Charlando de política con un amigo mío, se llegó al tema de la revocatoria de Enrique Peñalosa en Bogotá. Ambos estábamos de acuerdo en que el alcalde está teniendo una pésima administración y que llevaría a la capital a daños incorregibles. La venta de la ETB, el manejo de la reserva forestal, los negocios con Transmilenio, sus falsos títulos académicos y otros errores, fueron argumentos en los que coincidimos con nuestros compatriotas de Bogotá para que revoquen a su alcalde. No es de gratis que en las encuesta de Pulso País, Peñalosa salga con la imagen desfavorable del 82%[1]. Cuando terminamos de hablar del tema, mi amigo me lanzó una pregunta: ¿por qué no se intenta revocar a Fico si es igual o peor gobernante que Peñalosa?.
La respuesta inmediata que le di a mi compañero fue: -“ni idea”, pero al pasar los días intenté responderme esta cuestión. La respuesta a esta pregunta la encontré en una columna donde criticaban a Federico Gutiérrez por sus desaciertos en el tema de la cultura, el autor al final de esta comentaba: “La confianza que se ha ido desmoronando no crea opositores, sino voces de preocupación”[2].Los muchos desaciertos del alcalde Federico en temas como la cultura, seguridad, medioambiente, patrimonio público, industria, empleo, entre otros, no ha generado en Medellín un movimiento de oposición tan grande como el de Bogotá, ni siquiera un descontento o desconfianza masiva en la comunidad, solo críticas “aisladas“ de preocupación.
Paradójicamente, en la misma encuesta de Pulso, Fico aparece como el acalde con menos desfavorabilidad del 13% y la mayor favorabilidad del 83%. Mientras en Bogotá la revocatoria la apoyan los progresistas, el Polo, la mayoría de los Verdes, algunos de la U, bases del partido liberal, entre otros partidos y organizaciones políticas y ciudadanos del común. En Medellín, no se ha agrupado un movimiento significativo de oposición a Fico.
Una explicación es que los medellinenses nos estamos quedando con las acciones superficiales del mandato de Fico (las cuales las observamos en su show de redes sociales) y no con las estructurales (de fondo). Recuerdo que algún profesor de mi universidad nos decía en clase que cuando un político no tiene resultados que presentar, muestra gestión y en eso sí que es experto nuestro alcalde.
El 86% de los bogotanos piensan que la ciudad va por mal camino, mientras que sólo el 14% piensa que van por buen camino. En el caso nuestro, el 78% de los medellinenses piensan que la ciudad va por buen camino y solo el 20% piensan que van por un mal camino. Estas cifras explican por qué a pesar de las embarradas y los desaciertos de la alcaldía nadie ha pensado en revocar a Fico, sencillamente, la gente “cuenta con Fico”.
Mientras en Bogotá, se tiene la percepción ciudadana de que su alcalde es un “inepto” (por sus salidas en falso y sus malas decisiones técnicas), que va a acabar con la ciudad y que todo le está saliendo mal, la mayoría de los medellinenses ve en Fico a un señor con verraquera, pantalones, que trabaja día y noche por la ciudad (como lo demuestran sus redes ) y que combate la delincuencia que azota nuestra ciudad y no digo que eso sea malo, sólo que esa percepción no es de fondo y eso es lo que no hemos aprendido de los hermanos de Bogotá, los cuales entendieron que a la larga Peñalosa está cometiendo daños irreversibles y que es necesario su revocatoria.
¿Los errores de Fico ameritan una revocatoria por ser a la larga dañinos para la ciudad y sus habitantes?
Si revocan a Peñalosa, ¿Por qué no se revoca a Fico? Santiago Garcia |
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