Empero, 2 cláusulas implicaban, ni más ni menos, la independencia de la monarquía:
Una se refería a la exigencia del criollaje respecto al desempeño de cargos públicos, con lo que quedaba la chapetonada en el asfalto; y
La otra, la conservación de las milicias populares con sus jefes, armamento y la práctica de ejercicios tácticos los domingos. Esto es, con los criollos gobernando y el respaldo de un ejército nacional popular, la independencia era un hecho.
Como es bien sabido, las Capitulaciones fueron burladas, los comuneros engañados y una terrible represión azotó al país, que inició con el ajusticiamiento en la plaza mayor de la capital de los jefes comuneros Isidro Molina, Lorenzo Alcantuz, Manuel Ortiz y de José Antonio Galán, el caudillo invulnerable de aquella trágica y frustrada epopeya colombiana.
Las Capitulaciones de Zipaquirá fueron anuladas al poco tiempo por las autoridades españolas y los dirigentes del movimiento fueron castigados, con excepción de Berbeo, quien fue nombrado Corregidor de San Gil y del Socorro y juró fidelidad al rey, restableciendo el impuesto de la alcabala en su jurisdicción.
Manuela Beltrán. Heroína colombiana que lideró el motín contra los impuestos mercantiles en 1781 que desencadenó la Insurrección de los Comuneros. Considerada la primera heroína de la lucha emancipadora
Ignacio Gomez Jaramillo 'Los Comuneros' & 'Jose Antonio Galán'
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