso de paz con las Farc. Entre ellas habían católicos, cristianos, protestantes, judíos, musulmanes, bahai´s, y voceros de algunas comunidades internacionales[38]
   Entrando en la influencia de la religiosidad en los datos negativos del plebiscito, respecto a los representantes de la alienación religiosa, este grupo está representado proporcionalmente por los sectores más conservadores y de perfil reaccionario del catolicismo como la secta Tradición Familia y propiedad del ala del opus Dei español, con ex procurador incluido y acusado de corrupción, y más numéricamente por los grupos evangélicos que han tomado fuerza jurídica después de la Constituyente del año 1991. A partir de esta constituyente se liberalizó más el culto en Colombia, desinstitucionalizándolo a partir del nexo que tenía con el credo católico. Ver el siguiente parágrafo que ilustra mejor este hecho: Según Sentencia No. C-350/94 de la corte constitucional, subcapítulo de igualdad de confesiones religiosas ….la Constitución de 1991 ha conferido igual valor jurídico a todas las confesiones religiosas, independientemente de la cantidad de creyentes que ésta tengan. Se trata de una igualdad de derecho, o igualdad por nivelación o equiparación, con el fin de preservar el pluralismo y proteger a las minorías religiosas…más adelante declara la CORTE CONSTITUCIONAL: la constitucionalidad de la consagración oficial de Colombia al Sagrado Corazón era plausible durante la vigencia de la anterior Constitución, la cual establecía que la religión católica era la de la Nación y constituía un esencial elemento del orden social. Pero esa consagración oficial vulnera el nuevo ordenamiento constitucional que establece un Estado laico y pluralista….como se puede observar con la constituyente del año 1991, se deroga la confesionalidad del Estado colombiano desde un orden católico al deslindarlo de la consagración al Sagrado Corazón de Jesús, y dar plena libertad de cultos y en plena igualdad de condiciones. Es a partir de esa igualdad jurídica, que los movimientos evangélicos comienzan a tomar fuerza
   Para dar un esbozo de la importancia del caudal de votantes que este sector pudo haber ofrecido al plebiscito observar algunos parágrafos. Una encuesta realizada en el 2010 por las universidades Nacional y Sergio Arboleda da una visión sobre el monto de creyentes en Colombia: el 16,7 por ciento de los consultados entonces se ubicaron dentro de la diversidad de corrientes protestantes, mientras que el 70 por ciento dijeron ser católicos. El Consejo Evangélico de Colombia (Cedecol), que reúne a 260 iglesias, calcula en 10 millones sus seguidores[39] (alrededor de un 20 por ciento de la población)
   Clifton Holland para 2002 calcula[40]
   Católicos 88.5% 
   Protestantes 5% 
   Otros 2%
   Ninguna religión 4.5%.
   La firma Gallup International da un 81% de católicos en Colombia para el 2000
   Como se observa no hay igualdad de criterios para definir cuantos evangélicos hay respecto de los católicos, desde principios del milenio, pero se podría estimar en alrededor de un 15 a 20% y parece ser que la proporción ha estado creciendo, en consonancia con los movimientos en el resto del continente  debido al carácter evangelizador y de asunción política de estas sectas. Esta es una de las razones por las que el Vaticano ha elegido un papa suramericano, como medida para contrarrestar este incremento de los protestantes y para restarle importancia a los increscendos gobiernos de perfil izquierdistas que han ido ganando las elecciones en estos países, aquí este dios se hizo sentir a través de su rayo antiizquierdista, pero esto es parte de otro tema. Esto es importante para especular que en el plebiscito el voto religioso contrario a la paz ha estado en alrededor de un millón de votantes, o como ha dicho un pastor evangélico, dos millones de personas aunque este dato no está probado científicamente. El voto evangélico por lo general es un voto disciplinado a la vez que es fácilmente manipulable por los pastores debido a que por lo general no es gente que piensa sino que cree, y a partir de esas sólidas bases disciplinarias y rígidas creencias, se puede re-direccionar todo un proceso o antiproceso político, así como fue el plebiscito del 2 de octubre de 2016, donde casi que se descarrila entre otros por este voto
   Hay dos aspectos que infundieron temor en el votante evangélico y conservador católico: en primer lugar por un lado el temor hacia lo que se considera el hecho de que dos personas del mismo sexo puedan adoptar niños, y en segundo término, y menos relevante, al perfil ateo de las Farc. En el primer caso, o sea la negativa de que dos personas del mismo género puedan adoptar niños, cosa que para los religiosos es inaceptable debido a que según ellos las parejas heterosexuales son un mandato divino y hombre y mujer los hizo Dios para procrear. El mito de Adán y Eva es esclarecedor de esta dual teogonía. Una familia de dos personas del mismo sexo, es algo antinatural y abominable para este imaginario signado por la dualidad del bien y del mal. Esta perspectiva está mejor definida por el rechazo en el plano secular de lo que se le llama la ideología o enfoque de género, y que creyeron ver los religiosos en los acuerdos de paz con las Farc, pensamiento que niega la importancia a la diferencia genital entre hombre y mujer y que algunos resumen en la frase de Simone de Beauvoir: la mujer no nace, se hace, enfoque presentado en la IV conferencia Mundial de las naciones Unidas sobre la mujer que tuvo lugar en Pekin en 1995. Algunos hablan de que hay cinco diferentes formas de sexualidad: heterosexual masculino, heterosexual femenino, lesbiana, bisexual y otros indiferenciados, aunque otros no hablan de diferenciabilidad ya que se trata de llegar a una situación sin sexos fijos[41].Tras esta ideología hay una cierta influencia delas corrientes sociológicas del funcionalismo y del iteraccionismo simbólico, ambas de origen estadounidense, por el asunto de los roles, aunque no es el propósito de este agoralbe profundizar en este tema sino en sus implicaciones. El gobierno y las Farc han informado hasta la saciedad de que los acuerdos de paz no han estado influenciados por la ideología de género, sin embargo los directores de ciertos sectores religiosos han hecho caso omiso a estos mensajes. Sin yo estar de  de acuerdo con gran parte del enfoque o ideología de género por ser en algunos casos limitante y de verdad tiene un toque ideológico y hasta autoritario, tampoco creo ver una influencia total de este enfoque en estos acuerdos de paz, como dicen los religiosos de derecha, si hay un mensaje implícito e importante de ciertos sectores liberales y es el hecho del respeto social de la diferencia en las preferencias sexuales, cosa que a los religiosos les abomina. Respeto, no fomento, que quede claro

. El hecho de ver como niños son criados por personas que no corresponden a la dicotomía familiar mujer y hombre, no es de su agrado, tal vez porque creen que los hijos asumirán sus mismas preferencias sexuales como una forma de contagio, algo así como la lepra antiguamente. Lo importante para este agoralbe es que estos temores influyeron negativamente en la resolución de un conflicto con una guerrilla de origen agrario que ha estado dispuesta a entregar las armas definitivamente, una guerrilla que cometió la torpeza política de entrar en una discusión que no era fundacional en ellos, como la libertad de la preferencia sexual, cuando su origen había sido la intolerancia política, las injusticias agrarias, las desigualdades sociales y el maltrato al campesino, entre otras, debiendo haber dejado este tópico del de la libertad en la preferencia sexual para otros escenarios, y lo único que hizo fue alborotar un avispero, ya que la ultraderecha encauzó muy bien estos temores de los religiosos  ante este tema. A lo máximo que debieron de haber entrado en la discusión es en la igualdad de derechos de hombres y mujeres en la sociedad. Este asunto devolvió la daga electoral contra el plebiscito del octubre, azuzada por la extrema derecha, generando una tormenta de azufre y dolor social
   El segundo asunto que incidió más implícitamente que poco se menciona y es que en su basamento ideológico las Farc, al haber abrazado la ideología marxista, son de perfil ateo. Es otro elemento que no pueden compartir los religiosos, debido a su silueta teísta, con el consiguiente temor de que estos grupos en alza política, podrían algún día ir descreizando a una sociedad con fuerte peso de la religiosidad. Dicho de otra manera, el temor es que algún día se consume el asesinato de Dios a la manera de Nietzche. Este agoralbe no ahondará más en este tópico, porque no lo considera resaltante
   En síntesis, la campaña del no plebiscitario, atizó mucho las emociones como el temor, la rabia, el descontento etc. Como así lo reconoció el ex gerente de la campaña plebiscitaria por el no del centro Democrático. No fue una campaña surgida de la racionalidad y lo mejor para Colombia, sino buscando a mediano plazo crear las condiciones de allegar nuevamente al poder la ultraderecha, apoyándose en el odio social o sociodio que se tiene contra las Farc o la izquierda colombiana, con el fin de intentar de paralizar una posible cascada de verdades que se dirán en el marco de la Justicia Especial para la Paz, JEP, donde el líder del Centro Democrático puede salir muy lesionado, porque se dirán cosas que lo involucrarían directamente, apoyados en lo económico por empresarios con oscuros intereses para que este conflicto siga sin parar, por personas y empresas poseedoras de predios agrarios adquiridos ilegalmente, en un contexto de fuerte concentración de la tierra, por una parte de la sociedad que es declarada de extrema derecha por antonomasia y que pertenece a los diferentes estratos socioeconómicos y que son participantes de la guerra a través de ciertos medios de comunicación, con odio incluido y por la alienación religiosa, que por un lado tiene temores de una ampliación del concepto de familia en el país y por otro lado, hay un sector religioso que es rabiosamente derechista, con una fuerte animadversión hacia la posibilidad de construcción de una sociedad con perfiles socialistas o mas igualitarios en cuanto a derechos y deberes económicos de parte de todos los estratos económicos, quitándoles preferencias a las elites tradicionales económicas del país. Juan Carlos Uribe Marulanda - Analista independiente - Egresado de la UNIVERSIDAD DEL PURGATORIO 
www.agoralbe.org
[1] Término inventado por el autor para utilizarlo como definición operacional de investigación

[2] Samuel Aguilar Solis, Democracia participativa, retomado a Emilio Velazquez Gamboa

[3]http://www.corteconstitucional.gov.co/comunicados/ 

[4]http://elpais.com/elpais/2016/10/03/media/1475486923_970895.html?rel=mas, a febrero 13 del 2017 

[5] Dato aproximado y calculado por el autor a partir de los datos del plebiscito

[6]Registraduría Nacional de Colombia, a 24 de agosto del 2016

[7]643 años luzhttp://www.astronoo.com/es/articulos/betelgeuse.html. A 25 de abril del 2017

[8] Red Nacional de Información, Gobierno Nacional. Reporte a 1 de enero del 2017; http://rni.unidadvictimas.gov.co/RUV 

[9]http://www.eltiempo.com/politica/proceso-de-paz/resultados-plebiscito-en-el-exterior/16716619 

[10] Resultados calculados por el autor a partir de los datos registrados

[11] Datos calculados por el autor a partir de los resultados del plebiscito

[12]https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_presidenciales_de_Estados_Unidos_de_2000, a 20 de abril del 2017. Dato calculado por el autor a partir de recuadro de participación total

[13]http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-8601880

[14]http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-37541772

[15] Esta percepción lamentablemente ni el psicoanális ni la psicología social la han abordado en el país

[16] Telesurtv.net, a febrero 25 del 2017

[17] No en toda, ya que en Bogotá, Cali y Pasto, ganó el si, entre otras poblaciones

[18]Resaltado del autor

[19] Como dijo un filósofo popular

[20] Este blog virtual

[21] Como fueron las élites antioqueñas

[22] Menciono este gran poeta porque es una manera de dignificar ese apellido de la imagen negativa que tiene a nivel nacional en estos tiempos donde se asocia con el fanatismo ultrderechista y la  maldad

[23] La Corona de 66 hs y Alto bonito de 46 en el Urabá entre 202 y 2003, según informa el Heraldo del 20 de marzo del 2015

[24] Ministerio De Agricultura, Boletín, No 24 (1970), Bogotá, p. 56

[25] Tamayo Betancourt, Hector (1970), La Reforma Agraria en Colombia, Universidad Nacional de Colombia, CID, Bogotá, p. 75. Retomado del Censo Nacional Agropecuario, DANE, 1961

[26] Tamayo Betancourt, Héctor (1970), La Reforma Agraria en Colombia, Universidad Nacional de Colombia, CID, con base en Directorio Nacional de Explotaciones (Censo Agropecuario), p.40

[27] Kalmanovitz, Salomón. La enorme concentración de la tierra. El Espectador, 16 de junio del 2016

[28] Por ejemplo recordar que la masacre de las bananeras contra sus trabajadores agrarios fue en 1928, barbarie que hubiese quedado en el cofre del olvido sino hubiese sido hecha pública por el congresista Jorge Eliécer Gaitán

[29] Suma del autor de este agoralbe a partir de datos del próximo pie de página

[30] Datos del autor a partir de las estadísticas de Oquist. Paul. Violencia y conflicto en Colombia. Biblioteca BANCO POPULAR, 1978,P.67 y de Lemoine Carlos, Compañía colombiana de datos para las  parcelas perdidas. Retomados y compilado por Uribe Marulanda Juan Carlos y su estudio inédito: Estructura Agraria y Violencia en Colombia, 1948-2000

[31] Mondragón Hector Hernán, Reforma agraria y perspectivas del campesinado, Documento del INCORA p.8

[32] Quien gobernó de 1970 a 1974 

[33]Gráfico elaborado por el autor a partir de trabajo inédito por Juan Carlos Uribe Marulanda : Estructura agraria y Violencia en Colombia, 1948-2000: Estupefacientes insertos en estructura agraria de Colombia, Capítulo 5, a partir de  Anexo estadístico Consejo Agrario nacional extraordinario, nov. De 1996, y Periódico EL TIEMPO, 27-10-1997. retomado por Díaz Callejas, p.170/

[34]http://www.eleconomista.es/empresas-finanzas/noticias/248620/07/07/Demandan-a-multinacional-Chiquita-por-financiar-a-paramilitares-en-Colombia.html .Webb a 26 de abril del 2017

[35]http://www.elespectador.com/noticias/judicial/articulo-denuncian-presuntos-nexos-entre-paramilitares-y-multinacionales. Webb a 26 de abril del 2017

[36] Robles Zabala Joaquin; el narcotraficante No 82, en revista Semana, 07 junio del 2014, retomando a Sergio Camargo: el nacotraficante No 82

[37] Término de múltiples significados

[38]http://es.presidencia.gov.co/noticia/160704-Mas-de-100-lideres-religiosos-de-todo-el-pais-le-dicen-si-a-la-paz. Webb a 17 de abril del 2017

[39]¿Cómo son las iglesias cristianas en Colombia?, el Tiempo 07 de enero del 2017

[40]Holand Clifton. Tables of stadistics on religiusaffiliation in Américas. Costa Rica, Prolades, agosto 16 del 2002. Citado por Arboleda Carlos en Estado de la religión en Colombia, pasado presente y futuro: 2013

   En http://www.academia.edu/3217254/ a día 10 de abril del 2017

[41]Htpp//:www.conelpapa.com. la ideología de genero. A abril 14 del 2017.
info@agoralbe.org

 
Copyright © -2012 Club Brelán All Rights Reserved | Template Design by Favorite Blogger Templates | Blogger Tips and Tricks