Santurbán a la vista de alguien que no sabe
distinguir entre un helecho y un liquen, y entre un oso de anteojos y un perro
san bernardo es un terreno de piedras porosas y vegetaciones ralas que captan
la humedad del aire y la convierten en agua.
Los niños en los
balnearios de este río no saben de la gestión del agua, ni de la gobernanza del
agua, ni de las proyecciones ambientales del recurso hídrico, ni de la química del
agua, ni de la dependencia de la agencia ambiental del gobierno de turno, que
puede ser corrupto o puede ser cauteloso, ni de la biodiversidad del páramo.
Pero saben que el agua sirve para bañarse. Y para jugar. Ahora intentan
lanzarse de cabeza al pozo. Intentan figuras de nadadores. Desconocen que el
río se habrá de secar por un tiempo cuando llenen el embalse. Que el agua ya
contiene metales pesados por la minería disimulada (“informal”, dice don
eufemismo) y que puede morir cuando empiece la minería industrial y se viertan
miles de toneladas de cianuro y mercurio al día, allá arriba, en el páramo,
donde hace años están aguardando los títulos mineros. Los niños sólo se pelean
por un pequeño espacio del pozo. Por subir a la piedra que les sirve de trampolín.
Por lanzarse de cabeza al río. Son los primeros días del año y las aguas
pasarán pronto al embalse con que surtirán de agua a la ciudad sedienta.
1º El primer pueblo al que entramos es Charta. Sólo sé que
aquí hubo, en dos momentos distintos, guerrilla conservadora. En el
bipartidismo salieron hombres dispuestos a matar en otros pueblos levantiscos
por la causa conservadora, que ya nadie recuerda en qué consistía. En la Guerra
de los Mil Días se opusieron a la rebelión de los cafeteros y en los años 40, a
los liberales cachiporros seguidores del finado. El pueblo parece apacible y
desinteresado de todo acontecer político.
Busco con la mirada cuál es la montaña que fue volcán por un día: el volcán de Charta. Tiene forma de cráter y es más azul que las otras, porque está más lejos. El azul, según Goethe, que era empírico en temas de óptica, se da por el efecto que provoca un fondo negro sobre algo claro, como el firmamento detrás del cielo, o agua que en el azul descansa. No sé si sea una observación científica, pero tal vez hay algo oscuro detrás del volcán para que se vea más azul. La gente que vive en las laderas de volcanes parece más temeraria que la de las ciudades. Es una lástima, porque este volcán señalizado en la carretera fue una tergiversación del Ministerio de Turismo: el funcionario encargado confundió la acepción local de volcán como un término designado para un derrumbe y marcó la carretera con indicaciones turísticas para llegar al volcán de Charta.
Busco con la mirada cuál es la montaña que fue volcán por un día: el volcán de Charta. Tiene forma de cráter y es más azul que las otras, porque está más lejos. El azul, según Goethe, que era empírico en temas de óptica, se da por el efecto que provoca un fondo negro sobre algo claro, como el firmamento detrás del cielo, o agua que en el azul descansa. No sé si sea una observación científica, pero tal vez hay algo oscuro detrás del volcán para que se vea más azul. La gente que vive en las laderas de volcanes parece más temeraria que la de las ciudades. Es una lástima, porque este volcán señalizado en la carretera fue una tergiversación del Ministerio de Turismo: el funcionario encargado confundió la acepción local de volcán como un término designado para un derrumbe y marcó la carretera con indicaciones turísticas para llegar al volcán de Charta.
Luego Ingeominas, otro
funcionario, aclaró que no hay volcanes en Santander. Es una lástima, porque me
gustaría hablar con gente que vive en las faldas de un volcán. Siempre me ha
inquietado, como el finquero que compró el cráter del volcán Machín donde vive
con sus vacas. O la gente que vive en las faldas del Galeras. Es gente que vive
desinteresada del riesgo, que parece más tolerable que los demás a lo adverso,
porque convive con la amenaza, pero mide su tiempo con los tiempos geológicos y
no con el tiempo humano, y así elude la fatalidad. No existe el volcán de
Charta. Alguna vez todo esto fue el fondo del mar. Escarbas un poco y aparecen
las amonitas y los nautilus fosilizados. ¿Y después del mar? Los dinosaurios. Y
después de los dinosaurios, los indígenas, y después de los indígenas los
colonizadores y después de los colonizadores los dueños de los títulos mineros.
El acueducto de
Bucaramanga tiene más de 250.000 usuarios entre los municipios de la zona
metropolitana de Piedecuesta,
Floridablanca y Girón. El agua proviene de los ríos Suratá, Tona y Frío. En invierno se captan 1.400 litros por
segundo del río Tona y en verano sólo se captan 650 litros por segundo. Según
estadísticas, el área metropolitana tiene garantizada el agua hasta 2080. El
río Tona que abastecerá el embalse asegura a la ciudad el suministro de agua
hasta 2032. El embalse almacenará un volumen de 17,6 millones de metros cúbicos
y regulará un caudal de mil litros por segundo adicionales al sistema de
acueducto, equivalente a una reserva de agua para tres meses de consumo. (Datos
tomados de PlataformaUpb).
https://plataformaupb.com/ publicaciones/380-jovenes-en- desarrollo-sostenible
https://plataformaupb.com/
El páramo de
Santurbán, de donde vienen estas aguas hipotéticas, es un ecosistema de 150.000
hectáreas, 78 lagunas de origen glaciar y 400 ríos de agua dulce. El cálculo de
reservas de oro que contiene la mina de Angostura era en 2010 de 8,9 millones
de onzas de oro y 59,6 millones de onzas de plata para explotar a cielo
abierto. Con el rechazo de la ciudadanía y de 80 organizaciones ambientales se
frenaron los avances de la multinacional canadiense GreyStar (ahora Eco Oro)
para iniciar su proyecto de explotación llamado
"Angostura de exploración minera a cielo abierto en el complejo paramuno de Jurisdicciones-Santurbán-Berlín". GreyStar esperaba una producción de oro de 7,7 millones de onzas (durante los 15 años de vida útil del yacimiento), con un promedio de 511.000 onzas (16 toneladas) por año. Ahora la aspirante es la transnacional Minesa, y dice que hay nueve millones de onzas para explotar en California.
"Angostura de exploración minera a cielo abierto en el complejo paramuno de Jurisdicciones-Santurbán-Berlín". GreyStar esperaba una producción de oro de 7,7 millones de onzas (durante los 15 años de vida útil del yacimiento), con un promedio de 511.000 onzas (16 toneladas) por año. Ahora la aspirante es la transnacional Minesa, y dice que hay nueve millones de onzas para explotar en California.
2º Dejamos Charta y
cruzamos el valle hacia Matanza.
Alguna vez leí que se llama así en conmemoración de una matanza. Parecería ser
tan singular el nombre, que la pregunta siguiente es: ¿dónde fue la matanza?
Pero a quienes pregunto, nadie puede responder. Alguien me dice que no fue una
matanza indígena, sino la de un padre contra su propia familia. La otra
hipótesis es que el cacique de los indios chitareros, caribes, bélicos, tenía
un nombre que a los españoles les sonó a Matanzua. Entonces un yerro fonético
se convierte en antecedente histórico, y ese antecedente se vuelve después
sustantivo.
El río cambia de
nombre según el pueblo por donde pasa. Es como si la gente de cada lugar
quisiera apropiarse del nombre del agua. La lucha por el agua empieza en los
ríos compartidos. Hay ríos subsidiarios y ríos tributarios. Hay ríos que
empiezan en un país y acaban en otros, y en cada país llevan nombres distintos.
Hay ríos que bañan distintas regiones y para unos trae beneficios y, para
otros, desgracia. Hay ríos que traen riqueza y hay ríos que traen metales pesados.
Hay ríos que se juntan y no se sabe cuál es subsidiario de cuál. Hay ríos que
nacen de la unión de tres microcuencas, cada una con río distinto. Es lo que
pasa aquí, pero sólo lo veríamos con una vista aérea de las vertientes del
territorio o subiendo al volcán de Charta, que no existe. Hay tres microcuencas
que son tres valles que trazan el curso de tres ríos. Ríos con nombres
distintos. Pero que vienen y nacen en el mismo páramo. Hay ríos que nacen en
lugares que deben ser protegidos. El río Tona hasta aquí. El río Suratá desde
aquí. El río de Oro. El río Frío. El río Umpalá. Todos nacen en el mismo páramo
y toman distinto camino. Como los hermanos de madre.
La explotación del oro en
Santander decidirá la ecología política del país. En 2017, mediante una
sentencia, la Corte Constitucional decretó al río Atrato “sujeto de derechos” y
la Corte ordenó al Estado un plan de choque para salvar el afluente de la
minería desbordada y del mercurio. ¿El páramo de Santurbán no puede ser también
un sujeto de derechos? La delimitación del páramo que busca el Gobierno
(hundida en 2018 por la Corte Constitucional por no consultar el Minambiente
con las comunidades locales) es innecesaria, simplemente porque hay cambio climático.
Hoy el bosque andino va de los “2.400 a los 3.000 m, presentando una precipitación estimada entre los 900-1.000 mm; bosque alto andino, entre los 3.000 y los 3.200 m, en el que su monto anual de lluvias es de 1.852 mm; subpáramo, entre los 3.200 y los 3.500 m, con un monto anual de lluvias de 1.716 mm, y páramo medio, entre los 3.501 y los 4.100 m, presentando un monto anual de lluvias de 1.548 m.” (Proaves).
Delimitar que el páramo está más en Norte de Santander que
en Santander y que de los 3.000 a 4.100 es ahora lo que debe considerarse
montaña y sacar al subpáramo del páramo como si no hubiera conexión de flora
y fauna con los distintos climas es un subterfugio leguleyo para delimitar otra
cosa: el terreno y la frontera de la explotación aurífera. No se delimita
para conservar el páramo, sino para cortarles territorios a los ecosistemas
protegidos y permitir a las transnacionales del oro explotar los títulos
mineros otorgados. El cambio climático alteró la altura en las que se mueven
especies especializadas de flora y fauna, y la destrucción de un páramo implica
la destrucción de los ríos que allí nacen y toda la cuenca. La destrucción del
páramo es en entre otras muchas cosas la destrucción del agua, y la destrucción
del agua es la destrucción de la vida, eso no necesita mayor explicación.
Hoy el bosque andino va de los “2.400 a los 3.000 m, presentando una precipitación estimada entre los 900-1.000 mm; bosque alto andino, entre los 3.000 y los 3.200 m, en el que su monto anual de lluvias es de 1.852 mm; subpáramo, entre los 3.200 y los 3.500 m, con un monto anual de lluvias de 1.716 mm, y páramo medio, entre los 3.501 y los 4.100 m, presentando un monto anual de lluvias de 1.548 m.” (Proaves).
http://www.proaves.org/ |
3º Suratá es un nombre indígena. Las formas del rostro de la gente aún
conservan rasgos marcados de los indígenas, bocas cuadradas, ojos alargados,
párpados hinchados, pieles curtidas de sol. Como nosotros, nadie sabía antes
qué sería el futuro. Qué iba a ser esto que somos. La gente no cambia. Las
fisonomías tampoco. Lo que cambia es la tecnología que usa y sus formas de
movimiento. Sólo en las casas y en los vehículos obsoletos puede percibirse el
paso del tiempo como hoy, que ha llegado la tecnología a estos pueblos lentos y
la gente consulta su teléfono celular en silencio. La puerta de la iglesia está
adornada con un San Sebastián acribillado de flechas, tal como caían erizados
de flechas los aventureros españoles que trataron de colonizar estas tierras.
Sólo trabajadores tendidos al sol bajo las palmas del parque a esa hora del
mediodía son descendientes puros del mestizaje: de españoles y de indios y de
negros. Toda la región pertenece, según los geólogos, al antiguo Macizo de
Santander, una región de fallas geológicas enclavada entre la cordillera de
Mérida y la Serranía del Perijá.
Los niños no lo saben, pero los geólogos sí: “El filón ocurre dentro de las tonalitas. Está constituido por cuarzo mineralizado con pirita finamente diseminada en cristales pequeños; en menor proporción galena argentífera y esfalerita de hábito masivo. La salbanda es angosta. La pirita es aurífera, pero no hay criterios para saber las condiciones en que se encuentra ese oro libre dentro de la pirita. Según la relación Au/ Ag, de algunas muestras colectadas en la mina, y teniendo en cuenta las características del depósito y la mineralización en sí se formula la hipótesis de que este depósito se formó bajo condiciones de temperatura y presión moderadas a bajas o sea es un yacimiento de carácter epitermal”. (Carvajal y Rodríguez). Me gusta la retórica de los geógrafos porque contiene los nombres de las gemas. Esta zona de piedras porosas que afloran y componen la complejidad del páramo es un territorio antiguo, tal vez el más antiguo que afloró del planeta Tierra, porque forma parte del escudo Guyanés, la primera porción de tierra que salió del mar en el cuaternario.
Los niños no lo saben, pero los geólogos sí: “El filón ocurre dentro de las tonalitas. Está constituido por cuarzo mineralizado con pirita finamente diseminada en cristales pequeños; en menor proporción galena argentífera y esfalerita de hábito masivo. La salbanda es angosta. La pirita es aurífera, pero no hay criterios para saber las condiciones en que se encuentra ese oro libre dentro de la pirita. Según la relación Au/ Ag, de algunas muestras colectadas en la mina, y teniendo en cuenta las características del depósito y la mineralización en sí se formula la hipótesis de que este depósito se formó bajo condiciones de temperatura y presión moderadas a bajas o sea es un yacimiento de carácter epitermal”. (Carvajal y Rodríguez). Me gusta la retórica de los geógrafos porque contiene los nombres de las gemas. Esta zona de piedras porosas que afloran y componen la complejidad del páramo es un territorio antiguo, tal vez el más antiguo que afloró del planeta Tierra, porque forma parte del escudo Guyanés, la primera porción de tierra que salió del mar en el cuaternario.
Ahora, finalizando el
Holoceno, una pareja prefiere hacerse mimos en una banca que ir a desnudarse en
la ribera del río.
4º Pregunto cómo seguir a California. Sé que es imprudente
interrumpirlos. Sé que es incómodo sentirse interrumpido en el cortejo.
Comprendo que haya un cierto placer en las formas de amarse en público, pero no
entiendo cómo puede alguien amarse bajo ese aplastamiento de las sombras a
causa del sol de mediodía. Indican una pendiente. Ocho kilómetros, siguiendo el
mismo valle, el mismo río, hasta el siguiente pueblo. Y el siguiente, desde
ahí, está a catorce kilómetros. Parece muy seguro el muchacho hablando de
kilómetros. La moto que tiene al lado debe ser de su propiedad. Y debe medirlo
todo con su velocímetro. Hace cien años todo el camino se hacía a pie o en mula
por entre aquellos zarzales. Hace cien años debimos apresurarnos a partir pronto
al siguiente pueblo porque la caída de la noche sería infranqueable. El camino
a California reverdece y el ardor del sol baja un poco y deja de fritarnos la
cara sin bloqueador solar. ¿Por qué llamar a un lugar como este California?
¿Por la fiebre del oro? ¿Por el parecido de estas montañas con las del oeste de
Usa? Es curioso que el yacimiento de oro más grande del país no haya tenido una
avalancha de forasteros haciendo túneles y deslaves. No todavía.
El latifundio de las
grandes mineras y la integración de la minería ilegal a los mineros
tradicionales han hecho innecesario un control militar de la región. El control
territorial es control demográfico también. Sin embargo, el costo de los bienes
y servicios, y el precio del mercado ha tenido el incremento natural de los
lugares donde hay riqueza desaforada. Es el karma de la riqueza: todo lo que
lleve el nombre Potosí, Real de minas o Vetas recuerda la explotación minera
que lleva siglos, pero los lugares sólo quedan con la gran cicatriz de la misión
depredadora. Lo que lleva el nombre California es una toponimia reciente que
evoca la fiebre del oro del siglo XIX en Usa.
En 2015 apareció en el
escenario de lucha por la explotación del oro una nueva sociedad minera,
llamada Minesa. La Silla Vacía presentó a Minesa en sociedad así: “El fondo
árabe Mubadala, de propiedad del gobierno de Abu Dabi, compró AUX Colombia, la
minera del brasileño Eike Batista que quebró”. El proyecto de extracción de
Minesa se centraría ahora en los bajos del páramo, municipio de California.
Continuaba La Silla Vacía: “Con cerca del 20 % del territorio dentro de la zona
del páramo de Santurbán la Sociedad Minera de Santander S. A. S. se hizo con
los títulos mineros de AUX”. Para iniciar la explotación, Minesa requería una
licencia ambiental de Anla, pero la sociedad Minesa desistió en 2018 de la
licencia solicitada hasta que el gobierno termine el proceso de delimitación
del páramo de Santurbán (hundido por la Corte al no hacer consulta a los
habitantes) para el que el Ministerio del Medio Ambiente citó a la ciudadanía y
a las autoridades municipales y a los entes territoriales de los municipios que
comparten el páramo.
En medio del pesebre de
la iglesia de California que está adornado con una retroexcavadora de juguete
que simula una extracción minera hay un letrero que dice: “tradición minera en
la antigua Soto Norte”. El camino antiguo de Soto, al norte, significa. Este
fue uno de los primeros caminos de Colombia, abierto por Martín Galeano cuando
iba a descubrir Venezuela. Por allí se podía atravesar el macizo y salir a la
provincia de Cúcuta. Los forasteros hacen minería en territorios de nadie, que
son las riberas de los ríos. Pero el oro de aluvión no da las ganancias del
gran filón o la minería de excavación, por eso las empresas regresan como
sociedades y con siglas nuevas a esperar la luz verde de las licencias
ambientales o el acomodo de la delimitación del territorio protegido.
¿Qué significa territorio protegido? Usamos frases hechas y pocas
veces las cuestionamos. El oso de anteojos se alimenta de una planta llamada
puya. Pongamos que desaparece la planta. ¿Qué hace el oso? Sale de su zona,
donde está la planta en la alta montaña. El oso es omnívoro. Puede comer lo que
sea, aunque prefiera alimentarse de plantas como la puya. Si no hay puya, se
come una oveja. Entonces el campesino, etc.
Proteger es respetar la
sabiduría del monte, me había advertido mi amigo ambientalista Nikolai Osorio.
La sabiduría del monte es esto: un polinizador (colibrí, mosquito, murciélago)
se alimenta del fruto silvestre y caga una semilla que reforesta un bosque
donde hay un mamífero depredador (serpiente, tigre, oso y águila) que vive allí
porque hay presas que acuden para alimentarse del árbol que el polinizador libó
y cuya cagada permitió germinar al comienzo de la cadena.
No se puede conservar
una especie. Hay que pensarse el mundo como un ecosistema con un súper depredador
con rostro: el humano; y ahora uno sin rostro: la multinacional. Es todo el
territorio lo que se debe proteger. Todo un hábitat que está interconectado.
Cuando decimos páramo, cuando decimos bosque o agua, significa que la vida está
interconectada.
Almorzamos mute y carne y
yuca y arroz. He viajado por muchos pueblos en pocos años. Pueblos donde alguna
gente me veía como un forastero de entrada, por el pelo y el atuendo, y pueblos
gentiles donde otros me trataron con amabilidad e indiferencia sin importarles
a qué venía. Que un sitio sea agradable o desagradable para vivir depende del
trato al forastero. No siempre el paisaje es lo que importa.
Pero en las zonas
mineras nadie es amigo de nadie. Todos desconfían del visitante. Más si vienen
armados de cámaras fotográficas o de video. Las protestas civiles contra la
minería en el páramo afectaron la relación del visitante con el lugareño. Los
habitantes de Vetas y de California
exigen la explotación minera. La ven asociada con la idea de “desarrollo” que
tiene el Banco Mundial para países de extracción como Colombia. La gente de la
ciudad protesta por la explotación que va a contaminar las aguas de suministro.
Hay miradas divergentes según el lugar del que se mire. Leí en un periódico de
la provincia que hace un par de años en California habían apedreado a los
periodistas y a los ambientalistas que trataban de adentrarse por un río para
cubrir una nota sobre la explotación abierta de las mineras canadienses sin los
permisos ambientales expedidos. La gente del lugar ve la extracción minera como
una señal de progreso.
El futuro de la explotación aun no está asegurado. El futuro son varios escenarios: la licencia ambiental la otorgará seguramente un gobierno neoliberal a los dueños de los títulos mineros, porque la autoridad ambiental depende del gobierno. Un presidente extractivo dará vía libre a la explotación del oro de Santurbán tarde o temprano. Mientras tanto, llueven las demandas internacionales de las mineras contra la inseguridad jurídica de Colombia y la caída de las licencias ambientales por las consultas populares que han impedido la explotación (Anglogold Ashanti demandó a Colombia por el freno a la explotación en Cajamarca, la Gran Colombia Gold demandó por Marmato en Segovia, la antigua canadiense Greystar Resources, ahora Eco Oro Minerals, demandó a Colombia por impedir el proyecto Angostura después de haber otorgado y retirado las licencias).
El futuro de la explotación aun no está asegurado. El futuro son varios escenarios: la licencia ambiental la otorgará seguramente un gobierno neoliberal a los dueños de los títulos mineros, porque la autoridad ambiental depende del gobierno. Un presidente extractivo dará vía libre a la explotación del oro de Santurbán tarde o temprano. Mientras tanto, llueven las demandas internacionales de las mineras contra la inseguridad jurídica de Colombia y la caída de las licencias ambientales por las consultas populares que han impedido la explotación (Anglogold Ashanti demandó a Colombia por el freno a la explotación en Cajamarca, la Gran Colombia Gold demandó por Marmato en Segovia, la antigua canadiense Greystar Resources, ahora Eco Oro Minerals, demandó a Colombia por impedir el proyecto Angostura después de haber otorgado y retirado las licencias).
En la iglesia del pueblo el santo patrono es
un San Antonio de Padua que dibujaron en una gruta minera junto a una cascada
que cae de la falda de una montaña. Es curiosa la devoción del santoral de los
pueblos. En un pueblo llamado Santa Bárbara, también cerca de aquí, se adora a
una mujer que fue encerrada en una cueva antes de ser acuchillada por su padre.
Aquí se adora a un santo que vivía en una cueva. Como si un eremita y un minero
estuvieran relacionados por la elección de entregar su vida a las entrañas de
Vulcano, aunque el sentido de sus existencias sea divergente.
Los pueblos de
explotación son pueblos de miseria y esclavitud. Salen los recursos en las
chequeras de las transnacionales, pero no hay progreso, sólo algunos momentos
de alto mercadeo donde los que se lucran de los mineros porque les venden
productos y servicios (sociales y sexuales) hacen parecer que progresa la zona,
todo lo encarecen y captan lo que puedan mientras caduca la explotación.
5º Fueron los
españoles quienes empezaron a explotar las vetas de oro desde la colonia. Vetas es el pueblo más antiguo de la región
(400 años). Hoy es una red de túneles y troneras que aparecen a medida que la
montaña se levanta como los tendones de una mano clavada en tierra. Algunos
túneles tienen puerta y candado de acceso como un domicilio particular. Son
túneles personales. Túneles por familia. Túneles por empresa.
Hay casas con advertencia en sus paredes: Venenos, Productos tóxicos, Dinamita, “Si lo vemos cagando aquí vamos a pegarle un tiro”. A los propietarios les preocupa que se viertan heces, pero no les preocupa el mercurio ni el arsénico que vierten para las comunidades que beben de esos afluentes en los pueblos de abajo. Las tinas de lavado de la roca aurífera desaguan todas hacia el río. Es la misma cuenca hidrográfica que vierte el agua que surte a 250.000 personas. El agua donde se bañan en días festivos los niños, las embarazadas de los barrios de Bucaramanga. Entre las creencias de los habitantes el oro y Dios tienen cosas en común y por eso dibujan lo sagrado y lo profano en el mismo altar.
Hay casas con advertencia en sus paredes: Venenos, Productos tóxicos, Dinamita, “Si lo vemos cagando aquí vamos a pegarle un tiro”. A los propietarios les preocupa que se viertan heces, pero no les preocupa el mercurio ni el arsénico que vierten para las comunidades que beben de esos afluentes en los pueblos de abajo. Las tinas de lavado de la roca aurífera desaguan todas hacia el río. Es la misma cuenca hidrográfica que vierte el agua que surte a 250.000 personas. El agua donde se bañan en días festivos los niños, las embarazadas de los barrios de Bucaramanga. Entre las creencias de los habitantes el oro y Dios tienen cosas en común y por eso dibujan lo sagrado y lo profano en el mismo altar.
El tiempo quedó
suspendido en el aire en estos pueblos mineros: venir aquí es viajar al pasado,
porque este futuro es un recuerdo del pasado. Hay que estar atentos a las
ruinas. Porque la ruina no es lo que se acaba. La ruina es lo que sobrevive. Y
hay ruinas tangibles del futuro en lo que construimos hoy, y hay otras ruinas
ocultas del pasado como estas casas estilo español, o las ruinas que subsisten
en letras de canciones que suenan en los parlantes de la plaza y que la gente
baila y murmura durante estas ferias patronales, canciones donde el lesbianismo
es indicio de prostitución y falta de macho, canciones que hablan de lo
imperdonable: la traición de una mujer a un hombre, que se resuelve a balazos,
porque antes como hoy el amor desleal de una mujer es castigado y el de un
hombre es celebrado. La música que se popularizó en los ferrocarriles vino a
convertirse en estos adefesios de llanto cantado. Vetas parece un pueblo de mar, y sus gentes hostiles parecen de
frontera.
Más arriba de los 4.000
metros respiran las nieblas del páramo. Santurbán es su diversidad
biológica. Sólo la registrada hasta ahora compete a un territorio indispensable
para 457 especies de plantas vasculares, 293 especies de fauna vertebrada, y
reserva hídrica de las áreas metropolitanas de Bucaramanga y Cúcuta, y
municipios de los dos Santanderes: Tona,
Berlín, Vetas, Charta, Silos y Mutiscua. Santurbán a la vista de alguien
que no sabe distinguir entre un helecho y un liquen, entre un águila migratoria
y un gavilán y entre un oso de anteojos y un perro san bernardo es un terreno
de piedras porosas y vegetaciones ralas que captan la humedad del aire y la
convierten en agua que se filtra en las cuencas hidrográficas. Pero en realidad
es más cosas que no vemos: una Estrella Fluvial.
Las nieblas bajan y cubren las casas como un
presagio. La gente se ha reunido para la fiesta patronal. Hay mucho ruido, de
motos, de niños de brazos, de gente borracha, de carros último modelo, de
máquinas que hacen helados, que pulverizan el viento, que sirven para jugarse
un poco el azar, y es que el ruido es señal de felicidad según esta época. Hace
cien años, si no había músicos, no habría fiesta. Pocas personas imaginan el
silencio de las casas sin músicos. Parece que se arma todo este ruido para huir
del silencio del páramo. En Vetas los rostros están marcados del rubor del
frío. Las caras de los que tienen que bañarse con agua helada cada mañana o
sentir la brisa directa que quema a los 4.000 metros de altura, se van
convirtiendo en rostros de carnes escaldadas, de tono grana, caras rojizas, y a
esa huella de frío en la cara de la gente la suelen llamar El Reino. Los
reinosos son los que viven en las tierras frías, donde estaban asentados los
funcionarios del virreinato español. Como las pieles son oscuras y los hombros
anchos, semejan rostros y cuerpos de tártaros. Hay sombreros y ruanas con
tejidos de México pero hechas en China, otra huella de las migraciones
culturales y económicas en el atuendo. Hay morcillas y chorizos con papas
amarillas, huella hispánica. Hay tamales, hayacos y chorotas, huella indígena.
La casa de la cultura ha sido convertida en una mina de oro imaginaria. Camino
por esa mina imaginaria. Veo las lámparas y la luz verdosa de los vapores de la
tierra. Cuando salgo a la luz del segundo piso de la casa de cultura, puedo ver
el pueblo escalonado como una veta: las nubes se han retirado y las laderas
dejan ver los caminos mineros como sarna de tierra.
Hablo con una psicóloga
que ha venido a analizar para su tesis de salud pública el alto índice de
suicidio de la región. ¿A qué se debe? Pregunto. Me dice que a lo mismo que en
todas partes, la depresión, pero aquí se suicidan más. Pensé que las nubes
provocaban una especie de depresión paramuna.
Volvemos a bordo de la
moto. Atravesamos Santurbán lentamente.
En las madrugadas las cebollas se cristalizan por el frío bajo cero. El viento
cambiante empuja sobre nuestras cabezas una niebla densa que puede morderse
como algodón de azúcar. Hay algunos carros en las orillas del camino con las
luces encendidas que se solidifican entre las nubes espesas. Gente que quiere
tomarse fotos en el paso del páramo, y en las lagunas que hay de todos los
colores. Hoy no se pueden divisar a causa de la niebla. Los carros se detienen
por la baja visibilidad y esperan a que el viento sople para otro lado. Pasamos
frente a una hondonada y la luz se hace diáfana. La vegetación que toma formas
retorcidas en el páramo se parece a los arrecifes coralinos bajo el mar. Le
digo a mi amigo que frene la motocicleta. Entonces oímos, de repente, el
silencio del páramo. Un silencio que recuerda la pequeñez humana, lo poco que
dura una vida, y lo solos que estaremos al final del camino. En el sitio donde
nos hemos detenido hay latas de sardinas oxidadas, botellas, frascos de
diversos tamaños, envolturas de productos. Huellas humanas. Huellas en todos
lados. Huellas rodeadas de helecho: amazonias, musgos, briofitas, frailejones,
pasto calamagrotis, aves y especies protegidas o desprotegidas si aprueban el
recorte de la delimitación.
Santurbán: el Páramo, desesperadamente |
https://www.elespectador.com/s |
Daniel Ferreira 28 Mar 2018 |
http://danielferreira.co/ |
Las plantas especializadas. Son las más
susceptibles de desaparecer al alterarse el hábitat, me recordaba, enfático
como el canto de una ave oropéndola, Nikolai. Hay una orquídea en el páramo que tiene uno de sus pétalos en forma de
mosquito. Es una especie de bolsa peluda con agujero y mucílago. La
orquídea sólo puede ser polinizada por un mosquito que habita en el páramo. El
mosquito confunde la orquídea con una hembra. Queda untado y un poco
desconcertado y viaja hasta otra flor a la que vuelve a intentar conquistar
mientras la poliniza de manera involuntaria. Esa orquídea evolucionó por miles
de años en las alturas del páramo hasta “hiperespecializar” su forma de coqueteo
con el mosquito polinizador. ¿Qué pasa si desaparece el mosquito? Y a mi amigo
le responde el silencio del páramo.
La pregunta que nos
inquieta es qué puede evitar esa alteración. El Gobierno y las corporaciones
regionales para la protección pueden cambiar las condiciones en que vive la
gente en los bosques y páramos. Convertirlos en parte de la solución.
Solucionar los problemas y limitaciones básicas, e informar cómo funciona el
mundo. Yo, Gobierno, les doy algo a cambio de algo. Les doy electricidad en
paneles solares y estufas especiales a cambio de que ustedes conserven el
bosque, ese árbol seco, esa especie. Y no dejo explotar oro ni petróleo en los
páramos.
El Páramo
Está lleno de hombres
solitarios. Las mujeres no resisten la soledad y el aburrimiento de las tierras
frías, me advierte Nikolai con su cara de pájaro.
6º Salimos a la autopista principal que cruza Berlín. Aquí es la
frontera agrícola de dos páramos que antes fueron uno: Berlín - Santurbán antes unido a El Páramo del Almorzadero. A la
socialización más reciente para la delimitación del páramo asistieron los
alcaldes de los municipios donde se haría la explotación del oro (California, Guaca, Santabárbara, 50.000
habitantes), pero la llamada “socialización” no funcionó en Bucaramanga
(250.000 habitantes) donde la calidad y las reserva de agua se vería afectada
por el vertido de metales pesados y destrucción del ecosistema.
La gente chifló al
ministro del Medio Ambiente, al que ven como bufón de las trasnacionales
mineras. La delimitación legal del páramo hará que disminuya su extensión y que
los terrenos comprados por las mineras en las últimas dos décadas queden con
licencia ambiental renovada para empezar la explotación. La delimitación
natural del páramo lo protegería por un tiempo, hasta que la inercia de los
gobiernos y sus modelos económicos extractivos termine por dar vía a la
explotación y mientras las generaciones venideras minimicen la importancia del
páramo que es la causa del agua.
Explotar oro en
Santurbán equivale a explotarlo en Chingaza, de donde depende el agua de 9
millones de bogotanos del presente y 15 millones en 30 años. Contaminar
Santurbán y las cuencas que de allí vienen es contaminar ríos tributarios del
Magdalena y del Orinoco. Y de paso es negar el derecho a la vida a los
habitantes de esos ríos, porque se les niega el agua a los miles de habitantes
del presente y a los millones que habrá en 2080.
Pero el páramo ha sido
delimitado ya antes por la mano de los colonos. Puede verse la frontera agrícola
de Berlín. Su extensión retrocedió hace años ante la ganadería extensiva y los
cultivos de cebolla y papa y al Ministerio del Medio Ambiente y el lobby de las
trasnacionales mineras. En Berlín no quedan huellas de vegetación nativa. Un
páramo sin vegetación es el inicio del desierto. Berlín es una carretera con
clima paramuno. Sin vegetación. La carretera fue trazada sobre el antiguo
camino real que a la vez fue trazado sobre el camino indígena.
Charta, Matanza, Suratá, California, Vetas, Santurbán, Berlín, Guaca y
Santabárbara. Esos nombres, ¿de dónde salieron? Nombres de antiguos
caminos. Nombres de piedras de su geografía, nombres que son promesas, nombres
que provienen de crímenes olvidados. Estos pueblos eran lugares de descanso a
media y una jornada. Los pueblos más grandes son los de pernoctar, donde había
alojamiento y fiesta al final del día. Los de media jornada quedaron como
pueblos pequeños reducidos a pequeños aldeas pobladas por el desarrollo minero
al final de nuestro tiempo. Esta es la ruta de Martín Galeano en el siglo XVI,
la de Bolívar en la convención de Ocaña y del ejército revolucionario en la
guerra de los mil días. Pienso en los ejércitos que se enfrentaron en este
lugar hace un siglo. Pienso en los cañonazos de una artillería errática. Pienso
en esos hombres cansados que se quedaron dormidos sobre las piedras y ya nunca
despertaron. Pienso en algo que escribí sobre este páramo. Aquí empieza el
camino del héroe abandonado a las fuerzas de la naturaleza. El héroe es alguien
que se aventura entre el frío y el miedo para llevar una noticia que cambiará
el curso de la guerra. La noticia nunca llegará, pero su vida se transforma por
ese camino errático. La guerra estaba perdida de antemano. Las fuerzas de la
naturaleza determinaban la vida. Las fuerzas de la naturaleza y las fuerzas del
hombre, enfrentadas, son igual de brutales. Las fuerzas del hombre individual,
quiero decir. Las fuerzas de la naturaleza no tienen límite. Superan las
fuerzas del hombre. Aplastan al hombre sin remordimientos. Las fieras salvajes
no tienen límites. El terremoto y la avalancha, fuerzas telúricas, tampoco. La
tormenta, el rayo, el ardor del sol, es inmisericorde.
Si el hombre debe
quemar la montaña para poseerla, la quemará. Si tiene que desviar el río, lo
desviará. Si tiene que cazar todos los tigres a cien kilómetros en la redonda,
los cazará. No hay límites. Si el tigre debe almorzar al hombre, lo almorzará.
Si el rayo cae sobre la casa del hombre, la destruirá. Si nada ocurre en la
montaña quemada, la manigua volverá a cubrir las ruinas. El triunfo del hombre
sobre la naturaleza ha hecho creer, al hombre, que está por fuera de la
naturaleza. Pero no está. Es parte de la misma. Lo abarca y lo incluye. Su
fuerza bruta, es también la fuerza de la naturaleza. Hombre y naturaleza son
uno. Hay animales humanos y hay animales no humanos.
La complejidad de la
extracción del oro en Santander vuelve secundario el concepto de desarrollo del
modelo económico extractivista de Colombia y hace urgente que el páramo -los
páramos- sea también declarado “sujeto de derechos”. La limitación del oro es la
salvación del agua. Y la salvación del agua decide el presente y el futuro
ambiental, social, cultural y económico de una región. Vi muchos niños en la
plaza principal de Berlín. Vi muchas mujeres vestidas de fiesta conversando en
las bancas de la plaza. Y los hombres estaban todos en las cantinas de la
estación de buses. A juzgar por el número tan elevado de niños, en el páramo
florece el amor.
Pronto pasaremos de la naturaleza a la basuraleza. Para
los pueblos más cercanos al páramo de Santurbán lo más importante es la
explotación del oro. Para la gente de los bajos de la cuenca lo más importante
es el agua. ¿Qué será lo importante para estos niños?
(Mi amigo me pregunta a
qué vinimos. Le cuento que vine aquí para terminar un libro que escribí en el
páramo, justo donde empieza. Me dice si se parece a lo que había imaginado. Le
digo que no. Lo que veo es mejor, pero tanta belleza es inasible).